Debido al Impuesto Interno, concesionarias esperan "colas" para las Toyota Hilux SW4
A pesar de los reclamos de fabricantes e importadores, el Gobierno decidió no flexibilizar el Impuesto Interno para los autos y desde el 1 de septiembre comenzará a regir la nueva base imponible fijada en $1.626.763 de valor de un 0Km antes de IVA y margen comisional, tras un aumento del 9,48%.
De esta forma, el precio al público a partir del cual los modelos empezarán a pagar rondará los $2.300.000. El problema con Internos es que si un vehículo queda impactado, aumenta su precio en 25%. Por eso, las marcas intentan mantener el valor justo debajo del límite.
Así es como la Toyota SW4 se vuelve un caso emblemático entre los vehículos afectados, ya que la automotriz viene manteniendo el valor (fijado en pesos) en un nivel para que no lo alcance el tributo.
Aparentemente, la idea es seguir con esa política por lo que el modelo quedará "barato" en relación con sus competidores que, por ser importados, tienen sus listas en dólares y no tienen margen para esquivar el impuesto.
Si el SW4 aumenta a la nueva base imponible, pasará a costar unos $2.300.000, lo que significará que su valor será de u$s40.000. Por ende, estará apenas por encima de un Audi A1 (u$s7.200), un auto chico contra un SUV de un segmento superior.
De todas maneras, para la terminal vender a ese valor no es rentable, por ende no prevé aumentar la producción y sólo cumplirá con las unidades comprometidas con las concesionarias, además de lo destinado a la exportación.
En las concesionarias, en tanto, anticipan que tendrán un incremento importante de la demanda.
El otro hecho insólito es que este Internos hace que muchas marcas disminuyan las ventas de los modelos afectados o, directamente, los saquen de comercialización lo cual provoca que a menores ventas, haya también menor recaudación, algo que va en el sentido contrario a la lógica de un impuesto.
Pero desde el Gobierno entienden que no tenían margen para subir la base imponible por encima de lo previsto porque se podría leer una baja de la presión tributaria de un impuesto conocido como "al lujo", señaló Ámbito.