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Guerra comercial entre EE.UU. y China: industria nacional teme avalancha importadora

Empresas de sectores sensibles advierten que la tensión entre ambas potencias podría repercutir de manera negativa en el sector productivo local
08/08/2019 - 07:02hs
Guerra comercial entre EE.UU. y China: industria nacional teme avalancha importadora

El mundo vuelve a verse sacudido por una intensificación de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China.

Días atrás, el presidente Donald Trump anunció que le iba a imponer una tarifa adicional del 10% a las importaciones chinas, afectando un flujo de comercio cercano a los u$s300.000 millones.

Dichos aranceles entrarán en vigencia el 1 de septiembre y se suman al 25% de penalidad que ya había instrumentado la Casa Blanca para castigar al gigante asiático.

Frente a esta embestida, el Banco Popular de China forzó una baja de su moneda, alcanzando el menor nivel desde mayo de 2008, al tiempo que el presidente Xi Jinping ordenó a las compañías de su país que no compren más productos agrícolas a los Estados Unidos.

Con la crisis entre ambas potencias instalada, el analista Marcelo Elizondo alertó que, más allá de alguna ventaja de corto plazo –como el hecho de que China compre más soja argentina-, puede haber riesgos concretos para la Argentina.

"No es una buena noticia para nuestra economía, para nada", afirmó el ex director ejecutivo de Fundación ExportAr.

"Los impactos pueden ser múltiples y de diversa índole: si el dólar se fortalece porque se da un escenario de flight to quality, esto seguramente repercuta en una mayor inestabilidad cambiaria, como ocurrió estos días", sostuvo.

En cuanto a los flujos de bienes y servicios, explicó que "al chocar dos de las mayores potencias del mundo, se puede esperar una desaceleración del comercio internacional y del crecimiento del producto mundial. Esto tampoco es positivo para ningún país emergente".

Elizondo afirmó que la suma de las exportaciones de China y Estados Unidos equivale nada menos que al 25% del total mundial y que por eso resulta imposible pensar que no va a haber efectos colaterales.

Así, "una obstrucción del comercio entre ellos afectaría seriamente al comercio mundial total y a la economía global. Además, la guerra comercial puede producir excedentes de stocks que ambos quieran colocar en otros mercados", agregó.

Para ponerlo en contexto, el gigante asiático cada año despacha ropa e indumentaria al mundo por u$s140.000 millones, equivalente a todas las exportaciones albicelestes a lo largo de casi tres años. También a modo comparativo, las fábricas de juguetes chinas exportan por un valor que es entre 10 y 15 veces superior que lo que venden al exterior todas las automotrices instaladas en la Argentina.

Voces de alerta

En este contexto, comenzaron a oírse las primeras voces de alerta. Desde la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) advirtieron que "el freno a la entrada de producción China en Estados Unidos puede provocar desvíos de comercio hacia otros destinos, lo que podría significar para nuestro país el ingreso de prendas a precio de liquidación".

Además, plantearon que la devaluación del yuan significa un abaratamiento adicional de la mercadería asiática. En este sentido, plantearon que el tipo de cambio real con China –es decir, descontando el efecto inflacionario en ambas economías- prácticamente no se modificó en julio de 2019 comparado con julio de 2018, a pesar de la fuerte devaluación que sufrió el peso argentino en ese período.

Frente a esta amenaza, le pidieron al Gobierno que implemente "una activa política de administración del comercio exterior, similar a la que existe en la actualidad en Estados Unidos y varios países europeos".

Hay otros sectores en los que se analiza la guerra comercial entre ambas potencias con suma preocupación. Desde la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), su secretario, Horacio Moschetto, planteó que "hay que estar alerta porque China fabrica más pares por año que la suma de toda la población mundial. Es decir que ese país tiene una sobreproducción que siempre amenaza a mercados como el nuestro y más en un contexto como el actual".

Según el directivo, actualmente se encuentra vigente una medida antidúmping que impide que ingresen al país calzados por debajo de los u$s13,38. "Esto, por ahora, nos protege de recibir toda la basura que anda dando vueltas en contenedores por el mundo", afirmó.

Sin embargo, Moschetto advirtió que dicha medida de protección vence el año próximo, por lo cual el sector deberá estar atento a cómo evoluciona el conflicto entre esos dos países y sus efectos en los mercados emergentes.

En paralelo, desde la Cámara de la Industria del Jueguete, coincidieron en señalar que el sector vive con preocupación la tensión internacional. 

"Vemos que China se está volviendo más competitiva por la devaluación y es de esperar que, al tener problemas para acceder a los Estados Unidos, tengan que buscar otros compradores. Y en Sudamérica, la Argentina es uno de los principales mercados, después de Brasil", indicaron a iProfesional

Desde la entidad señalaron además que, de darse este fenómeno, se sentiría principalmente en el segmento de juguetes de baja gama. "Hay que ser cautelosos, para evitar que ingresen productos con problemas de seguridad. Nos preocupa que entre mercadería riesgosa, que no cumpla con las normas técnicas", recalcaron. 

Desde Coface, compañía especializada en seguros de crédito, elaboraron un informe en el que alertaron que las expectativas económicas se deterioraron significativamente en toda la región asiática y que más del 50% de las empresas de Hong Kong, China, Japón, Singapur y Taiwán no esperan obtener crecimiento durante 2019, en parte como consecuencia de la guerra comercial. Estos factores no hacen más que ratificar un potencial escenario de desvío de comercio.

Las razones detrás del conflicto 

Para analistas como Marcelo Elizondo, una de las raíces del problema entre ambas potencias, si bien no es el principal, está vinculado con el déficit comercial récord que tiene Estados Unidos por las importaciones chinas.

Según el Departamento de Comercio, en 2018 el rojo total alcanzó los u$s621.000 millones, el mayor nivel desde 2008. El dato a resaltar es que, de ese total, China explicó u$s419.000 millones, con un avance interanual del 12%.

 

Las principales importaciones estadounidenses se componen de productos electrónicos de consumo, indumentaria y maquinaria.

Sin embargo, según Elizondo, "está en juego un tema mucho más estratégico". Acto seguido, vinculó la pulseada entre ambos gigantes con una pelea de fondo por el dominio tecnológico.

"El conflicto entre EE.UU. y China no es de naturaleza comercial, sino político-estratégico. Por lo tanto, su resolución depende del acuerdo político entre los líderes de las dos superpotencias", señala.

Para el experto, lo que está en juego, más que el megadéficit por importaciones del que se queja Washington, es el futuro manejo de la tecnología a través de la propiedad intelectual de empresas estadounidenses. Y la Casa Blanca acusa a Beijing de estar apropiándose de esta información estratégica.

Según un informe de la consultora DNI, Trump apunta contra China por haber operado a través de la imposición de restricciones en licencias que considera arbitrarias, acuerdos de trasferencia de tecnología injustos y abusivos y hasta intrusión en computadoras estadounidenses por parte de organizaciones chinas.

El punto central está en que cualquier compañía que pretende ingresar al mercado chino o producir allí –sea una empresa de informática o una automtoriz-, queda obligada a formar un joint venture con el gobierno chino.

 Y, como consecuencia de esta unión, debe compartir software, patentes y secretos tecnológicos que luego, supuestamente, el gigante asiático se apropia y lo utiliza para producir copias que les hacen perder miles de millones de dólares al año a las compañías estadounidenses.

"La cuestión de trasfondo es que hay una disputa muy fuerte por el liderazgo mundial, a nivel económico y tecnológico. Con la llegada de Trump y su filosofía 'Make America Great Again', EE.UU. dejó en claro que no va a ceder", concluyó Elizondo. 

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