Mindfulness y el poder del ahora, la práctica que le está poniendo un freno a la velocidad del mundo actual

Nací en 1977 y debo confesar que por aquel entonces, todo era más lento. Para recibir las noticias debíamos esperar el diario del día siguiente o el noticiero de la noche. Para ir a la casa de un amigo, había que llamar por teléfono y si no estaba había que esperar. ¿Cuánto? Nunca lo sabías. Querías escribirle una carta a esa persona que extrañabas y saber cómo estaba? Tenías que esperar días a semanas y mientras tanto en el paréntesis de enviar la carta, que llegue a destino y que vuelva con esa respuesta que estabas esperando, tenías una vida entera que seguía.

Hoy todo tomó cierta velocidad que es bastante difícil de parar y nos acostumbramos a vivir en este entorno vertiginoso. Desde que enviamos ese mensaje nos cuesta despegarnos del móvil hasta no obtener una respuesta. Nuestro mundo se para y ni hablar si vieron el mensaje y nos responden en los siguientes 20 segundos. A esto le sumaría cierto menjunje de emociones que, sumado a la irracionalidad de nuestros pensamientos, nos convierte en una bomba de tiempo para cualquiera que pudiera pasar a nuestro lado y preguntarnos cómo estamos.

Esta forma de vivir sumado a las distracciones constantes de las redes sociales o las noticias de todo el mundo que llegan 2 segundos después de haber sucedido y la curiosa sensación de no querer perderse nada de lo que suceda por allí, pero perdiéndonos de todos modos casi la totalidad de lo que sucede por aquí (léase por aquí todo lo que sucede en nuestro interior como emociones, pensamientos o sensaciones), contribuye a una demanda abrumadora y expectativas sociales que nos llevan a una constante agitación mental. Aquí es donde el mindfulness renace como el ave Fenix invitándonos a detenernos, respirar y conectar con el momento presente.

El mindfulness o consciencia plena es una práctica. Al igual que una persona entrena para correr una maratón, cuando practicamos mindfulness entrenamos para estar atentos al aquí y ahora de una forma diferente y sin juicio. La idea de esta práctica es prestar atención a propósito a nuestras experiencias, emociones y pensamientos pero sin quedar atrapados en ellos. Esta práctica tiene más de 2500 años pero estos últimos años se volvió muy popular debido a las diferentes investigaciones que demuestran los beneficios para la salud mental, emocional y física.

Qué es el poder del ahora? Es la premisa fundamental del mindfulness ya que el momento presente (el aquí y el ahora) es el único momento real. Cuando de manera deliberada hacemos una pausa para prestar atención a lo que estamos haciendo ahora con los 5 sentidos, nos desconectamos del futuro y las posibles ansiedades que este podría traernos y del pasado y sus enojos o remordimientos. No nos confundamos, esto no implica ignorar por completo al futuro y al pasado, sino reconocerlos, aceptarlos y trabajarlos desde el momento presente.

En este "nuevo mundo" encaprichado con la productividad y el multitasking, la práctica de mindfulness opera como un freno, dándonos la oportunidad de ser más conscientes a la hora de elegir o cómo comportarnos. Esta práctica nos permite disfrutar de las pequeñas alegrías de la vida cotidiana y gestionar el estrés de una manera más sabia y efectiva.

Los estudios muestran que la práctica contínua de consciencia plena genera una reducción del estrés, la ansiedad y la depresión así como sus recaídas. También se asoció esta práctica con una mejora en la toma de decisiones y una mayor concentración a nivel laboral y estudiantil.

En resumen, la práctica de mindfulness nos ofrece la posibilidad de llegar a un equilibrio entre la velocidad abrumadora del mundo de hoy y la paz interior que tanto anhelamos.

Alan Hecker es instructor de mindfulness en Armonía Mindfulness

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