Así serán las agitadas 46 horas de Trump en el G20: de la cumbre con Macri a la reunión con China
El imponente Air Force One tocó tierra poco después de las 22 horas de este jueves. El presidente de los Estados Unidos finalmente pisó suelo argentino, dando así inicio a una visita que se extenderá por unas 46 horas, dado que está prevista su partida poco antes de la 21 del próximo sábado.
La gira del mandatario en el marco de la Cumbre del G20 será un poco más corta de lo que se esperaba, teniendo en cuenta que el Gobierno esperaba recibirlo con todos los honores para que, junto a su esposa Melania, comparta una cena con Mauricio Macri y Juliana Awada.
Desechada esa posibilidad, el primer mano a mano entre ambos mandatarios comenzó este viernes pasadas las 7 de la mañana en la Casa Rosada. Allí el Presidente recibió a su par estadounidense que llegó unos minutos demorado.
Antes de la reunión bilateral a puertas cerradas, ambos mandatarios dieron una breve conferencia de prensa, donde Macri le agradeció a los Estados Unidos su respaldo frente al Fondo Monetario Internacional (FMI) con el que la Argentina cerró un acuerdo stand-by.
"Es un buen momento para agradecer el enorme apoyo que hemos recibido de los Estados Unidos y de su Gobierno, en especial en este último año donde estamos atravesando momentos difíciles. Y con el apoyo de ustedes y el acuerdo que se facilitó con el Fondo, hemos empezado a construir de vuelta hacia un mejor futuro", dijo Macri en una berve conferencia de prensa.
"Y también quiero agradecerte todo lo que estamos trabajando, en temas de educación, de defensa y sobre todo de seguridad interna, en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico, que son enemigos de nuestros ciudadanos", continuó.
Por último, aclaró que los inversores más importantes en la Argentina son las empresas americanas. "Esperamos que lo sigan siendo, que sigan apostando al talento argentino y nos sigan ayudando a crear empleo de calidad", cerró el Presidente.
El líder de la Casa Blanca, se sabe, fue el artífice del apoyo del Fondo para que active la partida de u$s57.100 millones.
Incluso, quedará en el anecdotario que el mandatario intentó acercar la ayuda financiera a través del propio Tesoro de los Estados Unidos pero, ante las imposibilidades de avanzar con esa medida, se movió activamente en el FMI para que se diera luz verde con la aprobación de estos fondos para la Argentina.
El temario de la agenda entre ambos jefes de Estado, trascendió, será amplio y variado. Pero, sin dudas, el foco de interés por parte de Macri estará puesto en avanzar con el convenio para incentivar inversiones de empresas estadounidenses en la Argentina, principalmente en Vaca Muerta.
Tras los agradecimientos por el espaldarazo ante el organismo de crédito, el objetivo del Gobierno argentino será profundizar los alcances del pacto de inversiones.
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El miércoles, el canciller Jorge Faurie encabezó un encuentro en el Palacio San Martín con el presidente y CEO de la Overseas Private Investment Corporation (OPIC), una institución financiera de desarrollo del gobierno de Estados Unidos que respalda a empresas para proyectos en mercados emergentes.
Mediante la firma de una carta de intención se oficializó impulsar desembolsos en territorio nacional por unos u$s813 millones. Son proyectos que terminarán movilizando una cifra superior –según estimaciones oficiales- a los u$s3.000 millones en áreas como logística, infraestructura y energías renovables.
Entre las iniciativas que contarán con apoyo financiero por parte de ese organismo figuran el corredor vial Buenos Aires-Mendoza, desarrollos de energía solar en San Juan y de energía eólica en Chubut y en Santa Cruz, un proyecto de gasoducto que conectará Vaca Muerta y la ampliación de un parque logístico.
El Gobierno lo promociona como un verdadero logro: sin ir más lejos, desde 2010 hasta la fecha, el OPIC sólo había activado financiamiento para proyectos en la Argentina por apenas u$s10 millones.
Sin embargo, la clave de la reunión con Trump pasará por profundizar el financiamiento. Cabe destacar que actualmente OPIC posee un capital de u$s29.000 millones, con proyectos que viene ejecutando en más de 100 países.
Macri también insistirá con un tema clave a nivel comercial: el regreso del biodiésel argentino al mercado estadounidense, especialmente luego de que Washington decidiera rever el castigo arancelario a este derivado de la soja, medida que lo sacó definitivamente del negocio y que terminó anulando exportaciones nacionales por más de u$s1.200 millones anuales.
El inicio del conflicto se dio a comienzos de año, cuando el Departamento de Comercio de Estados Unidos llegó a la conclusión final de que las importaciones de biodiésel de Argentina e Indonesia habían sido objeto de dumping.
Así, los aranceles para el combustible argentino en base a aceite de soja se ubicaron en un rango de entre 71,45% y un 72,28%.
Hace dos semanas, a través de una medida publicada en el Federal Register (el boletín oficial de EE.UU.) la administración de Trump oficializó la revisión de los derechos antidumping y compensatorios que pesan sobre el este producto.
El objetivo del Gobierno ahora es que, especialmente tras los cambios en las retenciones, el biodiésel con sello nacional quede exceptuado definitivamente, tal como ya lo hiciera Washington con el acero y el aluminio procedente de la Argentina, que también fueron eliminados de la "lista negra".
