• 22/12/2024

Por cepo importador y escasez de piezas, reparar un auto o camioneta puede llevar meses

Distintas fuentes revelaron a iProfesional que determinadas autopartes puede demorar hasta 90 días para ingresar al país. Talleres, en alerta
29/09/2023 - 19:45hs
Por cepo importador y escasez de piezas, reparar un auto o camioneta puede llevar meses

La delicada situación por la que atraviesa la Argentina causa estragos en todos los sectores de la economía. Y el automotor, particularmente, afronta por estos días un momento muy delicado.

A la constante depreciación de la moneda local -con su consecuente impacto inflacionario- se le suman las trabas a las importaciones. La falta de acceso a divisas (dólares) para el pago de insumos necesarios para la producción a través del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) afecta a toda la cadena de valor, aunque con mayor vehemencia a aquellas empresas que no están radicadas en nuestro país.

Además de distorsionar los precios del stock existente, esta situación provoca mucha incertidumbre al momento de solicitar determinadas piezas a la casa matriz.

Del centenar de autopartes que componen un automóvil, la reposición de algunas está estrechamente ligada al número de chasis del vehículo y eso tiene una complejidad administrativa. Los tiempos de aprobación de las SIRA empeoraron durante los últimos meses y en la actualidad demoran como mínimo 60 días una vez efectuado el pago, con la ingeniera financiera que implica hacerlo.

Problemas por la falta de partes para arreglar un auto

En este contexto, las complejidades ya no distinguen si un vehículo es de producción nacional, regional o extrazona: "que el auto se fabrique en la Argentina no necesariamente quiere decir que los repuestos salgan de la línea de montaje junto con la unidad. Hoy en día la trabas para importar componentes inciden también en la producción local de autopartes", cuenta una fuente interna de una compañía automotriz radicada en el país.

Desde AFAC (Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes) indican que durante los primeros siete meses de 2023 el sector autopartista cerró con una caída en su actividad de 1,9% respecto al mismo periodo de 2022.

Reparar un auto puede llevar meses por la falta de autopartes.
Reparar un auto puede llevar meses por la falta de autopartes.

Sin embargo, el pasado mes de julio registró una disminución del 5,2% en relación a junio, y al compararlo con julio de 2022 la caída fue de 9,3%. "Esta tendencia se viene observando desde hace varios meses, lo que da cuenta de un freno en la actividad", reza un comunicado oficial publicado la última semana.

Tener un imprevisto con el auto, hoy (más que nunca) es una odisea

Claro está, no es lo mismo reponer las escobillas del limpiaparabrisas (que pueden obtenerse de manera genérica en algún comercio "after market") que conseguir las ópticas o algún componente del conjunto mecánico (motor/caja) de un modelo en particular de Jeep, Audi o BMW, por citar ejemplos.

Generalmente, los concesionarios tienen en stock las piezas de mayor salida que se utilizan en las visitas periódicas programadas por la garantía del vehículo (comúnmente llamados service) como ser filtros de aire, pastillas de freno, correas del motor, fluidos, etc.

Reparar un auto de alta gama es más complicado que uno generalista, no importa el año y modelo.
Reparar un auto de alta gama es más complicado que uno generalista, no importa el año y modelo.

Sin embargo, la eventualidad de una reparación integral por accidente u otro infortunio puede significar un verdadero dolor de cabeza para el propietario. "Hace prácticamente dos meses me rompieron la luneta del auto para robarme la rueda de auxilio. Desde entonces estoy lidiando con la aseguradora porque pidieron cotización en varios lugares y ninguno tiene cristales de repuesto para este modelo", le contó la propietaria de un Kia Rio (2019) a iProfesional.

Ejemplos hay de sobra, pero este resulta elocuente teniendo en cuenta que se trata de un auto compacto (segmento B) y no de uno tope de gama del cual hayan ingresado pocas unidades al país. Cuanto más exclusivo sea el modelo, mayor complejidad habrá para dar con la pieza a reponer.

