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Copiloto por un día: la experiencia a bordo del Hyundai i20 ganador del Rally

Tras quedarse con el podio del WRC que se corre en la Argentina, la coreana propuso una actividad diferente para conocer desde adentro la competencia
02/05/2019 - 16:31hs
Copiloto por un día: la experiencia a bordo del Hyundai i20 ganador del Rally

Subir de copiloto en un auto del World Rally Car no es una oportunidad que se presente todos los días. Y juro que la posibilidad de hacerlo generó adrenalina desde el minuto cero.

La propuesta llegó de manos de Hyundai Argentina, quien antes de saber que llegaría a un doble podio en la fecha que se corre en el país (se quedó con el primer y segundo lugar), invitó a un grupo de periodistas a ser parte de una actividad única.La cita fue en el circuito de Oreste Berta, ubicado en Alta Gracia, Córdoba, donde el escenario combina asfalto con tierra, con tramos adaptados para sentir que se está atravesando el circuito de un verdadero Rally.

 

El piloto elegido para que pilotee el auto el español Dani Sordo, quien se alterna al volante del i20 para algunas fechas del Rally y en esta ocasión llegó a la Argentina para ser parte de la experiencia.La actividad incluyó varias partes, pero para sorpresa de todos, arrancó con una charla que en varios años recorriendo diferentes eventos de la industria automotriz y de competición nunca se había dado: aprender cómo se hace una hoja de ruta para una carrera de rally, con Carlos Del Barrio, navegante de Sordo, como maestro.Esta actividad que comenzó de una forma "más tibia" que aquellas sensaciones que se anticipaban a pensar lo que sería ir en el auto con Sordo, se fue convirtiendo en una charla más que interesante. Y en otra experiencia que quedará como gran enseñanza. Además, tuvo su lógica: nos estaba preparando para lo que se venía.

Concentrado como si estuviera armando su propio libreto para la próxima carrera, Del Barrio detalló paso a paso cómo se arma el mapa del circuito , y contó todos los secretos que se deben tener en cuenta en el paso previo a salir a correr.

"El road book es propiedad intelectual del piloto, él decide como quiere armarlo. Primero se hace un recorrido de la pista y el copiloto va escribiendo todo lo que le canta quien está frente al volante. Luego hay una segunda vuelta para hacer correcciones. Se basa en números que indican la apertura de las curvas y se le indica la velocidad del paso, con puntuación del 1 al 10 desde la más lenta a la más rápida", explicó.

El navegante tiene otras responsabilidades. Su obligación es estar siempre pendiente del reloj, un objeto clave para su rol que elige con sumo cuidado, es decir, no es cualquier reloj ni tiene que ser el mejor.

Lo mismo pasa con la lapicera con la que toma anotaciones. Algo que parece simple, para Del Barrio forma parte de su esencia.

Una vez realizados los pasos se hace el road book definitivo y están listos para salir a competir.

Después de la charla vino la puesta a prueba de esta enseñanza, y lo que nadie sabia que tendríamos que armar la hoja de ruta y luego cantarla al piloto. De las indicaciones dependía la trayectoria del auto. Y en iProfesional así nos fue:

Paso 2: copiloto de verdad

Después de esa primera experiencia llegó el turno de lo más esperado del día: salir a la pista con Sordo al volante.

Desde el minuto cero que se firma el deslinde de responsabilidades, hasta la preparación en el instante que te calzas el equipo, es todo una celebración.

Además se vive desde adentro un detalle que no es menor: la cantidad de gente que trabaja en el equipo Hyundai Motor Sport, y la organización completamente cronometrada.

Nada queda librado al azar y un ejército de expertos se ocupa de cada momento. Una organización perfecta para piloto y copiloto.

Así, una vez dado el ok de todas las partes, aceleración al tope y el ruido impresionante del escape rompen el segundo cero para salir a la pista.De ahí en más, todo es adrenalina en el estado puro. Mientras el piloto toma el volante como si fuera un pañuelo de seda, sin ningún esfuerzo, y parece que cada maniobra es tan simple para él, al lado la vibración y la emoción generan una sensación indescriptible. Nada de miedo, porque la seguridad de quien lleva el volante solo dibuja una sonrisa en la cara.El tramo se va sucediendo en medio de movimientos que cambian todo el tiempo. Lo único que se piensa es: ojalá que esta no sea la última vuelta.Finalmente llega la última pasada y el arribo a boxes. Sin palabras, solo imágenes que quedarán para el recuerdo.