Ahora será más fácil hacer el check in en los aeropuertos tras flexibilización de una medida
El Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini de Ezeiza acaba de implementar una nueva reglamentación que hará un uso más flexible de los mostradores de check-in, una medida que va en línea con la creciente necesidad de optimizar la infraestructura aeroportuaria y mejorar la experiencia del pasajero.
A partir de una resolución del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna), las aerolíneas podrán solicitar, de manera temporal, un mayor número de mostradores según sus necesidades operativas. Esta flexibilización elimina la asignación fija que hasta el momento tenía lugar, lo que en muchos casos generaba abusos de poder por parte de algunas aerolíneas, destacaron las autoridades.
El Gobierno elimina la exclusividad de Aerolíneas Argentinas en el Aeropuerto de Ezeiza
"Se elimina la exclusividad de varios sectores que tenía asignados Aerolíneas Argentinas, en ejercicio de competencia desleal", señalo el regulador. En la práctica, esta distribución rígida favorecía a las grandes aerolíneas, al otorgarles más mostradores de los que necesitaban, limitando el acceso de otras compañías y creando una desigualdad en el uso de la infraestructura.}
"La medida es el resultado del trabajo coordinado entre el concesionario y el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos, y tiene como finalidad mejorar la eficiencia, especialmente durante las temporadas altas, cuando la afluencia de pasajeros aumenta. Su objetivo es reducir los tiempos de espera y agilizar el proceso de despacho de equipaje, lo que se traducirá en una experiencia más ágil y satisfactoria para los usuarios", se especificó en un comunicado.
Los cambios en el check-in
A partir de ahora, los mostradores de check-in serán asignados de acuerdo con la disponibilidad y el tipo de vuelo, diferenciando entre domésticos e internacionales. Esta asignación podrá ser solicitada por las empresas hasta 3 horas antes del vuelo programado y permanecerá habilitada hasta 30 minutos antes de la partida, lo que dará mayor margen a las empresas para gestionar su flujo de pasajeros.
De esta manera, según Orsna, el aeropuerto será capaz de adaptarse con mayor rapidez a las fluctuaciones en la demanda sin sacrificar la calidad del servicio. En el caso de aquellas empresas que operen con vuelos simultáneos, la asignación de mostradores se adaptará según las horas de salida programadas, comenzando 3:30 horas antes del primer vuelo de ese bloque y finalizando 30 minutos antes del último.
Además, la nueva reglamentación también aplica cambios en la gestión de las posiciones de estacionamiento de aeronaves en Ezeiza. La medida establece un orden de asignación de las posiciones en función del tiempo entre la llegada de la aeronave y su próximo vuelo. Esta optimización se extiende a los tiempos de turnaround, que se reducen a 2 horas para vuelos domésticos y 4 horas para vuelos internacionales, permitiendo un mayor flujo de aeronaves y una mejor capacidad operativa en las plataformas.
Cabe recordar que tiempos de turnaround son un factor clave en la eficiencia de las operaciones aéreas, ya que incluyen todas las actividades necesarias entre el aterrizaje y el siguiente despegue. Estos procesos incluyen el desembarque de pasajeros, la carga y descarga de equipaje, el abastecimiento de combustible, el mantenimiento de la aeronave y las revisiones de seguridad. Disminuir este tiempo al máximo es fundamental para mantener la puntualidad de los vuelos y para maximizar la utilización de los recursos aeroportuarios.
En paralelo, también se aplican cambios el mantenimiento de los aviones. Las aerolíneas que operan en Ezeiza podrán realizar trabajos de mantenimiento en las posiciones de estacionamiento situadas en plataformas operativas, pero solo en aquellas áreas que no están habilitadas para el embarque y desembarque de pasajeros.
Este criterio permite que las áreas dedicadas exclusivamente a la operación regular de vuelos permanezcan libres, evitando congestiones y demoras innecesarias en el proceso de embarque y despegue. De esta forma, al organizar el uso de las plataformas, se permitirá el flujo continuo de aeronaves, sino que también minimiza los riesgos de demoras y mejora la capacidad operativa del aeropuerto.