Cuanto más burocracia, más se tarda en arreglar el auto

Todo se complica aún más cuando entran en escena los burocráticos tiempos de las aseguradoras, los interminables presupuestos de los chapistas y los valores propios de los materiales y piezas a utilizar, que en este contexto inflacionario avanzan mucho más rápido que las propias demoras administrativas.

Los arreglos de chapa y pintura son los más comunes cuando se trata de reparaciones por siniestros viales. Una vez hecha la denuncia pertinente, todo se complica aún más cuando entran en escena los burocráticos tiempos de las aseguradoras: pueden pasar días, semanas y meses desde las inspecciones y peritajes de rigor para elaborar un presupuesto para la reparación, hasta la realización de la licitación de repuestos que en algunos casos es poco transparente.

Con las aseguradoras, arreglar el auto lleva más tiempo.
Con las aseguradoras, arreglar el auto lleva más tiempo.

"Ninguna casa de repuestos tiene todo que vos necesitas, siempre falta algo que no te permite poder encarar el trabajo completo. Lo mismo ocurre con las concesionarias oficiales, que además suelen tener precios más elevados: cuando llamás te cotizan pero te aclaran que tiene que pedirlo a fábrica y no saben cuánto pueden demorar en la entrega" asegura Luis, propietario de un taller de barrio que habitualmente atiende vehículos multimarca.

"La gente empieza a desesperarse cuando ve que pasaron semanas y su auto está en las mismas condiciones en que lo dejó en el taller. Hemos tenido discusiones acaloradas con varios clientes porque es muy difícil hacerles entender que para realizar algunos arreglos necesitamos disponer de todos respuestos al mismo tiempo" agregó el chapista de 58 años radicado en le barrio de Villa Urquiza.

¿Cuánto cuestan los repuestos más comunes para reparar un choque?

Tener una eventualidad con el auto en esta época representa un problema mayúsculo. A las complejidades propias de un siniestro vial se le suma la coyuntura económica del país que no da tregua.

Los tiempos de espera por un repuesto y la inflación permanente hace un combo explosivo a la hora de sacar cuentas. Y todo eso sin contar que un auto puede llegar a estar parado más de tres meses a la espera de ser reparado.

Ante una eventualidad cada propietario deberá constatar cuál es la franquicia del seguro de su automóvil para saber cuánto dinero extra deberá abonar llegado el caso, pero repasemos algunos precios que manejan los concesionarios oficiales de los repuestos más comunes a reemplazar luego de un choque.

Entre las marcas premium tomamos como ejemplo un Audi A3, el modelo más exitoso de la automotriz alemana en nuestro país. Según pudimos relevar en distintos concesionarios, cada óptica delantera cuesta 876.000 pesos, mientras que el capó vale 843.697 pesos y el paragolpes depantero 732.188 pesos.

Una reparación simple de un auto puede superar los $3 millones.
Una reparación simple de un auto puede superar los $3 millones.

Si se tuvieran que utilizar todas estas piezas para la reparación, sólo de autopartes hay más de $3.320.000, sin contar la mano de obra en el taller y eventuales retoques de pintura que duplicarían la cuenta.

Entre los modelos más terrenales repasemos entonces los valores de algunas piezas del Fiat Cronos, el sedán compacto fabricado en Córdoba que es el modelo más vendido de nuestro mercado durante los últimos tres años.

Por ejemplo, el parabrisas cuesta entre 80.000 y 130.000 pesos (dependiendo si es genérico u original), el conjunto paragolpes delantero y grilla frontal ronda los 135 mil pesos, mientras que las luces antinieblas cuestan 35 mil pesos. En el caso de las ópticas de este modelo, los valores oscilan entre 57.000 y 113.00 pesos cada una, dependiendo si son halógenas o de led.

Según le contaron a iProfesional, el costo de mano de obra por una reparación que incluya los componentes mencionados en un modelo de entrada de gama de una marca generalista puede rondar entre 800.000 y 1.300.000 pesos.