El Ford Mustang llega a la Argentina y lo probamos en Brasil: ¿cómo anda en la pista y para el día a día?
Ford nos invitó a Brasil para manejar el Mustang. Aprovechando que el modelo ya desembarcó en el país vecino, y pocos meses antes que lo haga a nivel local (la preventa arranca en agosto), fue la oportunidad ideal para tomar contacto con el nuevo muscle car.
La séptima generación de este deportivo se lanzó en 2022 y de a poco fue llegando a los diferentes continentes. Para la Argentina, el plan indica que estará en los concesionarios la versión GT Performance en el tercer trimestre del año. No se dio a conocer el número de unidades que estará en preventa, pero en Brasil agotaron 100 en una hora. Y en este país, la pasión está intacta, aseguran desde Ford.
Arrancamos el primer contacto con el Mustang en las recién inauguradas oficinas de Ford en San Pablo, un espacio que adelanta cómo quedará la nueva sede de Pacheco, en Argentina, que también se está remodelando. Tras una presentación del presidente para Sudamérica, Martín Galdeano, y de otros ingenieros y especialistas de la marca, se detalló el recorrido y armamos los grupos.
Repetí equipo de conducción con Carlos Cristófalo, director de Motor1 Argentina, con quien hay algun del Mustang que nos une: compartimos las 24 horas de Buenos Aires en el Mach E, el eléctrico. Elegimos para nuestra prueba el color de lanzamiento, el Vapor Blue Metallic, que no es tan llamativo como otras propuestas pero que, seguramente, es de los que más elija el conservador cliente argentino. Y le propuse a mi compañero que arranque con el recorrido (manejar en la ciudad de San Pablo es lo más caótico del mundo, y no perderse es un gran desafío). Dejé para la segunda etapa mi contacto en ruta.
Impresiones por fuera del nuevo Mustang
El diseño exterior del Mustang cambió en esta séptima generación, pero no ha perdido la esencia. Capó largo y techo caído hacia atrás definen su silueta, con detalles nuevos en el frente, como una parrilla más ancha donde las terminaciones ovaladas de la anterior generación se convirtieron en líneas rectas, acompañadas por faros que también se modificaron, son más finos y divididos en tres partes.
De atrás, lo que más se destaca es el spoiler integrado con un gran alerón de la versión GT, demasiado prominente, pero parece ser un sello indeleble de esta séptima generación. Además, las luces siguen las formas rectas de los faros delanteros, divididas en tres partes, pero de mayor tamaño.
En el lateral, el Mustang de séptima generación también tiene los músculos más marcados, lo cual contribuye a que toda su silueta se vea más robusta dentro de sus mismas dimensiones.
El auto Ford Mustang por dentro
En el interior, hay muchos cambios que llaman la atención en este nuevo modelo, y tienen que ver con un diseño donde la tecnología está en primer lugar, y donde las diferencias con el modelo anterior son aún más marcadas.
Con su tablero ergonómico, todo está orientado hacia el conductor, para que no tenga que sacar la mirada de la ruta durante la conducción. Es una gran pantalla envolvente que reproduce todo tipo de información en gran tamaño, logrando que se vea desde cualquier ángulo, y dividida en dos partes.
Por un lado, un cuadro de instrumentos de 12,4 pulgadas, con toda la información personalizable (reproduce la estética de los primeros modelos); y la segunda, con el sistema de infoentretenimiento SYNC 4, compatible con Apple CarPlay y Android Auto.
Motor y seguridad del auto deportivo
El nuevo Mustang tiene un "bestial motor". Se trata de la cuarta generación del Coyote V8 5.0, con 488 CV y 564 Nm, acompañado por una transmisión automática de 10 velocidades. Tiene como novedad dos cuerpos de mariposa electrónicos, los cuales bombean mucho más aire al sistema y tienen una relación de combustible más lograda (sin olvidarnos que el consumo no es su aliado justamente).
Otro dato clave de este modelo, cuando hablamos de su estructura, está en la suspensión, donde se dio un gran salgo. Con la suspensión Adaptativa Magneredi, la lectura de los sensores es de 1000 veces por segundo, logrando una adherencia optimizada por segundos, un menor balanceo y adherencia en curvas. Realmente, en la práctica, estos cambios se notan.
También tiene un escape con ajuste de válvulas con cuatro modos: normal, para un sonido equilibrado; deportivo, para un sonido levemente más alto; pista, ruido más elevado y mayor caudal de escape; Y silencioso, para menor ruido, con horarios programables.
