• 25/12/2024

Con solo 12 empresas cada 1.000 habitantes, Argentina enfrenta un problema estructural

Mientras el sector tecnológico crece, la manufactura y el comercio mayorista registran tasas negativas en la creación de empresas
25/12/2024 - 10:11hs
Argentina, lejos del ranking global que mide cantidad de empresas por habitantes

Con apenas 12,1 PyMEs activas por cada 1.000 habitantes, Argentina muestra una densidad empresarial que no solo es baja, sino que también evidencia un estancamiento crónico. Este indicador, destacado en el reciente informe de Demografía Empresarial del Observatorio PyME, posiciona al país muy por detrás de economías como la Unión Europea (72,3 empresas por cada 1.000 habitantes) o incluso México (40,4). ¿Qué significa esto para el crecimiento económico? Según los expertos, esta realidad compromete la diversificación, la competencia y la generación de empleo, pilares esenciales para un crecimiento sostenible.

"La principal barrera para la creación y supervivencia de empresas es el estancamiento económico, la falta de incentivos a la inversión y una demanda agregada robusta. Otros factores que afectan la creación y sostenibilidad de empresas son la falta de financiamiento para proyectos de inversión y los costos que inciden en la competitividad, como son los tributarios y los laborales no salariales, entre otros. Revertir este panorama requiere de una combinación de medidas macroeconómicas, que generen condiciones propicias para la creación de empresas, con políticas productivas para las diversas cadenas de valor", explicó Daniela Rozenbaum, economista jefa del Observatorio PyME, a iProfesional.

Sectores en contraste: tecnología y manufactura

El informe presenta una foto dinámica del ecosistema empresarial entre 2022 y 2024. Entre el primer trimestre de 2022 y el cuarto trimestre de 2023, el país experimentó un crecimiento del 6,5% en el stock de empresas, llegando a 556.986 unidades. Este repunte, impulsado por una mayor tasa de natalidad empresarial (0,9% trimestral), parecía marcar el inicio de una recuperación. Sin embargo, todo cambió en 2024. En apenas nueve meses, el número de empresas activas cayó un 1,1% debido a una drástica reducción en la creación de nuevos negocios.

Sectores como la industria manufacturera y el comercio mayorista sufrieron más el impacto, con tasas de natalidad neta negativas (-0,2%). En contraste, el sector de software y servicios informáticos, más vinculado a las exportaciones, logró mantenerse con una tasa positiva (0,2%).

"La industria manufacturera se vio directamente afectada por la caída de la actividad económica local, tanto por el menor consumo como por la menor demanda de insumos para la producción. En cambio, la actividad de software en muchos casos está vinculada con la exportación y puede sortear mejor la coyuntura adversa. No obstante, ambos sectores vienen señalando preocupación por la pérdida de márgenes y de rentabilidad en un contexto de apreciación cambiaria y suba de costos como el de la energía", detalló Rozenbaum.

El informe también expone desigualdades regionales. Mientras que las regiones del NEA y NOA registraron caídas significativas en la natalidad empresarial (-0,3%), Cuyo mostró un desempeño relativamente mejor, aunque con una disminución menos pronunciada (-0,1%).

Uno de los mayores obstáculos que enfrentan las empresas en Argentina es la carga tributaria. Según el informe, impuestos como Ingresos Brutos y las tasas municipales pueden representar entre el 5% y el 7% del costo total de producción en sectores clave. Además, los saldos a favor retenidos de IVA e Ingresos Brutos suelen equivaler al 8% de las ventas mensuales en sectores tecnológicos, dificultando la rentabilidad de los negocios.

"Tener en cuenta este aspecto es especialmente relevante frente a las tensiones que se derivan de los planes de estabilización que recurren a anclas cambiarias y que afectan a las actividades transables que compiten tanto en el exterior como con la producción importada. En este marco, medidas orientadas a compensar la estructura de costos, así como reducir la carga tributaria y administrativa de las empresas, pueden hacer la diferencia a la hora de determinar las posibilidades de competencia de cada sector", sugirió Rozenbaum.

Este escenario afecta de manera especial a las MiPyME (Micro, pequeñas y medianas empresas), que constituyen el 97% del tejido empresarial del país. Sin apoyo financiero ni alivio en las cargas administrativas, muchas no logran superar las barreras iniciales para mantenerse activas.

Hacia una Argentina con más empresas y más empleo

Aunque el panorama actual es desalentador, el informe también señala posibles caminos para revertir la tendencia. Una de las claves, según Rozenbaum, es fortalecer el ecosistema emprendedor mediante programas de capacitación y alianzas con universidades y cámaras empresariales. "Las iniciativas de capacitación y formación son centrales tanto para los trabajadores como para los empresarios", enfatizó.

Otro aspecto crucial es fomentar sectores estratégicos con alto potencial de crecimiento, como la industria del conocimiento y las actividades relacionadas con recursos naturales. Casos como el desarrollo de Vaca Muerta en Neuquén y el sostenido crecimiento del sector tecnológico demuestran que, incluso en contextos desfavorables, es posible crear oportunidades.

"Pero más allá de estos sectores o regiones puntuales, es importante que haya un impulso masivo sobre la natalidad empresarial, en actividades que cuenten con encadenamientos y que generen conocimiento. La industria tiene en este aspecto un rol importante para cumplir", concluyó Rozenbaum.

El informe deja claro que fortalecer el desarrollo de PyMEs resulta clave para aumentar la densidad empresarial en Argentina, un factor directamente relacionado con el crecimiento económico. Promover políticas públicas que impulsen la creación y sostenibilidad de pequeñas y medianas empresas no solo fomentará la diversificación productiva, sino que también consolidará un ecosistema empresarial más robusto, capaz de generar empleo y competir en un mercado global cada vez más exigente.