Cómo funciona el sistema electoral en EE.UU y por qué estos siete estados pueden definir el resultado
El próximo presidente de los Estados Unidos podría no ser quien reciba más votos de los ciudadanos. Este martes 5 de noviembre, 260 millones de personas acudirán a las urnas, pero no votarán de forma directa a su candidato: en su lugar, eligen a los representantes de un colegio electoral que será el encargado de realizar la votación final.
Presidenciales en EE.UU: cómo funciona el sistema electoral
En 2016, aunque Trump obtuvo solo el 46% del voto popular, llegó a la Casa Blanca impulsado por este sistema de electores. Este fenómeno ha ocurrido dos veces desde la década de los noventa. La razón radica en cómo se asignan los electores en la mayoría de los estados: el candidato que gana el voto popular en un estado se queda con todos sus electores.
El colegio electoral está compuesto por 538 representantes, cuya distribución se muestra en el siguiente mapa. Para ganar la presidencia, un candidato debe contar con el respaldo de al menos 270 electores. Por eso es fundamental el resultado en estados clave como Pensilvania: el partido que logre una ventaja, aunque sea mínima, obtiene los 19 electores de ese estado, señala El País.
Existen dos excepciones en la distribución de los votos electorales. En Nebraska, dos electores van al ganador del voto popular y uno al ganador del voto popular en cada uno de sus tres distritos legislativos. Mientras que en Maine, dos compromisarios son elegidos en cada distrito al Congreso y los otros dos, por voto popular en cada distrito.
Saber qué candidato se hace con los votos de los electores no tendría que ser una sorpresa en la mayoría de los Estados. Las encuestas adelantan el éxito para Kamala Harris en al menos 22 estados y Trump lleva la delantera en otros 23. Este reparto delinea el voto de 445 de los 538 representantes del colegio electoral.
Sin embargo, quienes definen la elección son los siete estados donde el resultado es imprevisible: Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Nevada, Arizona, Georgia y Carolina del norte deja en el aire el voto de 93 compromisarios, donde el apoyo a demócratas y republicanos está igualado.
Estos sietes estados tienen un historias de oscilaciones. En 2020, todos sus compromisarios impulsaron a Joe Biden a la presidencia. En los comicios anteriores, Donald Trump se hizo con seis de los siete estados y la demócrata Hillary Clinton ganó solo en Nevada.
En décadas anteriores, el equilibrio fue menos cambiante: Georgia, Carolina del Norte o Arizona fueron bastiones republicanos desde 1970 hasta 2016.