Volkswagen T-Cross, el recién llegado al segmento en auge: ¿En qué se destaca y cómo anda el SUV chico?
Llegó tarde, cuando algunas automotrices ya tenían más de un modelo en el segmento que más crece en ventas, el de los SUV chicos. Sin embargo, en poco tiempo se convirtió en uno de los más vendidos en su categoría, con buenas previsiones a futuro.
"Esto se logró con un producto que reúne calidad, diseño, confort y tecnología", explicó Martín Massimino, gerente general de la marca. "Hoy el segmento representa el 13% de los patentamientos, y el objetivo es ser líderes en el corto plazo", agregó.
La marca, con experiencia en ser número uno (hace más de una década es la más vendida del país), tiene con el T-Cross otro punto a favor, que es la imagen, la cual se posicionó muy rápidamente entre todos los rivales, algo que no es tan común: la gente ya lo reconoce en las calles con apenas meses de vida, y especialmente si lo ve de atrás, una de las partes más llamativas de su estética.
Otro dato importante: el T-Cross sobresale en seguridad, habiendo sido premiado por su nivel de equipamiento para todos los ocupantes por LatinNCAP, con un puntaje de 5 estrellas.
Después de su lanzamiento en el país, llegó el turno de manejarlo en un extenso recorrido por el sur argentino, una buena oportunidad para tomar contacto con el vehículo en todos los terrenos, desde la ruta y ciudad, hasta el barro y caminos que, imprevistamente, se volvieron resbaladizos por una tardía nieve de noviembre.
La travesía
El punto de partida para conocer el nuevo SUV fue Bariloche, donde apenas llegamos al aeropuerto de esa ciudad, se tomó contacto con el T-Cross, en grupos de periodistas designados por la marca. El destino: Villa la Angostura.
Allí comenzó el tramo por ruta, con el imponente paisaje de las montañas nevadas de fondo, un escenario del país que nunca cansa. Y la lluvia acompañó durante esos kilómetros del recorrido.
En esa primera etapa, rumbo al restaurante "El Santuario" para almorzar, ya se fueron generando las primeras impresiones del T-Cross, que en este caso fueron sobre su interior. Nos acomodamos en las butacas y el primer comentario a coro fue: "Es muy amplio y cómodo, tanto adelante como en las plazas de atrás".
Mates de por medio, música y admiración de los alrededores (entre quienes no estaban al volante), llegamos a la primera parada después de una hora en ruta de doble mano, con caminos zigzagueantes y difíciles para sobrepasar al de adelante.
Entonces, mientras almorzamos y después de la sobremesa, llegó el momento de observar mejor el SUV por fuera.
Ya relajados, desde el interior de una emblemática casona de madera con una larga historia, por la ventana se enfilaban los seis T-Cross de la travesía y, por un largo tiempo, se pudo hacer la radiografía de su exterior.
En diseño, el T-Cross es atractivo, pero no por romper estereotipos, sino por mezclar lo más clásico de la marca, con líneas bien marcados en su frontal; y algo que altera todo lo conocido, que se observa claramente de atrás, con las ópticas enlazadas por una franja negra que lo diferencia.
Esta combinación hace del SUV un vehículo con virtudes para enfrentar tanto a los más innovadores y recién llegados al segmento (Nissan Kicks, por ejemplo); como a los más tradicionales, donde Ford Ecosport, Renault Duster y Chevrolet Tracker son los íconos de la categoría.
En su interior también es un vehículo con muchos puntos a favor. El habitáculo es más grande de lo que uno espera, tal como se mencionó, y la distancia al techo también genera una mayor comodidad.
Los revestimientos son de calidad y se destaca su pantalla de 8 pulgadas, la cual aporta el toque tecnológico e innovador, compatible con Apple CarPlay y Android Auto. A eso hay que agregarle el dockstation, un soporte para celulares que viene de serie en todas las T-Cross.
La posición de manejo y la visibilidad gracias al gran parabrisas completan el confort interior, junto al gran techo panorámico que aporta mucha luminosidad.
El andar, con el plus de la seguridad
Más allá de la imagen, el T-Cross tiene otras características para destacar que no se ven a simple vista. Una de ellas es que está construido sobre la plataforma MQB-A0, una de las más avanzadas del mundo.
Si bien se fabrica en Brasil, fue desarrollada al mismo tiempo que el modelo presentado en Europa, aunque en el caso del comercializado en el Mercosur tiene mayores dimensiones.
En motorización, tiene el mismo equipamiento que el Polo y Virtus, el MSi 1.6 16v atmosférico, con 110 cv. Se combina con caja manual de cinco velocidades o automática Tiptronic de seis marchas, con levas en el volante y se ofrece únicamente con tracción delantera, como muchos de sus rivales.
El motor es uno de los puntos más flojos, con poca reacción, muy lento para los sobrepasos. Eso sí, es silencioso, lo cual contribuye a la buena insonorización de su interior. La esperanza en este sentido es que, la marca, sumaría a futuro una versión turbo.
En seguridad aparece otro de los aspectos más destacables del T-Cross. Es muy completo, con seis airbags de serie, frenos ABS con EBD, control de estabilidad, anclajes Isofix, asistencia al arranque en pendiente y sensores de estacionamiento traseros. Además, en el caso de la versión Highline, agrega sensores de estacionamiento delanteros, detector de fatiga y control de presión de neumáticos.
La travesía, hacia el final
Siguiendo con el recorrido por Villa de la Angostura, el segundo día encontró el camino seco, con mucho sol, y la posibilidad de acelerar más para conocer el vehículo en otros terrenos.
Sin embargo, no fue el único atractivo, sino que la jornada culminó en el Cerro Bayo, con una caminata con raquetas por la nieve. Mucho sol, charlas de por medio, y diversión entremezclada con comentarios del vehículos fueron un buen "impasse" para la conducción.
Ya de regreso al hotel, tras un almuerzo, el test fue llegando a su fin. El tiempo fue suficiente como para conocer en profundidad el modelo. Esos son los buenos encuentros donde sobran las horas para disfrutar de paisajes tan lindos como tiene la Argentina al tiempo que se puede manejar y conocer un vehículo.
Cuál es el balance?
Volkswagen tardó en llegar al segmento de los SUV chicos pero cuando lo hizo, fue acertado en imagen, estética y confort.
Estos detalles son muy importantes para quienes eligen un crossover sin necesidad del equipamiento 4x4. En general, le dan un uso más urbano, y alcanza con la mayor distancia del suelo y la buena posición de manejo para atravesar algún camino complicado.
La estética, es otro de los elementos a favor. La imagen exterior, comparado con sus rivales, es muy atractiva. Y el espacio interior, es muy satisfactorio.
Donde quedó a mitad de camino es en el motor, un propulsor con muchos años y poca fuerza. No pasa lo mismo con la caja automática, la que nos tocó probar, que anda muy bien.
En conclusión, buen debut de Volkswagen para el segmento chico, categoría que se completará con el Tarek fabricado en la Argentina a partir de 2020; el Tiguan que ya está en el mercado desde el comienzo de año; y Touareg, que está en preventa.
Otra conclusión: es un modelo que atrae a muchos compradores, especialmente las mujeres, que preguntan a menudo por el T-Cross y destacan lo "lindo que es". También llega muchos a los segmentos más jovenes.
Con estos atributos, la marca tiene fe en que será líder en poco tiempo. Así, seguirá en carrera por conservar su puesto de número uno en el país.