La desregulación en el transporte de pasajeros no tiene, por ahora, el efecto que esperaba el Gobierno
La desregulación del negocio de los ómnibus y combis de larga distancia no arrancó con toda la fuerza que auguraba la administración de Javier Milei.
Salvo la inclusión de nuevas paradas en Aeroparque de algunos servicios provenientes de Rosario y Córdoba; el ingreso de nuevas empresas y operadores particulares que preveían en la Secretaría de Transporte, cargo de Franco Mogetta, y en el ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, de Federico Sturzenegger, no ha sido el esperado y no hay indicios de que vaya a alterar en los próximos meses el complicado escenario que enfrentan las compañías tradicionales del sector.
Pese a la prometedora convocatoria que había hecho Sturzenngger por la red social X para que cualquier particular con un vehículo que pueda trasladar un mínimo de 5 pasajeros se convierta en solo cinco días en nuevo "transportista de pasajeros de larga distancia"; la mayoría de las consultas recibidas en Transporte terminaron tirando abajo las ilusiones al no poder cumplir los interesados con las exigencias fiscales, técnicas y de cobertura de seguro que estable el nuevo esquema desregulatorio y de libertad tarifaria.
Por qué la desregulación del transporte del Gobierno no arranca
Un primer análisis a fondo sobre el estado actual del sector de larga distancia del docente e investigador del Instituto del Transporte de la Universidad Nacional de San Martín; Jorge Sánchez puso sobre el tapete las principales razones por las cuales la desregulación libertaria no ha logrado ponerse en marcha.
"El sector se encuentra desde hace varios años en un declive estructural motivado en diferentes causas que tienen como fondo un cambio de paradigma turístico: se ha pasado de un turismo de masas con destinos fijos, principalmente domésticos, y estadías más o menos largas a un nuevo tipo de turismo itinerante a nuevos destinos, con estadías más cortas y ampliado a lugares que están más allá de las fronteras nacionales", destacó el trabajo de Sánchez.
Tras señalar que "las líneas de ómnibus de larga distancia vienen perdiendo tráficos tanto frente al automóvil en las distancias interurbanas cortas y medias, como ante el avión en las distancias más largas"; el informe advirtió que "el 2024 es probable que sea el año con la menor cantidad de pasajeros transportados desde la década del 50 del siglo pasado".
A evaluar el panorama que se perfila para el sector que la gestión de Milei decidió desregular, el análisis del licenciado en Economía de la UBA y especialista en Transporte arribó a las siguientes conclusiones:
- El transporte automotor regular de pasajeros de larga distancia ya se encontraba operando con un marco normativo y una práctica muy flexibles con la excepción de que se trataba de un mercado cerrado y sin posibilidades de iniciar un nuevo servicio sin autorización oficial.
- Es un sector que enfrenta una crisis estructural desde hace varios años, más allá de que se vea afectado por determinadas cuestiones coyunturales como el actual tipo de cambio que abarata los destinos turísticos extranjeros y frena la demanda de viajes internos.
- La crisis es profunda y probablemente sea irreversible. No quiere decir que en pocos años nadie recordará que en Argentina existieron grandes transportistas de pasajeros de larga distancia, sino que el tamaño del sector será menor a la de años atrás y su operatoria probablemente también sea diferente.
- La concentración en grandes grupos empresarios es consecuencia del proceso de flexibilización introducido en 1992 con el avance de algunos grupos en un período de expansión de la actividad. Esa concentración hoy continúa, pero con zonas oscuras en la solidez de algunas de las empresas dominantes.
- Es probable que se vaya a una reducción de empresas diferenciándose aquellas más grandes concentradas en recorridos troncales, tal vez con importantes empresas provinciales, junto a una atomización en recorridos más cortos, donde es posible que se vean nuevos competidores, muchos de ellos sin experiencia en la actividad.
- Es esperable que se registren turbulencias en el mercado y que ingresen startups al estilo FlixBus. Si las actuales operadoras no modernizan su gestión y su relación con los pasajeros/clientes, no sería raro que entraran en problemas. Hoy, en pleno auge del capitalismo digital, no usar estas herramientas puede ser la diferencia entre seguir en el mercado y no seguir.
- El sistema de venta de pasajes de manera digital es una de las llaves del nuevo esquema, ya que de allí puede venir una fuerte segmentación y una disputa por las mejores trazas. La facilidad en la obtención de la información para comprar pasajes es una llave central.
Qué puede pasar con las tarifas con el nuevo esquema de "precios liberados"
El informe también resaltó que "un nuevo mercado de transporte desregulado requiere de una fiscalización eficiente, eficaz y con presencia estatal para garantizar la competencia y, más aún, la seguridad vial. Históricamente, las tareas de control estatal en el sector transporte han sido, al menos, poco eficientes".
Apuntó, además, que "en los últimos años, ese rol de control se fue degradando a un ritmo relativamente acelerado. Es muy probable que ahora se debilite aún más dadas las señales contrarias al accionar estatal que viene emitiendo el Gobierno".
En cuanto a lo que pueda suceder con el nuevo esquema de "precios liberados", el trabajo estimó que no habría que esperar grandes modificaciones con respeto al sistema anterior que tenía bandas tarifarias muy amplias que permitían moverse entre un 15% y un 50% por arriba y debajo del valor de referencia.
Por último, el análisis de Sánchez advirtió que "con la desregulación dejan de tener valor económico los permisos oficiales que eran activos intangibles para las empresas y generaban la existencia de "compañías fantasmas" que no operaban y les cedían sus permisos a otros mediante convenios de gerenciamiento. Esas empresas fantasmas seguramente dejarán de existir o se recostarán en pequeños nichos territoriales".