Caso Ghosn: ¿Podrían sobrevivir Renault y Nissan de forma independiente?
Carlos Ghosn ya no es el presidente de la Alianza Renault Nissan. El pasado jueves, el fabricante japonés lo destituyó como presidente de la compañía. Un par de días antes, Renault no lo despidió pero le retiró de sus funciones, dejando la compañía en manos de Thierry Bolloré, número dos de la empresa y que ahora ejerce como consejero delegado.
Al otro lado, Hiroto Saikawa, nombrado hace poco más de un año como consejero delegado de Nissan, pilota la empresa. Un japonés en Nissan; un francés en Renault. Ni el Gobierno nipón quiere una fusión; ni el francés que Nissan tome más poder en la enseña del rombo.
Ghosn, que tenía planeado dejar el grupo tras finalizar el actual plan estratégico, en 2022, ha intentado en los últimos años fusionar la Alianza. Chocó con la negativa de Emmanuel Macron y de Shinzo Abe; a pesar de que los dos gobiernos manifestaran su intención de colaborar para que la Alianza Renault Nissan continúe como antes de destaparse el fraude fiscal de su presidente, indicó el sitio mexicano Expansión.
Haya habido o no un golpe de estado por parte de Nissan, que investigó durante meses a Carlos Ghosn sin informar a los ejecutivos de Renault, lo cierto es que la japonesa lleva más de un lustro reivindicando tener más peso en las decisiones de la Alianza.
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Renault posee el 43,4% de Nissan. Es su máximo accionista y tiene derecho de voto y veto en el consejo de la japonesa. El segundo accionista es el fondo de pensiones público de Japón con el 5,28%.
Nissan tiene el 15% de Renault pero sin derecho a voto. Y no es su máximo accionista. Lo es el Estado francés que detenta el 15,01% del capital.
Los japoneses se sienten traicionados desde que Renault, en base a la Ley Florance, dejó sin posibilidad de voto a Nissan por enésima vez. Según esta normativa, si un accionista permanece en la compañía durante dos años podría duplicar sus derechos de voto en el consejo, sin necesidad de elevar su participación. No obstante, en mayo de 2015, el Gobierno francés elevó su participación al 19,75%, para evitar que Nissan ganase terreno en el capital de Renault.
En noviembre de 2017, para apaciguar a Nissan, Ghosn logró que el Estado francés vendiera un 4,75% para igualar su participación con Nissan. Pero el Ejecutivo francés se quedó una décima por encima del grupo japonés, con su actual 15,01%.
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Esta relación se remonta a 1999. Nissan no tuvo más remedio que aceptar las condiciones de Renault porque estaban a punto de quebrar. Pero en los últimos ejercicios, y con la grave crisis financiera que atravesó Europa, ha sido Nissan quien ha sustentado el balance de la francesa. El año pasado Grupo Renault ganó u$s5.210 millones, de los que su participación en Nissan aportó u$s 2.799 millones. En 2016, Renault consiguió u$s3.543 millones, a los que Nissan aportó u$s1.638 millones.
En cuanto a ventas, Nissan lidera. Además la japonesa fue la que compró la tercera pata actual de la Alianza, Mitsubishi, en octubre de 2016, de la que posee el 34%. Este lunes Mitsubishi destituirá a Ghosn como su presidente.
Entre las dos marcas japonesas comercializaron 8,84 millones de vehículos en 2017; Grupo Renault, 3,76 millones.
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La base de la Alianza son las sinergias. Si en 2016 ahorraron 5.000 millones y el año pasado casi 6.000, el plan estima que en 2022 se reducirán 10.000 millones en costos. Ambas compañías (y Mitsubishi) están centralizando sus compras a proveedeores, ingeniería, cadena de suministro y fabricación.
En esta última área entra en juego otro actor, Daimler, que tiene un acuerdo estratégico desde 2014 con la Alianza Renault Nissan. Bastan unos ejemplos. La furgoneta Mercedes Citan se fabrica en la planta francesa de Maubeauge de Renault, que también producirá la Nissan NV250. Daimler hace en México el Infiniti (marca premium de Nissan) QX30. O la fábrica de Motores de Valladolid fabrica propulsores diésel pequeños que, por ejemplo, monta el Mercedes Clase A.
Renault Nissan Mitsubishi acaban de sellar un acuerdo con Google, que sustituirá a Microsoft como proveedor de servicios en la nube y de software para 2021.
Renault y Nissan cuentan con un fondo de capital riesgo de 1.000 millones para captar nuevas oportunidades de negocio en la nueva movilidad. Y Nissan, con el Leaf, y Renault con el Zoe, son líderes mundiales en ventas de vehículos eléctricos. La unión de ambas compañías es tan rentable que parece complicado que no terminen por llegar a un acuerdo.