Reclamo del sector: la industria de motos pide cambios en la aplicación de los impuestos internos
El debate por la reforma tributaria contunúa, especialmente en algunos sectores.
Mientras se reedita una pequeña batalla entre las industrias del vino y la cerveza, el sector que ahora se abre camino en la discusión es el de las motos, que planteará cambios sobre qué significa la alta gama en ese mundo.
Luego de la presentación del proyecto oficial a comienzos de noviembre, a través del lobby político, que incluyó a gobernadores, diputados y ejecutivos de empresas multinacionales, prácticamente todos los sectores involucrados lograron modificaciones hasta llegar a la promulgación de la ley, a comienzos de enero.
Todo parecía cerrado, pero la novedad fue que las dos grandes empresas cerveceras (AB InBev y CCU) verán bajar la alícuota que había sido aprobada en el Parlamento de 14% a 10% gracias a la letra chica (la reglamentación de la ley).
La última reunión de la industria de motovehículos con el Gobierno fue a fin de año, antes de la aprobación de la reforma.
Con los números en la mano del proyecto presentado por el Ministerio de Hacienda, que conduce Nicolás Dujovne, buscaron explicar el impacto que tendría la suba de la alícuota del 10% (tasa efectiva del 11,1%) al 20% (25%) a motos cuyos precios superen a la salida de fábrica los $140.000.
Fueron a ese encuentro Acara Motos y la Cámara de Fabricantes de Motovehículos (Cafam), según contaron.
"Ahora estamos trabajando para tener una nueva reunión, pero aún no tenemos fecha", contó a la nacion Gustavo Bassi, presidente de Acara Motos. En el Gobierno consideran difícil que se modifique uno de los pocos puntos que no fueron distorsionados por la política en la estructura propuesta de impuestos internos, según La Nación.
Según un trabajo elaborado por Acara Motos al que accedió el matutino, que fue presentado al Gobierno, la suba en los impuestos internos previstos para las motos denominadas de alta gama en la ley provocará una fuerte caída de ventas en el sector (similar a las de 2014, 2015 y 2016, tras el impuestazo que impuso el kirchnerismo) y un impacto en el empleo (sobre todo en la cadena de comercialización); impulsará una suba de precios en los productos finales destinados al consumidor; reducirá el margen de ganancias de los concesionarios, y no aumentará sustancialmente la recaudación.
El año de patentamientos récord en este sector fue 2013 (712.337 unidades). Es el mismo período en que también fue récord la venta de autos. Ese boom fue traccionado por los límites impuestos por el cepo cambiario. En lo que significó el segundo número de la historia, el año pasado terminó con ventas de motos por 687.966 unidades, según Acara.
En 2013, por la burbuja del dólar existente en el sector, el kirchnerismo impuso un impuesto interno de 30% a las motos de entre $28.000 y $50.000 -en salida de fábrica- y de 50% a las que costaran más de $50.000. La caída de ventas en 2014 fue del 32,1%. Pero, según el informe de Acara, también cayó la recaudación en $52 millones y se perdieron 2460 empleos.
"Resulta inevitable trazar un paralelismo entre lo sucedido con el aumento de la alícuota en 2014 y lo esperable para las ventas de 2018 a partir de la fuerte modificación del impuesto interno y sus bases", explicaron en la entidad que representa a las concesionarias.
Con la suba de impuestos de 2014, todas las cilindradas fueron golpeadas, pero el mayor impacto estuvo en las superiores a los 500 cm3 (junto con las de 50 y 100 cm3). Los precios finales subieron entre 50% y 100%, estimaron los autores del documento. Las caídas de ventas de estos segmentos específicos ese año alcanzaron el 60%.
Con la llegada del actual gobierno, hasta 2017 rigió el pago de una alícuota del 10% a las motos que a la salida de fábrica costaran más de $70.000. Con la modificación de la reforma tributaria, esa base se duplica a $140.000 (con la alícuota al 20%). No obstante, el impuesto continuará impactando sobre el mismo universo: las motos de más de 250 cm3 de cilindrada, las que el sector no considera justamente de alta gama.
Para esta industria, el tope de gama o la alta gama aparece representado solo por las 3055 motos de más de 800 cm3 que se vendieron el año pasado, con precios de venta antes del impuesto superiores a los $400.000.
En ese sentido, ya llevaron una propuesta al Gobierno, que implica una base no imponible de $106.000. Entre ese valor y los $400.000 proponen una alícuota de 10%, y para las de alta gama (más de $400.000), una alícuota de 20%. El reloj ya corre para las motos y también para otros sectores que buscan cambios en la letra chica de la reforma.