El impulsor del Auto Popular Argentino enfrenta críticas y va por más: ahora busca producir el vehículo en los EE.UU.
Rememorando el espíritu de viejas glorias de la industria automotriz argentina, que todavía calan hondo en el corazón de los nostálgicos, como la Rastrojero, el Siam Di Tella o el Torino, el proyecto de contar con un vehículo con "ADN" nacional se niega a quedar cajoneado como tantos otros planes que fueron anunciados con bombos y platillos en los últimos años pero que, finalmente, terminaron en el olvido.
Al menos así lo asegura Miguel Angel Bravo, arquitecto de profesión y responsable de llevar adelante la Compañía Argentina de Automóviles ArqBravo, una Pyme bajo la cual se viene gestionando el ambicioso sueño del A!PA, sigla bajo la cual se dio a conocer hace casi tres años el Auto Popular Argentino.
La iniciativa, según Bravo, contempla la instalación de una planta en la localidad bonaerense de Florencio Varela, que daría empleo directo a 1.000 personas y contaría con una capacidad instalada para fabricar unas 40.000 unidades anuales de este modelo, que apunta a tener un alto contenido de autopartes nacionales (superior al 70%) de la mano de un costo de mantenimiento un 50% menor al de cualquier vehículo fabricado por alguna de las terminales tradicionales.
Sin embargo, las largas demoras en la implementación del proyecto desataron todo tipo de críticas y sospechas. Incluso, días atrás, en un editorial de un matutino porteño con llegada a todo el país se comparó la iniciativa del A!PA con el fallido plan del tren bala, que terminó sepultado por el Ejecutivo años atrás.
Frente a estas acusaciones, en diálogo con iProfesional.com, Bravo aseguró que "más de 20 personas estuvimos trabajando durante 12 meses para elaborar el estudio que finalmente le presentamos al Gobierno hace un año y medio. Es un informe muy completo, incluso todavía seguimos respondiendo preguntas de los evaluadores. Esto no es automático".
"Es un proyecto abierto, transparente. Y fueron los funcionarios nacionales los que se acercaron a ofrecernos que apliquemos para los créditos del Bicentenario, no fuimos nosotros a buscarlo. Por eso mismo me molesta mucho cuando comparan el plan del A!PA con el tren bala y nos mezclan en la misma bolsa por cuestiones políticas", disparó Bravo.
Además, el empresario, para demostrar que el proyecto está lejos de ser cajoneado, destacó que el mes pasado se presentó la última versión del concept car en una muestra privada, donde se pudo conocer el aspecto definitivo que tendría el modelo, tal como se puede apreciar en la siguiente imagen:
Un punto clave es que el empresario está a la espera del visto bueno del Gobierno para que se oficialice a esta empresa Pyme como una terminal automotriz más.
Cabe destacar que en los últimos cuatro años fueron beneficiadas por esta decisión apenas dos compañías: la empresa Honda, que ya está fabricando el City en Campana, y la brasileña Agrale, que produce ómnibus.
En este contexto y pese a las largas demoras que acarrea la iniciativa -en un momento se llegó a especular con que a fines de 2011 iba a ser la propia Presidenta quien anunciaría la concreción del proyecto A!PA- Bravo se muestra confiado en que la fabricación del auto argentino avanza en terreno firme porque, destaca, "es un plan que ataca todos los puntos débiles que tiene el negocio automotriz en la actualidad, empezando por el altísimo contenido de partes nacionales, muy por encima del promedio actual, lo que implica generar más trabajo en el país".
Del auto "argentino" al auto "americano"
Bravo además destacó que el proyecto viene captando el interés de diferentes gobiernos en el exterior, especialmente en Estados Unidos, donde -asegura- está en tratativas con distintos condados del Estado de California para comenzar a fabricar el A!PA.
"Algunos creen que se trata de un proyecto del Gobierno nacional y la realidad es que esta iniciativa es independiente, por eso nosotros vamos a fabricar a cualquier lugar en el exterior que nos financien. Si hay crédito, entonces ahí vamos", disparó el empresario.
En este contexto, destacó las altas posibilidades que tiene el A!PA de comenzar a fabricarse en la tierra de Barack Obama, dado que, por un lado, su compañía tiene un acuerdo con Metalcrafters, una empresa familiar de origen argentino muy exitosa en los Estados Unidos y que se especializa en la fabricación de concept cars.
Por otra parte, "estamos negociando con un grupo inversor de origen alemán, que está inyectando dinero en distintas empresas y está muy interesado en levantar una planta en California para fabricar allí nuestro vehículo".
Bravo destacó que "nuestra idea es siempre asociarnos a las empresas más representativas en cada segmento. Y para el proyecto que estamos llevando adelante en EE.UU. nos aliamos con Galileo, que son líderes en todo lo que es gas natural comprimido. Y este es un punto clave porque en el mercado estadounidense se está dando un interés creciente en el uso de este tipo de combustibles. Por lo cual no sólo exportaríamos tecnología y know how argentino en materia automotriz sino que también llevaríamos valor agregado con los equipos de GNC".
