Por el dólar, aumentan los precios de autos en septiembre y las ventas siguen en caída
El presidente Mauricio Macri recibió en la Casa Rosada a los principales directivos de las terminales que producen en el país. Fue una reunión cordial, en la cual los empresarios mostraron su satisfacción por la prórroga del acuerdo de intercambio comercial con Brasil, que se extendió hasta 2029.
Sin embargo, las preocupaciones son cada vez mayores en las automotrices. Además, muchas de ellas atraviesan una de las crisis más grandes de los últimos años, y están "haciendo malabares" para salir adelante.
"Nuestra decisión ha sido suspender las importaciones hasta 2020", explicaron en Volkswagen, con el fin de achicar el stock.
Por su parte, Hernán Bardi, director de Relaciones Gubernamentales de Renault, sostuvo que "la coyuntura nos muestra un escenario de mucha volatilidad e incertidumbre y estamos esperando para saber dónde se estacionarán las variables económicas para tener un panorama más claro hacia el futuro. En este escenario también es difícil saber que pasará el año próximo, y cuando se deben hacer planes de negocio necesitamos tener más estabilidad en las variables económicas".
Lo que sobrevuela en las oficinas de las grandes marcas es qué pasará con las ventas internas, las cuales están sufriendo el peor derrumbe en años y apenas llegarían a las 450.000 unidades a fines de 2019, el peor registro en una década.
Esto, sumado a que las exportaciones tampoco crecieron como se esperaba (principalmente por Brasil, que no repuntó tanto), y con una competitividad que es cada vez más deficiente, lo que hace es acrecentar la incertidumbre, el peor enemigo de un negocio que necesita planificar a largo plazo.
Como "la gota que rebasó el vaso", los precios de los 0Km no pueden mantenerse fijos debido a la suba del dólar, y los incrementos ya licuaron las bonificaciones del plan del Gobierno que fueron efectivas en julio y agosto. En paralelo, los vehículos que se ven impactados por el impuesto interno son cada vez más, y este aspecto volvió a complicar mucho a los importadores.
Las subas, marca por marca
Pese a la crisis y con una demanda adormecida, en septiembre los 0Km volvieron a incrementar su valor por encima del 10%. Para aquel que piensa en comprar un vehículo nuevo, hoy tiene que disponer, como mínimo, de $600.000, con lo cual podrá acceder a un modelo de entrada de gama y base, sin ningún extra en tecnología o en seguridad. Esto, con el agravante de que el valor se mueve mes a mes, y son pocas las opciones para elegir.
Por ejemplo, entre agosto y septiembre, los modelos de Volkswagen subieron entre 5 al 9%, siendo las pick-ups, que son las más vendidas, son las que registraron mayor incremento.
Por otro lado, para acceder al modelo más económico de la alemana, que es el Up, hay que disponer de $708.850 frente a los $670.800 de agosto. Esto implica una suba de 5,7%.
Otro caso en el que sí hay descuentos, es el Volkswagen Gol. Este modelo aumentó 5,7% en comparación con el mes pasado, trepando de los $894.000 a $944.700, con una bonificación de 158.000 pesos. Es decir, el auto más vendido del mercado por décadas, hoy en su versión más equipada, llega casi al millón de pesos.
En el caso de Peugeot, los incrementos varían de acuerdo al modelo. Por ejemplo, el 308 de producción nacional, pasó de $1.110.900 a $1.133.900. Es decir, la suba fue de 2 por ciento.
En los modelos donde el incremento se ajustó más fue en aquellos que se mantienen en un nivel para que no los afecte el impuesto interno. Por ejemplo, es el caso del 3008 y el 5008. El primero pasó de $1.809.000 a $1.979.000; mientras que el segundo se incrementó de $2.090.500 a $2.287.000, al borde del nuevo límite para ser alcanzado por el gravamen, que es de 2.300.000 pesos.
En el caso de Renault, las subas promediaron el 8%. El Kwid, el más barato de la familia, se incrementó de $551.400 a 599.700 pesos; mientras que el Sandero, otro de los más vendidos, subió de $734.000 a 778.000 pesos.
