Se viene Bolsonaro en Brasil: hay empresas argentinas que buscan ser las "estrellas" de 2019
La irrupción del impredecible Jair Bolsonaro en la mayor economía de Sudamérica significó un sacudón para el Gobierno.
La Casa Rosada viene de mantener una relación bilateral en modo "velocidad crucero" con Michel Temer, un presidente muy débil en términos políticos y con un cargo que tenía una fecha de vencimiento muy breve.
Por eso, cuando Bolsonaro amenazó con minar las bases del Mercosur tal como se lo conoce hoy en día o cuando su "gurú" económico, Paulo Guedes, señaló que la Argentina no era prioritaria, el Gobierno salió rápidamente del letargo.
Es que, apenas cambie el calendario, el 1 de enero de 2019 marcará el inicio de una nueva era en Brasil, que pasará a estar comandada por un personaje por ahora enigmático: un ex militar proclive a las declaraciones explosivas, con mucha llegada en la comunidad evangelista y que accede al poder con un fuerte mensaje en favor de bajar impuestos y de achicar la estructura del Estado.
En cuanto a su plan para las relaciones internacionales, apenas anunció que en su primera gira iba a visitar únicamente Chile, generó un profundo malestar en el macrismo.
Sin embargo, lo positivo es que, tras las declaraciones altisonantes, parece ir bajando la tensión bilateral: días atrás, el propio Bolsonaro adelantó que pensaba incluir a la Argentina en su itinerario.
Del lado argentino, quien más viene intentando limar asperezas es el ministro Dante Sica, quien afirmó que la asunción del próximo presidente en el país vecino traerá "estabilidad" y permitirá que esa economía "se recupere rápidamente".
En el Gobierno se aferran a la fórmula "1 - 0,25", según la cual, por cada punto que se expanda el PBI brasileño, habrá un efecto arrastre que empujará a la Argentina a crecer un cuarto de punto.
En diálogo con iProfesional, Gustavo Segré, CEO de la consultora Center Group, con sede en San Pablo, plantea que este año la nación vecina culminará con un alza de 1,4%, mientras que para 2019 se prevé –en función de las medidas anunciadas por Bolsonaro- "un incremento de 2,5 puntos para arriba".
Siguiendo con la lógica que plantean en el Ministerio de Producción, la Argentina entonces tendría asegurada una expansión de su PBI de entre 0,6 y 0,75 puntos, sólo por "engancharse" a la locomotora que pasará a comandar Bolsonaro.
Este aporte al menos ayudará a amortiguar un poco la caída de la economía doméstica que se pronostica para 2019, que la CEPAL la cifra en 1,8%.
Para Segré, "en términos económicos, Brasil está cada vez un poco más sólido, a lo que se suma una inflación estabilizada, en torno al 4,3% anual.
Y, a esta altura, son variadas las señales que marcan una nueva fase de crecimiento en el país vecino.
Morgan Stanley, por ejemplo, acaba de plantear que Brasil tiene el mayor potencial de ganancia entre los mercados emergentes.
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En paralelo, UBS viene de señalar que se está ante un ciclo de expansión de la economía fuerte y sostenible que, aseguran sus técnicos, podría extenderse por los próximos diez años.
Hay, en definitiva, un "reenamoramiento" con Brasil y su potencial económico.
Y lo positivo –al menos en el corto plazo- es que este escenario coincide con el efecto que dejó la devaluación del peso: actualmente, el tipo de cambio real bilateral –es decir, descontando inflación- resulta un 75% más ventajoso para la Argentina que en octubre de 2015, cuando se hacía insostenible el atraso cambiario.
Este triple efecto –devaluación local y, por el lado de Brasil, una mayor demanda y una mejora de las expectativas económicas para 2019- está impactando positiviamente en la performance de las exportaciones albicelestes: en noviembre registraron una suba interanual del 10% y acumulan una tasa del 17,5% en once meses.
"Luego de un par de años malos, economía brasileña ha comenzado a recuperarse, y se pronostica un mayor crecimiento para el próximo año. Además, se ha encarecido con respecto a Argentina. Todo esto favorece una demanda creciente de nuestros productos, hecho que ya comenzó a observarse durante este año", plantea Jorge Day, economista de Fundación Mediterránea.
Desde San Pablo, Welber Barral, ex subsecretario de Comercio Exterior en épocas de Lula, afirma que "el crecimiento de Brasil sin dudas impactará favorablemente en la industria argentina. No sólo en el complejo automotor, sino en otros productos industriales, así como en los alimentos".
Sectores con mayor potencial en 2019
En cuanto a las ramas de actividad que, se espera, recibirán un mayor impulso desde Brasil durante 2019, se destacan especialmente las que están inlcuidas en el complejo industrial, que explica casi 7 de cada 10 dólares que la Argentina exporta al país vecino.
Entre los principales rubros figuran:
-Industria automotriz
Este sector genera el 65% de los embarques de todo el complejo manufacturero. La mitad son exportaciones de pick-ups, mientras que el 35% son autos y el 15% restante, piezas y componentes.
"Se prevé un impacto positivo por la reactivación de la demanda brasileña. Y esto puede ayudar a empujar a las terminales y autopartistas", detallaron desde AFAC, entidad que nuclea a Pymes proveedoras de las automotrices.
ANFAVEA, entidad que representa a las marcas que operan en el país vecino, prevé que en 2018 se superarán las 2,52 millones de unidades patentadas, considerando autos, camionetas y camiones. Esto implica unos 300.000 vehículos por encima del registro de 2017 (alza cercana al 15%).
