Cuáles son los desafíos de Argentina para que crezca el uso de autos eléctricos
El día mundial del auto eléctrico marca un momento clave en la transición hacia un transporte más sostenible a nivel global. Las ventas de vehículos eléctricos continúan en crecimiento, con la posibilidad de alcanzar los 17 millones de unidades en 2024, lo que representaría más de uno de cada cinco automóviles vendidos en todo el mundo.
Este avance es aún más pronunciado en mercados como China, Europa y los Estados Unidos, donde la cuota de mercado de estos vehículos se expande rápidamente.
El futuro proyecta un escenario en el que, para 2035, este tipo de transporte domine las ventas a nivel global, alcanzando cerca de 65 millones de unidades, consolidando su papel en la reducción de las emisiones de carbono y un compromiso en el uso eficiente de la energía.
El avance de este tipo de movilidad no solo ha captado la atención de grandes mercados, también en Argentina hay un interés en la electromovilidad, pero nuestro país tiene desafíos por resolver.
Cómo es la realidad con los autos eléctricos en cada país
Analizando a América Latina, en Brasil se concentra más del 50% de las ventas de vehículos eléctricos de la región. Este crecimiento responde a tres factores clave: la eliminación de exenciones arancelarias por parte del gobierno, lo cual incentivó la producción local; una creciente preferencia de los consumidores por vehículos eléctricos, cuya participación en los patentamientos se triplicó entre 2022 y 2024; y el aumento de exportaciones desde China, posicionando a este país como su principal destino.
En Argentina, la adopción de vehículos eléctricos e híbridos mostró un crecimiento constante en los últimos 5 años. Durante el segundo trimestre de 2024, se patentaron más de 3.600 unidades, un aumento de más del 45% respecto al mismo período en 2023, lo que indica que los consumidores locales empiezan a inclinarse hacia opciones más sostenibles. Aunque la mayoría de estos autos en el país son híbridos, es clara la tendencia positiva y podría acelerarse a partir de un marco regulatorio específico, un régimen de incentivos y-por supuesto- un mayor desarrollo de la infraestructura a lo largo del país.
Actualmente, hay algunos beneficios impositivos, como la exención del pago de patentes para vehículos eléctricos en varias provincias y los descuentos en peajes en las autopistas porteñas, lo que demuestra el compromiso de los gobiernos locales para incentivar la adopción de este tipo de movilidad. Estas medidas, aunque son efectivas, necesitan complementarse con una expansión sustancial de la infraestructura de carga, ya que la disponibilidad de estaciones es limitada en comparación con la demanda proyectada.
Este es uno de los mayores retos que enfrenta Argentina, pero también una de sus mayores oportunidades: atraer inversiones para el desarrollo de una red robusta de puntos de carga sería clave para que el auto eléctrico se convierta en una opción real para todos los conductores y un canal más que ayude a descarbonizar la matriz energética del país.
El sector automotriz argentino también puede beneficiarse de la producción local de vehículos híbridos y eléctricos. La fabricación de estos modelos podría verse impulsada por acuerdos comerciales con la región, lo que permitiría la expansión del mercado sin barreras arancelarias, generando empleo y fortaleciendo la industria. Actualmente, Argentina exporta la mitad de la producción nacional de vehículos por este tipo de acuerdos.
En cuanto al transporte público, la electrificación representa una oportunidad inmensa para las ciudades argentinas. A nivel mundial, el transporte representa el 20% de las emisiones de CO2, específicamente en la ciudad de Buenos Aires circulan 9500 buses representando 7 millones de toneladas de CO2 anuales.
Un claro ejemplo es el de nuestro país vecino, Chile. La Región Metropolitana de Chile planea tener el 50% de su flota de autobuses de transporte público electrificada para 2025, lo que sumaría a los más de 2.400 buses eléctricos ya en circulación. Además, en 2023 se comercializaron más de 9.300 vehículos electrificados, un 35% más que en 2022, y se espera que- para el 2030- más de 80 mil autos de este tipo estén circulando en el país.
La encrucijada de Argentina con la electrificación
A medida que el mundo se mueve hacia la descarbonización, Argentina se encuentra en una encrucijada: tiene los recursos, el potencial y las condiciones necesarias para capitalizar la oportunidad de desarrollar el transporte eléctrico; sin embargo, será crucial avanzar con políticas públicas claras, inversiones en infraestructura y un plan integral que conecte la triada formada por la industria automotriz, el desarrollo tecnológico y marcos sostenibles de operación.
La electromovilidad no es una alternativa del futuro, sino una oportunidad cercana para que Argentina aproveche sus recursos para transformar su flota de transporte público y privado, y, de esta manera, se incorpore a la tendencia regional de movilidad limpia y eficiente que, países como el nuestro, requieren y que tienen el talento y los recursos para seguir dando pasos firmes hacia prácticas más responsables con el medio ambiente en un sector clave como el transporte.