En este caso, la marca tiene cerca del impuesto interno al Koleos, el cual también se mantiene al límite de ese gravamen y quedó disponible únicamente en una versión.
En el caso de Citroën, el C3, que es el modelo de acceso a la marca, incrementó su valor un 11%, pasando de $864.000 a $965.500. Sin embargo el C4 Cactus, que es uno de los más vendidos del momento, en su versión tope de gama, se incrementó 17%, pasando de $1.167.500 a $1.369.500.
En Fiat, las subas también son variadas: por ejemplo, el Mobi, pasó de $473.200 a $526.400, una suba de 11%.
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En el caso del Argo, el incremento fue menor: pasó de $594.000 a $622.000, es decir, un promedio de 4 por ciento.
Como resultado de la gran incertidumbre que vive el mercado, otro cambio notable que se dio en algunas compañías, es que ya no publican más sus precios. Es el caso de Ford, donde se busca que el cliente se acerque al concesionario y pueda negociar.
En estos casos, también se han dado varios incrementos, acompañados por el cambio de modelos en algunas versiones, como es el caso de Ranger, pero solo en los puntos de venta se revelan los listados oficiales.
Los afectados por el impuesto
Además de las subas en las marcas masivas, afectadas especialmente por la devaluación, las importadas y de alta gama volvieron a estar contra la pared por el impuesto interno.
La suba del dólar modificó los precios de los vehículos cotizados en esa moneda, mientras que el ajuste del gravamen que se dispuso en septiembre fue muy bajo en comparación con la escalada del billete verde. Hoy, cualquier vehículo con valor de venta al público de $2.300.000, sufre la aplicación del gravamen, entre ellos la Toyota SW4 de producción nacional.
Por otro lado, si se contempla que un auto de entrada de gama ya superó el medio millón, los más grandes (sedanes medianos y el segmento D) así como los SUV, quedan en su mayoría a un paso de este impuesto, que los encarece un 25 por ciento el valor final.
Quienes expresaron su disconformidad rápidamente fueron los miembros de CIDOA, la cámara que reúne a los importadores, quienes se expresaron al respecto.
Al comienzo del gobierno de Mauricio Macri, la segunda escala tributaria (que es la que hoy está vigente) afectaba vehículos de u$s83.000 de precio al público.
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Luego se eliminó la primera escala, que era del 11%, y quedó la segunda, la cual fue afectando a más autos.
Hoy, con la actualización vigente en septiembre y un tipo de cambio a $57, deben pagar el impuesto los autos con un valor de u$s39.600.
"Es un impuesto que lo único que genera es daño y saltos en las listas de precios, discontinuando modelos", se quejó Ernesto Cavicchioli, presidente de Hyundai.
Lo que aducen desde CIDOA es que la medida provoca que las ventas se achiquen y prácticamente desaparezcan, porque ese mismo 0Km ya paga el 35% de importación, 2,5% de estadística, 4% de IIBB, 21% de IVA, 1,2% de impuesto al cheque, entre otros.
Desde la cámara proponen tres alternativas:
1. Que el impuesto interno quede sin efecto y que cada marca pueda ofrecer toda su gama.
2. Que se actualice por tipo de cambio o que tenga su base en dólares.
3) O que se publique un decreto que corrija la base en pesos a cuenta de futuros ajustes.
Más allá de estos reclamos, son muy pocas las percepciones de cambio que esperan en el sector, especialmente porque, tras las elecciones, consideran que ningún Gobierno podrá hacer demasiado con las medidas económicas, y que en 2020 se vendrán tiempos que también serán duros para las automotrices.
Tras la cancelación de algunos proyectos hace algunos meses (principalmente en el segmento pick ups), no se suspendieron nuevos planes de inversión ni lanzamientos importantes, pero hay cautela y se achican los portfolios de productos a los más vendidos.
En cuanto a las bonificaciones, su utilidad está puesta en tela de juicio. Con precios que se disparan y ventas que se desploman, los descuentos no están ayudando a sortear la crisis. Así, ni siquiera el plan del Gobierno es vista como una herramienta positiva para superar el último cuatrimestre del año.