Un brote verde en plena crisis: la Argentina regresará al "top 5" del ranking mundial de los mayores exportadores de carne
La Argentina está atravesando, nuevamente, la época de "vacas gordas". No para toda la economía, está claro. Esta afirmación, más bien, se aplica en un sentido literal: después de desaparecer de numerosos mercados alrededor del mundo y de ver cómo se perdían posiciones en el ranking global, el sector de la carne está retomando el protagonismo que había perdido durante años anteriores.
Así, la ganadería –junto al agro- pasa a convertirse en uno de los pocos sectores que aportarán sus brotes verdes a una economía que está necesitando de más "motores", en un contexto en el que sobran las perspectivas más bien sombrías, como es el caso de las del Banco Mundial, que proyecta una caída del PIB de 1,7% para este año.
A contramano de otra gran locomotora, como la automotriz, que se espera se siga moviendo en terreno negativo en los próximos meses, el entramado de empresas que conforma el complejo de la carne rebosa de optimismo.
Después de un 2018 realmente superlativo en términos de exportaciones, en el sector apuestan a que las ventas al mundo vuelvan a expandirse, de la mano de la reapertura del mercado de EE.UU. –tras 18 años de prohibiciones-; a partir de la rúbrica de nuevos acuerdos con destinos poco tradicionales, como Japón y Túnez; y de la aprobación de protocolos sanitarios para incrementar los envíos de cortes vacunos a China, hoy el principal comprador.
Y esto, aseguran empresarios y directivos de cámaras, tendrá impacto en la posición que ostenta la Argentina en el mercado global de carne.
El 2009 había sido el último gran año para productores ganaderos y frigoríficos. En ese entonces, el país se posicionaba en el puesto 4 del ranking que elabora el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
Sin embargo, a partir de allí comenzó la debacle: fue cuando el entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno, empezó a retacear los permisos para vender al exterior con el objetivo de inundar la plaza doméstica con cortes a bajo precio, como forma de domar la inflación.
El resultado fue la pérdida de 10 millones de cabezas de ganado y el desplome de los despachos al exterior. Como consecuencia de este accionar, para 2010 la Argentina ya había caído del cuarto al noveno puesto. Y, hacia 2013, el país directamente salió el top 10, siendo superado por naciones con menor tradición ganadera, como México.
Además, por aquellos años, tanto Paraguay como Uruguay estaban concretando exportaciones por un volumen que más que duplicaba los envíos realizados por frigoríficos locales.
Como consecuencia del desplome de este negocio, para 2015 el país fue testigo de cómo cerraron sus puertas unas 130 plantas de procesamiento, que derivó en la pérdida de 16.500 puestos de trabajo.
Y fue, además, cuando se hizo evidente el éxodo de los grupos brasileños, que abandonaron el país o achicaron sus operaciones tras años de pérdidas.
Recuperación y récord
Sin embargo, en 2018 la historia se revirtió notablemente. Y mucho de eso tuvo que ver la devaluación, que incrementó los niveles de competitividad del producto nacional. A esto se sumó el inédito protagonismo que comenzó a tener el gigante asiático, que pasó a demandar más de la mitad de todo lo que la Argentina le vende al mundo.
De hecho, durante 2017, cuando se comenzó a gestarse el despegue del "bife nacional", China explicó el 96% del crecimiento de los embarques nacionales al exterior.
En gran medida gracias a este empuje, el año pasado fue muy positivo para el sector: las exportaciones concluyeron con 552.000 toneladas peso res, lo que implicó un salto interanual sin precedentes, del orden del 76%, logrando además el mayor volumen desde el año 2009.
Esta performance tuvo su recompensa: la Argentina escaló del puesto 10 al 6 en el ranking internacional.
No solo eso: según destacan desde el Consorcio de Exportadores de Carnes, el monto facturado por estos despachos alcanzó los u$s1.946 millones, "la mayor cifra alcanzada en nuestra historia", señalan.
"Luego de años de fuertes intervenciones, de castigo al comercio exterior de carne bovina, el boom exportador es en realidad una recuperación, una vuelta a la normalidad de un país con el rodeo, la industria, el prestigio y la tradición exportadora de Argentina", señala el economista Juan Manuel Garzón, del IERAL.
El experto agrega que esta tendencia está ayudando al reposicionamiento del país en el concierto internacional:
-Entre 2002 y 2007, la participación de las empreas locales en el negocio mundial de la carne fue del 6,9%, en volúmenes.