En el plano político, Trump tiene intenciones de redoblar esfuerzos en contra del régimen de Nicolás Maduro. Macri, como anfitrión -y como agradecimiento por su gestión ante el FMI-, dedicará varios párrafos de algunos de sus discursos para pedir por una normalización del proceso político en Venezuela.
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El objetivo inicial de Estados Unidos era incluir el tema en el documento final que presentará el G20. Sin embargo, es un tema que requeriría del consenso de otras naciones con peso, como Rusia y China, y no habría espacio para sumarlo.
Agenda agitada
Está previsto que luego del mano a mano con Macri, Trump tenga un encuentro con sus pares de México, Enrique Peña Nieto y con el de Canadá, Justin Trudeau, con quienes firmaría las bases del acuerdo que reemplazaría al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA).
El nuevo pacto trilateral será bautizado como "USMCA", por los nombres de los países que lo conforman. Según informó la CNN, el renovado acuerdo comercial difiere del de 1993 en varios capítulos, además de incluir uno exclusivo sobre comercio digital.
La modificación más importante pasaría por el acuerdo automotor: para que un vehículo pueda ingresar sin aranceles a cualquiera de los tres países, deberá estar fabricado en su mayor parte en América del Norte y por trabajadores que cobren un salario no menor a los u$s16 por hora.
La agenda del líder de la Casa Blanca podría haber sido incluso más cargada si no hubiese sido por la cancelación de la bilateral con Vladimir Putin, debido a la tensión entre Moscú y Kiev luego de la toma rusa de tres buques militares con bandera ucraniana.
"Basándome en el hecho de que los barcos y los marineros no han sido devueltos a Ucrania desde Rusia, he decidido que sería mejor para todas las partes involucradas cancelar mi reunión previamente programada en Argentina con el presidente Vladimir Putin", escribió Trump en su cuenta de Twitter, para luego agregar que confía tener "una cumbre significativa" con el líder ruso "tan pronto esta situación se resuelva".
Un documento final "lavado"
El sábado en Costa Salguero, Trump debatirá los últimos puntos del comunicado final, para el cual no se esperan grandes novedades y que sería mucho más "lavado" que el que pretenden los líderes de las potencias europeas, además de Japón.
Sucede que mientras estos últimos países presionan para imponer en dicho documento un llamado a bregar por el multilateralismo y la integración como forma de potenciar el crecimiento mundial, Estados Unidos está en plena pelea comercial con China, a través de una guerra de aranceles como principal "armamento".
Así, Macri, como líder del país anfitrión, quedará en medio de la puja de intereses entre los países "pro libre comercio" y Estados Unidos, embarcado en una batalla con el gigante asiático.
"Para el Gobierno es clave que no fracase la Cumbre. Si se logra un documento final con cierto contenido, entonces podrá considerarse un logro", detalla a iProfesional Marcelo Elizondo, experto en negocios internacionales, quien agrega que las disputas políticas y comerciales hacen que no sea un objetivo tan simple.
Por su parte, Raúl Ochoa, co-chair en el Task Force Trade, Investment & Tax Cooperation del T20, el think tank del G20, plantea que "el equilibrio que tendrá que hacer Macri va a requerir de un gran esfuerzo".
"Los sherpas están trabajando incansablemente para avanzar con un documento final del G20, que igualmente terminaría siendo muy suavizado", agrega Ochoa, en el sentido de que no va a ser tan crítico en contra de las políticas proteccionistas.
"Desde nuestro punto de vista, el tema de la importancia del multilateralismo debería quedar bien reflejado. Pero entendemos que se va a diluir un poco en medio de la fuerte pelea entre Estados Unidos y China", agrega el experto.
A propósito: está previsto que antes de las 19 horas Trump cene con el mandatario chino Xi Jinping. Todas las miradas del mundo estarán puestas en el resultado que arroje esta cumbre.
Sucede que ambos líderes ya impusieron aranceles de uno y otro lado para castigar la entrada de productos que al año acumulan un valor de u$s360.000 millones, equivalente a lo que la Argentina exportó en los últimos seis años.
De ese total, Trump aplicó un castigo a importaciones chinas por un valor de u$s250.000 millones, mientras que el mandatario del gigante asiático impuso medidas contra el ingreso de bienes estadounidenses que al año representan unos u$s110.000 millones.
El punto central es que Trump ya avisó que si no hay acuerdo activará una segunda tanda de aranceles, que afectarían al 100% de las importaciones de bienes chinos.
Según Ochoa, "como la nación asiática le compra mucho menos a Estados Unidos, no tiene el mismo poder de retaliación. Entonces, Beijing podría buscar otras vías y así se corre el riesgo de entrar en una fase mucho más peligrosa en esta guerra comercial".
El experto que forma parte del think tank del G20 no es optimista respecto de la firma de un acuerdo que solucione esta crisis con alcance global: "Las exigencias que plantea Trump en cuanto a propiedad intelectual, transferencia de tecnología y sociedades de capital estala, son muy elevadas y Jinping no las va a aceptar".
Sin embargo, Ochoa espera que la cumbre entre ambos mandatarios arroje una suerte de tregua, que al menos detenga la batalla de aranceles y, por consiguiente, se evite momentáneamente pasar a una segunda fase en esta contienda.
Finalmente, antes de las 21 horas del sábado, Trump se subirá al Air Force One para retornar a su país, tras haber cumplido con una agenda ultra intensa.