Malos hábitos al manejar que pueden arruinar nuestro auto
Mientras que mucha gente cuida a su auto como a un "hijo, y hasta lo bautiza con un nombre, en el otro extremo se encuentran quienes dicen: "El auto está a mi disposición, yo no vivo para él". Así, muestran la poca atención que le prestan y el escaso cuidado. Sin embargo, algunos malos hábitos a la hora de manejar pueden ser determinantes para la extensión de la vida útil de cualquier modelo.
Para ello, existen diferentes pautas que se deben tener en cuenta desde el segundo previo a sacar el auto del garaje, hasta el momento en que se vuelve a casa.
Entre medio, existen decenas de malos hábitos que pueden arruinar el vehículo sin necesidad.
Retrasar el mantenimiento
Cada marca y cada modelo de 0km tiene un cronograma de service establecido, el cual, si se hace en tiempo y forma, generalmente tiene un elevado costo, y por eso mucha gente piensa antes de concretarlo. Sin embargo, romper ese plazo o prolongarlo no es una buena idea.
Lo cierto es que, cada una de esas cancelaciones, va "golpeando" alguna parte del auto y dejando consecuencias, que con el tiempo, pueden ser más graves.
Por otro lado, el incumplimiento del plazo en acudir a los services también pone en riesgo la garantía, de modo tal que, si algo le sucede a la unidad, y tiene que ver con una falla de fabricación, puede perder el derecho de ser atendido y solucionado el problema.
El mantenimiento regular incluye el cambio de aceite y los filtros, así como los líquidos. Para saber cuál es la rutina de mantenimiento, basta con mirar el manual del propietario.
Neumáticos gastados
Los neumáticos son un tema fundamental y con mucha información para tener en cuenta. Forman parte del triángulo de seguridad del auto, ya que es el único punto del vehículo que tiene contacto directo con el suelo. Por eso, no se debe arriesgar a circular con ellos gastados.
Las consecuencias de reventar un neumático mientras se conduce pueden ser grave, y hay formas de evitarlo.
Hay dos temas claves para que no se convierta en un mal hábito que lleve a sufrir un accidente: se debe controlar la presión y que no estén lisas, es decir, demasiado gastadas, porque pierden poder de adhesión y los riesgos se incrementan en caso de lluvia.
Para controlar la presión, se debe ajustar de acuerdo a las especificaciones del fabricante, quien da los valores adecuados de inflado para los neumáticos traseros y delanteros, dependiendo del número de pasajeros que viajen en el vehículo. El auxilio también debe estar en buenas condiciones y con la presión correcta.
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Es importante también es verificar el desgaste de los neumáticos: lograr un desgaste uniforme rotándolos cada 6.000 u 8,000 km, o cada seis meses.
Para estar más seguros, se debe comprobar el desgaste de las bandas de rodamiento. Es fundamental que dicha banda no tenga una profundidad inferior a los 1,6 mm., ya que en este momento el neumático se vuelve poco seguro para manejar, principalmente en caminos mojados.
Luces de advertencia del tablero
Cuando un indicador se enciende en el tablero de instrumentos, es importante abordar el problema de inmediato. Si no se sabe lo que significa la luz, se debe buscar en el manual del propietario o llamar a un mecánico.
Algunas luces de advertencia pueden alertar sobre problemas muy graves, como una fuga de refrigerante, que pueden hacer que el motor se sobrecaliente. Una reparación preventiva evita que el problema pase a mayores.
Manejar de forma agresiva
Acelerar bruscamente no ayuda a ganar tiempo y tiene efectos negativos sobre el auto. Se consume más, se calienta en exceso el motor y los neumáticos se desgastan.
Este tipo de conducción no terminará rompiendo el vehículo inmediatamente, pero hará que el motor, la transmisión y el sistema de frenos se deterioren mucho más rápidamente de lo previsto.