Mientras que para 2019, si bien desde la entidad todavía no trazaron una proyección, sí anticiparon que prevén un crecimiento de las ventas a una tasa de dos dígitos.
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Son buenas noticias para la industria nacional: en noviembre los despachos de autos y pick-ups "explotaron", con un salto del 36%, más allá de que este boom no alcanzó para compensar el derrumbe de las ventas internas y su impacto en la producción.
Cabe destacar que en once meses, las terminales locales enviaron casi 47.500 unidades más que en igual período de 2017. El otro dato clave es que la "brasildependencia" volvió para quedarse: el mercado vecino explica el 90% del crecimiento de las exportaciones, lo que demuestra que el plan macrista de diversificar mercados (con foco en América Latina) no está dando grandes resultados.
De mantenerse la tendencia, en 2019 la Argentina podría venderle sólo al país vecino unas 215.000 unidades, una cifra superior a lo que el sector despachó el año pasado a todos los mercados.
-Plástico y sus manufacturas
Es un complejo clave dado que representa el 10% de todo lo que mueven las exportaciones industriales.
Bajo este paraguas se engloban diversos insumos, como polietileno y polipropileno, que tienen como destino final a las fábricas brasileñas que producen artículos plásticos.
Entre los bienes que más dólares están generando también figuran productos terminados, como envases, cápsulas y tapones, además de tubos y juntas, utilizados en casas e industrias.
Si se confirma el crecimiento esperado para la industria brasileña en 2019, entonces todo este complejo podría concretar exportaciones por más de u$s700 millones.
-Caucho y manufacturas
Las ventas al exterior de este sector acumulan una caída del 17% entre enero y noviembre respecto del mismo período del año pasado.
Pero es una de las ramas de actividad con mayor potencial porque el 70% de las operaciones que se registran bajo esta categoría corresponden a neumáticos.
Hasta abril, antes del salto del dólar, la industria estaba viéndose afectada por la importación, a lo que se sumó la contracción del mercado interno. Ahora, compañías como Bridgestone, Fate o Pirelli tienen por delante un 2019 más dinámico en materia de exportaciones.
Considerando un crecimiento del 10% para el mercado automotor brasileño, entonces este rubro está en condiciones de generar negocios con Brasil por más de u$s190 millones.
-Alimentos
Productos lácteos, que generan ventas al mercado vecino por u$s200 millones al año; malta, para la producción de cerveza, harina de trigo; frutas frescas, principalmente peras y manzanas; vinos, en especial el Malbec, y papas precocidas y congeladas, producidas en territorio bonaerense, son algunos de los alimentos y bebidas que muestran el mayor potencial en esta categoría de cara a 2019.
Con que la demanda acompañe el crecimiento esperado para el PBI, entonces alcanzará para que las manufacturas agropecuarias de Argentina puedan asegurarse un piso de exportaciones por u$s1.400 millones.
Cabe destacar que, según un relevamiento de la Asociación Brasileña de Supermercados (ABRAS), las ventas en este canal acumularon una expansión de casi 2% entre enero y octubre.
Desde la entidad señalaron que, luego de un largo período en el que los consumidores se mantuvieron cautelosos, debido a las incertidumbres del escenario económico y político, "ahora percibimos que la confianza está volviendo gradualmente, tanto para los empresarios como para los compradores", esperándose así un crecimiento más sólido de cara a 2019.
Según el Índice de Confianza, elaborado por ABRAS y la consultora GfK, el nivel actual acerca a los 58 puntos, el mayor registro desde que se inició la serie, en febrero de 2015. A esto se suma que el 65% de los encuestados declaró que las ventas mejorarán en los próximos seis meses.
Festejos en el corto plazo, alerta en el mediano
La llegada de un nuevo gobierno mejoró las expectativas. Y también renovó el humor entre los empresarios locales.
Sin embargo, para los expertos, la mejor perspectiva que se abre de cara a 2019 no debe posponer el debate sobre la adeudada mejora de la productividad por parte del "Made in Argentina".
"¿Es una buena noticia para el país que crezca el principal socio comercial? Sin dudas. El tema es que Bolsonaro estará implementando una agenda de cambios estructurales muy profundos, lo que obliga a tener que trabajar en la competitividad estructural de la industria nacional", plantea Segré.
Marcelo Elizondo, ex director de Fundación ExportAr, coincide: "El plan de gobierno de Bolsonaro plantea privatizaciones, reducción de impuestos, desregulaciones y baja del gasto público. Uno de sus objetivos es reinsertar a Brasil en el mundo. Si logra todo esto, va a dar un salto de productividad que le va a meter presión a las empresas argentinas".
A esto, el experto le sumó un factor extra: la inminente flexibilización del Mercosur como la que postula el presidente electo brasileño. De confirmarse, implicará la pérdida de muchos beneficios arancelarios.
"La industria nacional exporta la mayor parte al país vecino por cercanía, pero también porque se ingresa con ventajas. Si se pierde esa preferencia y hay que competir con proveedores extra bloque, ahí pueden aparecer problemas", asegura Elizondo, quien agrega que "es momento de que todo el arco empresarial se plantee cómo trabajar a mediano plazo para vender en un contexto de mucha mayor competencia en Brasil".
Por lo pronto, ese futuro está más cerca de lo que se piensa: el próximo gobierno ya anticipó que en 2020, cuando caiga el acuerdo automotor bilateral y se ponga fin al sistema de cupos, presionará para implementar un régimen de libre comercio.
"La industria automotriz brasileña es entre cuatro y cinco veces más grande que la nacional. Si entra en vigencia el libre comercio, entonces corremos el riesgo de perder inversiones y que el desbalance sea mucho mayor", advierten desde AFAC.