En seguridad, el Mustang cuenta con mucha protección, siguiendo los parámetros que aplica Ford en todos sos vehículos. Tiene 7 airbags, control crucero adaptativo, alerta de colisión con detección de peatones, frenado autónomo de emergencia, asistente de mantenimiento de carril, y luces altas automáticas. Hay tres elementos nuevos que son sistema de monitoreo de punto ciego, sensores de estacionamiento traseros y asistentes de maniobras evasivas.
Cómo anda el nuevo Mustang
La primera experiencia con el Mustang fue transitar 145 km entre salida del caos de la ciudad, algunas intersecciones de autopistas y un largo tramo de ruta, aunque el primer contacto despertó dos sensaciones:
- La primera, la percepción de confort interior. Las butacas deportivas con gran amplitud en la plaza delantera, abrazan y contienen. La comodidad es total, siempre desde esa mirada "desde abajo", ya que es un auto deportivo con una corta distancia del suelo (a la cual estamos cada vez menos acostumbrados, entre camionetas y SUV).
- La segunda sensación la exacerba la puesta en marcha, ya que el motor V8 con su rugir único, más allá que en el mundo se extinguen por las altas emisiones contaminantes, es el plus inigualable del muscle car, sin siquiera haber arrancado la marcha.
Comenzamos con el recorrido y entonces los cambios del andar fueron notables, ya que, siempre pensado en los dotes deportivos, el nuevo Mustang es mucho más suave gracias a la suspensión con sensores que lee las imperfecciones del suelo. En la práctica, se nota como el auto se adapta al camino, y cada lomo de burro o bache prácticamente no se siente.
En cuanto al resto del rendimiento, su aspecto dinámico; la potencia para acelerar desde 0 en un cruce o semáforo; y el agarre en una recta o curva; brindan una total sensación de confianza y seguridad. Junto con esta reacción, la dirección, que es más pesada que en un auto de calle, responde de manera confortable, lo cual hace pensar en el Mustang como un auto para el día a día o para un largo viaje, algo que hasta ahora no era viable en este deportivo.
Para todos estos resultados, la posibilidad de elegir el modo de conducción, que en este caso es ideal es normal, aunque un buen tramo fue en sport, además del modo de dirección y escape, contribuyen a la adaptabilidad del auto.
La segunda experiencia llegó en pista, donde podíamos dar tres vueltas sin acompañantes y repetir cuántas veces quisiéramos. Sin sorpresas, el Mustang es un auto de competición. Con modo de conducción Pista, lo mismo que la dirección de manejo, se mantuvo firme en un circuito técnico, lleno de curvas y cortado con chicanas inventadas con conos.
Los frenos brembo, que en las autopistas cargadas no dejaron dudas, en este caso se hicieron sentir aún más perfectos. Sin sobresaltos, el Mustang dejó ver que le sobraban atributos en todo momento y que la velocidad y exigencia es su hábitat por naturaleza.
Conclusión
Sentir y manejar el Mustang es una de las experiencias más gratificantes. Se trata de un auto que tiene el espíritu de un deportivo con prestaciones de excelencia, sin perder la esencia de una marca masiva, como es Ford. Esto hace que uno se sienta hasta más cómodo al manejar que si fuera un auto de alta gama. Hay más libertad concedida por el Pony salvaje y descontracturado.
Por otro lado, con su diseño más agresivo en el frontal, tiene aún más carácter, siguiendo una tendencia de otros segmentos donde las parrillas son más llamativas. También sus pequeños ajustes en suspensión y motor permiten que no solo alcance un mayor desempeño en pista (donde no había mucho para cuestionar), sino que lo equilibra mucho mejor con el andar en las calles y autopistas. En este sentido, si bien nadie imagina un Mustang para ir a la oficina, es cierto que se ha convertido en un auto mucho más placentero para recorridos en la ciudad.
De esta manera, el muscle car de séptima generación confirma que está más vivo que nunca, y que, por ahora, no seguirá los pasos de sus rivales (Chevrolet Camaro y Dodge Challenger) que fueron discontinuados por las exigencias medioambientales. Quizás, en su futuro llegue con un motor híbrido, pero tiene mucha "tela para cortar".
Por lo menos, en la marca repiten una frase: "mientras haya un cliente que quiera un V8, seguiremos fabricando el Mustang". Buena suerte para quienes disfrutamos de este auto legendario de Ford y del ruido del Coyote.