-Para el período 2012-2015, el share promedio se había desplomado a menos de la mitad (3,2%).
-Ahora, con el salto experimentado en 2018, la participación se ubica en un 5,4% en cantidades.
Según Garzón, son cifras que están "mucho más en línea con una situación de normalidad". Sin embargo, aclara: "Todavía hay margen para seguir creciendo".
El regreso al "top 5"
Tras la buena performance de la industria, las proyecciones que manejan en el sector indican que está todo dado para volver al puesto 5 del ranking de países que dominan el comercio global de carne vacuna.
Según las perspectivas trazadas en el Outlook Ganadero 2019, elaborado por el equipo técnico de CREA, el país estará en condiciones de generar exportaciones por unas 600.000 toneladas (peso res).
¿Qué implica esto? De confirmarse, la Argentina estará subiendo un escalón más y pasaría del puesto 6 que ostentó en 2018 al 5, desbancando a Nueva Zelanda (ver cuadro).
De este modo, se regresaría al selecto grupo de proveedores, ubicándose por detrás de gigantes como Brasil, India, Australia y Estados Unidos, que marcan una gran diferencia respecto del resto.
Para ponerlo en perspectiva, mientas que la Argentina aspira a exportar 600.000 toneladas, el USDA prevé para EE.UU. -cuarto jugador en el escalafón mundial-, envíos por 1,4 millón de toneladas. Y, en el caso de Brasil -líder indiscutido-, la proyección es de 2,2 millones de toneladas, casi cuatro veces más.
Así y todo, los expertos consideran muy positivo el regreso a la "marquesina" principal.
Mercados más demandantes
En cuanto a los factores que promoverán este nuevo salto de los despachos, desde CREA destacan que el incremento "estará explicado en gran medida por ventas hacia el mercado chino".
Estiman, de hecho, que el gigante asiático estará adquiriendo 6 de cada 10 toneladas vendidas por los frigoríficos nacionales.
A esto se suma la reapertura del mercado de Estados Unidos, luego de que -por la fiebre aftosa primero y por demoras burocráticas posteriores-, la carne argentina estuviera ausente nada menos que desde el año 1999.
Si bien los organismos sanitarios habían habilitado el reingreso en 2015, la mala relación entre las administraciones de Barack Obama y Cristina Kirchner hizo que la Casa Blanca no le pusiera el "gancho" definitivo.
Las demoras se prolongaron hasta que, como gesto político hacia Mauricio Macri en el marco del G20, Donald Trump dio el ok definitivo.
Por estos días, la Secretaría de Agroindustria abrió el registro de frigoríficos para cubrir una cuota anual libre de arancel de 20.000 toneladas. En tanto que los despachos realizados por encima de ese volumen tendrán que abonar un gravamen del 26,4%.
Desde CREA indicaron que "aunque la cuota actual de 20.000 toneladas sin aranceles representará sólo un 3% del volumen exportado total, tiene un gran impacto, por ser el país del norte un referente mundial en términos de estatus sanitario, lo que podría facilitar las negociaciones para el ingreso a otros países con carne de alto valor".
Además, esta operación marca un "hito": el 80% de estos envíos serán cortes magros, que se destinarán a la producción de hamburguesas. De modo que el bife argentino formará parte de uno de los alimentos emblema de los consumidores estadounidenses.
En paralelo, hubo avances importantes en otros mercados. En esta dirección, resulta clave el hecho de que la Argentina concretara en 2018 la primera venta en la historia de carne vacuna con destino a Japón.
Se trató de un contendor cargado con 10 toneladas, que incluyó 13 cortes diferentes de un frigorífico patagónico, para ir testeando cómo se comporta la demanda. El objetivo es que las operaciones comiencen a despegar este año.
En paralelo, hace pocos meses también se concretó el primer envío a Túnez, luego de seis años sin realizar ninguna operación.
"Es una noticia muy relevante para el sector de la carne y, en general, para el panorama de las exportaciones argentinas, que poco a poco van recuperando y ganando mercados", señaló el canciller Jorge Faurie respecto de esta operación.
Así, el campo en su conjunto -incluyendo la producción de proteínas vegetales y animales- tendrá un rol fundamental en un año electoral en el que será clave contar con una buena oferta de dólares para evitar sobresaltos cambiarios. Y sus brotes verdes, si bien no alcanzarán para revertir la contracción del PIB, al menos ayudarán a amortiguar bastante la caída.