China levanta sus restricciones y permitirá que haya automotrices totalmente extranjeras en el país
China levantará progresivamente hasta 2022 las restricciones que impiden a los fabricantes de automóviles extranjeros poseer una participación mayoritaria en una filial en el gigante asiático.
La medida era una promesa del presidente Xi Jinping para abrir su economía al exterior y pondrá fin a las trabas que han avivado una disputa comercial con Estados Unidos y tensaron las relaciones con otros socios comerciales.
Actualmente los grupos extranjeros no están autorizados a tener más del 50% de una compañía del sector automóvil chino y, además, están obligados a asociarse a compañías locales de propiedad estatal y en número limitado. Una medida que les exige compartir su tecnología con potenciales competidores.
Este tope será suprimido en 2018 en la producción de vehículos eléctricos e híbridos, en 2020 para los vehículos comerciales y en 2022 para los coches particulares, indicó la agencia de planificación en un comunicado.
A partir de 2022 los inversores extranjeros también podrán invertir en más de dos coempresas en el sector del automóvil.
Quizá esta decisión ayude a ablandar la postura proteccionista del presidente estadounidense, Donald Trump, quien había amenazado con subir los aranceles a importaciones chinas valoradas en u$s150.000 millones.
En paralelo Pekín suprimirá este año los límites en la participación de los inversores extranjeros en el sector de la construcción naval (en particular en la concepción, la producción y la reparación de barcos) así como en la construcción aeronáutica.
Estados Unidos y la Unión Europea (UE) reclaman desde hace años el fin de las restricciones chinas al capital extranjero y piden que China abra su economía en estos sectores, dominados por grupos estatales.
China es el mayor mercado automovilístico del mundo, con 28,9 millones de vehículos vendidos en 2017, según la federación profesional CAAM.
A pesar de su obligación de asociarse con grupos chinos, las marcas extranjeras representaban un 55% del mercado en el primer trimestre de 2018.