Entre otras cosas, estos autos pueden tener fugas de líquido prematuras, juntas rotas y otros problemas mecánicos. También entra en este ítem salir con el vehículo haciendo patinar las ruedas motrices. Se daña más el sistema de transmisión, el embrague, la caja de cambios y el diferencial.
También se debe evitar manejar con el motor a muchas revoluciones. Esto aumenta el consumo y puede provocar sobre régimen (pasar de vueltas al motor). Esto implica una reparación muy costosa, además de afectar al embrague, la transmisión y la caja de cambios.
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En el caso de que el motor sea turbo, se trata de mecánicas que requieren especial atención. Es por eso que debe vigilarse el engrase y el nivel de aceite. No hay que acelerar de manera brusca, ni busques la máxima potencia con el motor en frío.
Arrancar el auto
Cuando se arranca el auto por las mañanas, sobre todo en invierno, calentar el motor con fuertes acelerones es una mala idea. El aceite y los componentes aún no han alcanzado la temperatura ideal. Además, al estar menos protegidos, acelerarán el desgaste en el motor del vehículo.
Es mejor esperar unos segundos para que el aceite llegue al circuito y luego acelerar de manera progresiva.
Embrague y palanca del cambio
El embrague es uno de los elementos más castigados del auto. Como funciona por fricción, sufre desgaste cada vez que se pisa. Por eso no hay que apoyar el pies en él sin necesidad (se produce un sobreesfuerzo que afecta al disco y a todas las piezas que actúan sobre él).
Otra mala costumbre es utilizar la palanca de cambios como apoyabrazos. Sin saberlo, se presionan los mecanismos internos del cambio, lo que desgasta y provoca holguras en sincronizadores y rodamientos.
A largo plazo se traduce en vibraciones y que el engranaje de las marchas sea más impreciso.
Utilizar los frenos demasiado, o no hacerlo
Pisar el pedal del freno demasiado tiempo puede acelerar el desgaste de los discos y pastillas, deformar los discos, que se creen vibraciones en el volante al frenar y deteriorar el líquido de frenos, haciendo que el sistema de frenos sea menos resistencia a la fatiga.
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Para bajar largos caminos, es importante utilizar el freno motor bajando de marcha. Así se conservan los frenos y se podrán controlar mejor el auto. Y, por último, no apurar demasiado las pastillas y zapatas.
Cambiarlas es mucho más barato que renovar el conjunto de discos y tambores.
Mover dirección con el auto parado
Es importante no mover la dirección con el auto parado. Hay que saber que neumáticos, ruedas y suspensión tienen una tonelada de peso.
Las gomas pueden deformarse y las suspensiones desequilibrarse, con rodamientos dañados. Además, se puede desgastar la cremallera de la dirección, con lo que la conducción sufrirá holguras.
Es verdad que, ahora, la mayoría de los autos cuenta con dirección asistida, en los que este problema no es tan grave, pero en ellos no se debería girar el volante hasta el límite. Si se hace fuerza, el mecanismo se estropeará antes.
Por otro lado, a la hora de estacionar, si los neumáticos no tocan el borde, mejor. Esos raspones contra el hormigón desgastan mucho las gomas y es más fácil que se revienten, además de dañar los rodamientos.
Conducir con reserva
El auto es capaz de moverse con menos de cinco litros de combustible en el depósito, pero no le hace bien a la bomba.
Debe habar combustible suficiente para garantizar la lubricación y el enfriamiento de la bomba. Así que es importante que el auto no circule en reserva, ya que la bomba puede quedar desprotegida.
Pasar de limpiar el autos
Sin el cuidado y la atención apropiados, incluso la mejor pintura pierde brillo. Sin embargo, un lavado en exceso tampoco es bueno. Por otro lado, si bien algunos recimiendan lavarlo a mano, normalmente en ese lavado se gasta menos agua que en los autolavados, pero se llena el agua de suciedad y de arañazos minúsculos.
Por eso, hay situaciones en los que una limpieza es más importante, como cuando se circula por rutas nevadas en las que hayan utilizado sal para evitar placas de hielo o en verano, para cuidarlo del sol.