Macri, elecciones y "efecto TLC": el debate sobre el futuro del empleo y la industria copa la agenda política
Es un hecho trascendental, sin dudas. Fueron más de 20 años de negociaciones y un final que parecía muy lejano. Sin embargo, durante las primeras horas de la tare del viernes (hora Argentina), explotó la noticia: finalmente, el Mercosur había logrado el tan ansiado acuerdo con la Unión Europea.
En el seno del macrismo se vivió como una de las más grandes gestas en estos casi cuatro años de gobierno. Fue el corolario de la política de "inserción inteligente en el mundo" con la que tanto insistieron desde el oficialismo y que arrojó resultados dispares.
El objetivo de mostrar un país con un marco normativo más previsible no terminó por generar el boom de inversiones con el que se había entusiasmado el macrismo. En el plano exportador, sí hubo algunas conquistas importantes, como la apertura del mercado chino para los cortes vacunos de alto valor, o el levantamiento de las restricciones a los cítricos por parte de los Estados Unidos, tras casi dos décadas de prohibiciones.
Sin embargo, fue en el campo político donde Macri obtuvo más réditos: el buen feeling que el Presidente logró con los principales líderes mundiales en cada foro internacional, incluida la cumbre del G20 en Buenos Aires, fue la llave que le permitió al Gobierno recibir un espaldarazo decisivo para lograr la ansiada luz verde del FMI y así obtener un auxilio cuando las necesidades financieras apremiaban.
Y el impacto que implica el Tratado de Libre Comercio entre ambos bloques es un elemento que ya se convirtió en uno de los grandes ejes de campaña.
Poco después de finalizada la cumbre del G20 en Osaka, rodeado por líderes como Emmanuel Macron, Francia; Angela Merkel, Alemania; Theresa May, Reino Unido y Jair Bolsonaro, Brasil, entre otros, Macri fue el encargado de tomar el micrófono. Desde el estrado, afirmó que el acuerdo alcanzado "es el más importante de nuestra historia", al tiempo que aseguró que "será una posibilidad de crecimiento y empleo".
En el Gobierno, además, quieren ir por más: dese Cancillería aseguran que es el momento de profundizar las negociaciones para sumar nuevos socios y liberalizar más el comercio con países como Canadá, Singapur, Corea y Japón.
El acuerdo con la UE es trascendental porque desarma casi en su totalidad el esquema de gravámenes que afectan hoy al intercambio comercial entre ambos bloques. En este sentido, Europa eliminará los aranceles para el 93% de las exportaciones que llegen desde Sudamérica y otorgará un trato preferencial para casi todo el 7% restante. El Mercosur, en tanto, lo hará en un 90%.
Es un cambio radical que, sin dudas, contrasta con la política aislacionista que se implementó especialmente durante el último tramo de la gestión de Cristina Kirchner.
El famoso "1 a 1", que obligaba a las empresas a exportar por el mismo monto que pretendían importar; el cierre de los envíos al mundo de carne vacuna; la imposibilidad de girar dividendos al exterior y el congelamiento de las relaciones con los Estados Unidos, fueron algunas de las tantas medidas que se implementaron durante la anterior gestión.
Empleo e industria, en el centro del debate
Las dos formas antagónicas de ver la inserción de Argentina en el mundo volvieron en forma de un debate que promete ponerse cada vez más caliente.
Desde Osaka, Macri aludió al kirchnerismo cuando afirmó que "implosionaron el Mercosur" y que no había modo alguno de alcanzar un acuerdo en esas circunstancias.
En términos muy claros también lo puso Miguel Pichetto, quien lo acompañará como candidato a vice. Días atrás, consideró que en las elecciones nacionales ya "está en discusión si nos seguimos integrando al mundo o nos aislamos".
Y fue más allá al asegurar que en los próximos comicios "va a estar en juego la continuidad de un modelo democrático, de una visión de apertura al mundo, el diálogo con el capitalismo, con Estados Unidos".
La polarización entre estas dos formas de ver las relaciones internacionales ya se metió de lleno en la campaña y es una realidad, desde el momento en que Alberto Fernández salió a criticar el acuerdo con la Unión Europea.
"Un acuerdo así no genera nada para festejar sino muchos motivos para preocuparnos", disparó el precandidato de Frente de Todos a través de las redes sociales.
Las mismas redes en las que, vale aclarar, muchos se encargaron de retuitear viejos posteos de Cristina, posando con líderes europeos y en los que celebraba estar avanzando con las negociaciones entre bloques.
"No queda claro cuáles serían los beneficios concretos para nuestro país. Pero sí queda claro cuáles serían los perjuicios para nuestra industria y el trabajo argentino", lanzó el ex jefe de Gabinete.
