Por falta de oferentes, Argentina frena obra clave y favorece a Uruguay
Una de las principales obras impulsada por el gobierno de Alberto Fernández quedó sin efecto. El ministerio de Transporte había realizado una licitación para la construcción del Canal Magdalena pero el plazo para que se presentaran interesados venció y el llamado quedó desierto. En Uruguay, esta noticia cayó muy bien porque podría recibir barcos de mayor escala.
En los últimos años, la administración de Alberto Fernández hizo énfasis en el desarrollo de la obra que permitiría otorgar soberanía portuaria al país y evitar el transporte fluvial por el canal uruguayo Punta Indio.
El anuncio de la licitación se realizó el 20 de abril de este año con la presencia del presidente Fernández, el ministro de Transporte, Diego Giuliano, y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, entre otras autoridades. Precisamente Kicillof fue uno de los principales promotores de la construcción.
Se lo mencionó como una obra fundamental desde el punto de vista geopolítico, económico y de soberanía. También se afirmó que permitiría una mayor velocidad de navegación, el tránsito de embarcaciones más grandes y una disminución de costos de 65%.
Kicillof aseguró que la construcción del Canal Magdalena era un verdadero hecho histórico. "Un barco de carga en algún puerto de la provincia de Buenos Aires quiere dirigirse a otro puerto argentino, bonaerense. Son dos puertos argentinos, con carga nacional. Hoy la única forma que tiene de hacerlo es bajando por el Río Paraná y desviarse hacia Montevideo", comentó.
Para poder conectar los dos puertos nacionales, prosiguió, debe salir de la jurisdicción argentina y pedir autorización a Prefectura de un país extranjero.
Frenan obra clave por falta de oferentes
"Está literalmente partido el comercio, la logística; está partida nuestra soberanía. No puede ser que para unir dos puertos argentinos o bonaerenses haya que pedir permiso y atravesar por una jurisdicción extranjera", afirmó.
Kicillof recordó que la mayoría de los barcos que llegan con mercadería importada deben pasar en primera instancia por el puerto de Montevideo. Esas embarcaciones cuando tienen que esperar por lugar de atraque también lo hacen frente al puerto uruguayo. La estimación es que se pagan u$s150 millones entre la espera, la carga de combustible y la comida. "Con el Canal Magdalena, Argentina podrá ofrecer todos esos servicios", dijo el gobernador.
El lunes 8 de mayo, el Ministerio de Transporte lanzó la licitación para la construcción del Canal Magdalena. El proceso lo había llevado adelante en primera instancia la Administración General de Puertos. Como un punto clave había definido que la licitación fuera en dólares.
Sin embargo, cuando la propuesta pasó a la órbita del Ministerio de Transporte se cambió esa condición. El presupuesto oficial aprobado por el congreso fue de $40.421 millones. Eso generó el desinterés del sector privado. El plazo para recibir ofertas venció y el llamado se declaró desierto.
Canal Magdalena: la visión uruguaya
Cuando se anunció la licitación, el presidente de la Administración Nacional de Puertos (ANP), Juan Curbelo, había dicho que el objetivo de Uruguay era continuar fortaleciendo el puerto de Montevideo.
Para el sector naviero uruguayo, el freno en la construcción del Canal Magdalena no causó demasiado sorpresa, fundamentalmente por el contexto político y económico por el que transita Argentina, indicó el diario uruguayo El Observador.
Coincidieron que manejar una planificación portuaria fundamentada básicamente en términos de soberanía y sin una lógica de eficiencia no fue un camino correcto.
Las fuentes expresaron que con el Canal Magdalena o sin él, Uruguay debe seguir el rumbo de profundización del canal de acceso al puerto de Montevideo a 14 metros y el desarrollo de mayor infraestructura.
En ese contexto, resaltaron la importancia de contar con terminales especializadas de contenedores, celulosa y graneles. Con todos esos elementos, Montevideo tendrá condiciones de atención de buques de escalas más importantes.