• 17/10/2024

¿Lo ves y querés comprarlo?: identifican un sesgo psicológico que lleva a tomar malas decisiones

Este sesgo psicológico impulsa a preferir gratificaciones inmediatas sobre aquellas que llegarán en el futuro sin tomar en cuenta aspectos relevantes
03/10/2024 - 10:06hs
¿Lo ves y querés comprarlo?: identifican un sesgo psicológico que lleva a tomar malas decisiones

El descuento hiperbólico es un sesgo psicológico que nos impulsa a preferir gratificaciones inmediatas sobre aquellas que llegarán en el futuro, incluso cuando las recompensas inmediatas son menores. Este fenómeno, que fomenta la impulsividad, ha sido estudiado en las áreas de economía conductual y psicología. Expertos como Vincent Berthet, profesor en la Universidad de Lorraine, afirman que este sesgo distorsiona nuestra percepción del valor, llevándonos a tomar decisiones que podrían no ser las más beneficiosas a largo plazo.

El concepto del descuento hiperbólico tiene raíces históricas que se remontan a los intentos de comerciantes y filósofos de entender la relación entre el valor del dinero, los intereses y el capital. En décadas recientes, los estudios sobre este sesgo se han ampliado para incluir cálculos matemáticos en finanzas y teorías psicológicas sobre la toma de decisiones. Daniel Kahneman, galardonado con el Premio Nobel de Economía en 2002, es uno de los pioneros en el análisis de cómo los sesgos cognitivos influyen en nuestras decisiones económicas.

El descuento hiperbólico se activa cuando optamos por una recompensa inmediata, aun cuando la opción de esperar traería una mayor ganancia. Un ejemplo famoso son los experimentos con niños a los que se les ofrecía un marshmallow en el presente o dos si podían esperar unos minutos. Aunque algunos lograban esperar, la mayoría prefería la gratificación instantánea, mostrando cómo la impulsividad afecta la toma de decisiones, independientemente de la edad o el contexto.

Este sesgo es relevante en diversas áreas de la vida cotidiana y financiera. Irene Scopelliti, profesora de Marketing en la Universidad de Londres, señala que, bajo este sesgo, a menudo tomamos decisiones de las que nuestro "yo futuro" podría arrepentirse. Esto se debe a que valoramos el tiempo de forma irracional, dando preferencia a lo inmediato. Algunos expertos sugieren que este sesgo podría ser un remanente de nuestro pasado evolutivo, cuando la supervivencia dependía de aprovechar oportunidades inmediatas.

Además de las influencias evolutivas, el hábito de procrastinar también juega un papel en el descuento hiperbólico. La tendencia a posponer acciones nos lleva a priorizar recompensas inmediatas sobre objetivos a largo plazo, como ahorrar para la jubilación o mantener una vida saludable. Este sesgo se manifiesta en decisiones cotidianas, como elegir ver la televisión en lugar de estudiar, comer alimentos poco saludables en lugar de ir al gimnasio, o gastar dinero en cosas innecesarias en vez de ahorrar.

Cómo enfrentar el sesgo psicológico que lleva a tomar malas decisiones

En el ámbito financiero, este sesgo es particularmente problemático. Cuando tomamos decisiones impulsivas, como pedir préstamos con altas tasas de interés o elegir una hipoteca sin evaluar adecuadamente los costos a largo plazo, nos arriesgamos a sufrir las consecuencias más adelante. Turney McKee, director de investigación en The Decision Lab, describe el proceso de tomar decisiones como una balanza, donde debemos sopesar los costos presentes y futuros.

Afortunadamente, hay estrategias para mitigar el efecto del descuento hiperbólico. Vincent Berthet sugiere tres herramientas prácticas. La primera es el uso de "dispositivos de compromiso", como la creación de planes de ahorro automático, que ayudan a evitar decisiones impulsivas. Un ejemplo es el programa ideado por los economistas Richard Thaler y Shlomo Benartzi, que incrementa el ahorro para la jubilación cada vez que una persona recibe un aumento salarial.

La segunda estrategia es el "compromiso previo", que implica anticiparse a las tentaciones futuras. Esto puede lograrse mediante la planificación de inversiones periódicas o el agendamiento de actividades, como hacer ejercicio, para evitar postergarlas. Finalmente, Berthet sugiere el uso de recordatorios, ya sea en forma de imágenes, notas o conversaciones con otras personas, que refuercen los beneficios de tomar decisiones a largo plazo.

Irene Scopelliti añade que otro método eficaz para superar este sesgo es la creación de pequeñas recompensas inmediatas que refuercen comportamientos positivos. Esta técnica es utilizada por varias aplicaciones que motivan a los usuarios a mantener hábitos saludables o educativos, otorgando pequeños incentivos como puntos o mensajes positivos en el celular. Además, propone la creación de períodos de reflexión antes de realizar compras impulsivas, como esperar un día o una semana antes de tomar una decisión de compra.

Básicamente, se trata de retrasar un poco la gratificación para tener la certeza de que una decisión es adecuada.

Precisamente esa técnica de proyectarse uno mismo en el tiempo, dice Turney McKee, conocida como pensamiento futuro episódico, o a veces llamada "viaje mental en el tiempo", ha demostrado ser muy efectiva.

También ha demostrado ser efectivo el pensamiento de alta interpretación, agrega, refiriéndose al pensamiento abstracto que nos permite mirar el panorama más amplio, sin centrarse solamente en los detalles.

Quizás no te pasa con el dinero, pero el sesgo hiperbólico puede estar presente en cosas tan simples como querer tener una vida más saludable, pero ser incapaz de resistirse a las comidas que te hacen mal y al sedentarismo.

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