Los 20 puntos clave del acuerdo entre el bloque europeo y el latinoamericano
Estas palabras, claramente, se contraponen a la visión que ofreció Macri, quien había afirmado que "interconectar nuestras economías permitirá tener más oportunidad de crecimiento para nuestra gente y para que podamos reducir los niveles de pobreza que hay en nuestra región".
En paralelo, el candidato a la gobernación bonaerense, Axel Kicillof, también utilizó las redes para hablar de "tragedia".
"Pino" Solanas, que encabezará la lista de diputados nacionales del Frente de Todos en la Ciudad, fue otro de los que se expresó: dijo que era "un día negro para los intereses nacionales", que habrá una "mayor reprimarización de la economía" y que el TLC es un ataque "desleal" a la industria argentina.
Incluso, la politización por los efectos del acuerdo irá in crescendo desde el momento mismo en que los gremios ya tomaron partido, al plantear el pacto con el bloque europeo como una amenaza para el mercado de trabajo argentino.
A través de un duro comunicado, desde la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur, integrada desde el lado argentino por la CGT y las dos CTA, advirtieron que el pacto con la UE tendrá "un funesto impacto" sobre el sistema productivo.
Tras criticar lo que consideraron fue una negociación poco transparente, agregaron que la misma no tuvo en cuenta las sensibilidades que existen en materia de empleo, principalmente del lado del Mercosur.
También, se están multiplicando los informes de consultoras kirchneristas que hacen foco en los riesgos que un salto de las importaciones de origen europeo podrían tener sobre el sistema productivo. De hecho, está circulando un documento del Observatorio de Empleo, Producción y Comercio Exterior (ODEP), de Paula Español -quien fue subsecrataria de Comercio Exterior durante el anterior gobierno-, en el que se advertía que un TLC podía destruir más de 180.000 puestos de trabajo.
Frente a las críticas que llueven por el supuesto riesgo implícito que hay para el mercado laboral, fue el propio canciller Faurie quien recogió el guante: "Creo que es la versión del temor con la cual le gusta trabajar al kirchnerismo".
El "efecto TLC" en plena campaña
En diálogo con iProfesional, Marcelo Elizondo, ex director ejecutivo de Fundación Exportar, aseguró que "el tema aislacionismo versus integración sin dudas va a profundizarse en la agenda política".
El mensaje entre lágrimas que el canciller Jorge Faurie le mandó a Mauricio Macri
"Básicamente porque es algo que le conviene al Gobierno. Cambiemos no tiene muchos resultados positivos para mostrar pero, en el terreno internacional, sí hay buenos logros, comenzando por el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Por eso Macri va a hacer de este tema uno de los ejes de campaña", sostuvo.
Ahora bien, ¿qué peso puede tener esto en los comicios? Para Elizondo, si bien es un tema que no define una elección por sí sólo, "en términos de la relación con el votante de clase media de Cambiemos, es positivo, le suma".
Además, consideró que hay otro factor determinante y es que "el Gobierno está volviendo a tomar la iniciativa política, como pasó recientemente con el ‘efecto Pichetto´".
"Hasta hace poco, el macrismo venía atrás con todos los temas. Venía teniendo que dar explicaciones por hechos en los que no estaban mostrando capacidad de manejo, como el dólar o la inflación. Ahora, es el oficialismo el que está produciendo los hechos y es la oposición la que ahora va atrás respondiendo", amplió.
Ahora, la pelea en el Congreso
Un aspecto clave es que los procesos para la implementación del acuerdo no son tan rápidos. Luego de evaluar al detalle todos los aspectos legales y la traducción del documento a más de 20 idiomas –un proceso que demandará varios meses- el TLC deberá ser aprobado por los congresos que conforman el Mercosur y también por el Parlamento Europeo.
En el caso de la Argentina, tras ser tratado el proyecto por las comisiones de Relaciones Exteriores, tendrá que tener luz verde por parte de ambas cámaras. De modo que se abre un interrogante: ¿quién estará al frente del Ejecutivo en 2020? ¿Qué tratamiento le dará al pacto de libre comercio?
Para Elizondo, será clave ver la postura que tomen muchos gobernadores, "dado que el TLC se presenta como una oportunidad para dinamizar las exportaciones de las economías regionales".
Sobre este punto, fue interesante cuando al canciller Faurie le preguntaron qué podría suceder con el acuerdo Mercosur-UE si era la fórmula Fernández-Fernández la que finalmente se imponías en las elecciones.
Sin temblarle la voz, el funcionario no descartó esa posibilidad y dijo que, independientemente de la fuerza que esté gobernando cuando toque tratar el debate, era importante mantener una continuidad. Es decir, no cerrarse más al mundo.