El arquitecto fue un paso más allá y aseguró, además, que la idea "es diseñar un motor híbrido. Es decir que no sólo funcione a gas sino que también tenga un motor eléctrico con baterías de litio, con lo cual se lograría un nivel de eficiencia muy bueno".
Bravo señaló que, "más que del Auto Popular Argentino ya estaríamos hablando del Auto Popular Americano", porque también "estamos viendo que hay mucho interés en otros países de la región para exportar nuestro proyecto".
En estos momentos, destacó el director de Compañía Argentina de Automóviles ArqBravo, "estamos sumando al equipo de trabajo a un exCEO de una de las automotrices más importantes que está instalada en el Mercosur. Esta es una incorporación muy relevante. Está cantado que en el futuro vamos a desembarcar con otra planta en Uruguay o Brasil".
Características del vehículo
En lo que respecta a la iniciativa del proyecto en la Argentina, el arquitecto destacó que una de las principales ventajas y la más apoyada a nivel oficial es que el vehículo contaría con un contenido real de piezas de origen nacional del 70%.
Esta cifra contrastaría notablemente con "el nivel actual, que está entre el 28 y el 35%. Pero este no es un problema sólo de la Argentina, sino que es una falencia que se da a nivel regional. Esto sucede porque si le das la opción, cualquier automotriz prefiere traer piezas de China, que llegan baratas con precio de dumping porque están fabricadas con salarios paupérrimos".
Así, el arquitecto se entusiasma con alcanzar un grado de integración de piezas con sello nacional como el que llegaron a tener vehículos como el Renault 12, que décadas atrás arañaba un nivel cercano al 90 por ciento.
¿Cómo logrará esto? En primer lugar, la compañía ArqBravo "va asociada con el Grupo PROA y con algunas empresas autopartistas que forman parte de AFAC. Incluso, hay firmas de capitales estadounidenses que están esperando que salga nuestro proyecto para instalarse acá y comenzar a proveernos".
Para el empresario, su iniciativa resultará sumamente atractiva para los autopartistas locales porque "nos sentaremos a negociar con cada uno de ellos y les daremos la posibilidad de que se conviertan en socios. Para ello firmaremos un documento con el que se les dará prioridad frente a otras empresas, siempre y cuando cumpla con los estándares de calidad, cantidad y plazos".
En este contexto, destacó que su proyecto no choca contra los intereses de las grandes automotrices porque "es una camioneta utilitaria, pensada más que nada para taxi, flete tipo correo liviano, flotas de empresas e, incluso, como patrullero".
Esto se debe a que "tendrá un piso plano que permitirá configurarlo de distintas maneras. Los asientos de atrás se podrán sacar y dejar lugar para la carga, por ejemplo".
De este modo, "al ser un vehículo pensado para el trabajo, apuntamos a un nicho. A ninguna automotriz le interesa que asocien su auto con un taxi. Y ahí es, justamente, donde nosotros nos podremos insertar exitosamente".
En cuanto al equipamiento, Bravo destacó que vendrá de fábrica con el ya probado motor Fire 1.4 de Fiat, un grupo con el que, asegura, firmó un convenio para que le provea el "corazón" del A!PA.
"Esto es muy importante, porque sin el consentimiento de una automotriz yo no podría equipar mis autos con el motor que quiera. Por eso es tan valiosa la alianza que tenemos", se entusiasmó Bravo.
Además, a la hora de pensar en la propulsión, contará con tubos de GNC de fábrica que le darán una autonomía de 500 kilómetros a muy bajo costo, tal como promete.
En lo que respecta al precio final y frente a la dinámica de la economía de hoy día, el empresario diseñó una "fórmula" para orientar sobre el potencial valor de este vehículo puesto en la calle: "Hay que pensar en el precio de una Ecosport. Al mismo, sumarle el costo de un equipo de gas de quinta generación de esa autonomía y, a esa cifra, restarle entre un 15 y un 20%".
En este contexto, ¿qué ventaja encontrará el potencial comprador de un A!PA frente a un vehículo tradicional? Bravo aseguró que en el valor de las autopartes estará la llave del éxito de su auto.
"Hoy, cualquier repuesto te sale dos o tres veces más por sobre el costo original. Lo bueno es que, como vamos a estar asociados con los fabricantes de piezas, nosotros proveeremos a los usuarios del A!PA de todos los componentes que necesiten. Así, estaremos eliminando etapas de la cadena de comercialización y llegaremos de manera directa al cliente. Esto va a permitir bajar el costo de mantenimiento en un 50%".
Además, aseguró que la propia compañía se encargará de los vehículos accidentados: "Todo A!PA chocado volverá a la fábrica ya que seremos los propios compradores de estas unidades. La idea es ´reprocesar´ todos los autos que se rompieron en un accidente. Esto generará que se convierta en un vehículo prácticamente ‘inafanable´".