¿Se puede reducir la dependencia del auto?: alternativas para andar en forma más sustentable
Desde 1994, cada 22 de septiembre se celebra el Día Mundial sin Auto, una jornada que invita a reflexionar sobre el impacto que tienen los vehículos particulares en la contaminación ambiental y la congestión urbana. Este día, que busca promover alternativas de transporte más sustentables, es una excelente oportunidad para que las personas adopten hábitos más responsables en su movilidad diaria.
El uso del auto es una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y contaminación del aire en las ciudades. Además, el tráfico vehicular genera altos niveles de ruido y afecta negativamente la calidad de vida de los habitantes. A nivel global, más del 70% de las emisiones de CO₂ provienen del transporte, y una parte significativa corresponde a vehículos privados.
Puntualmente en Argentina, según datos de 2021 del ex Ministerio de Desarrollo Productivo, el transporte representa el 30% de la demanda energética total y según el Inventario Nacional Gases de Efecto Invernadero, este sector explica 15% de GEI y 24% del CO₂ emitidos cada año.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición prolongada a altos niveles de contaminación del aire puede causar o agravar problemas respiratorios, enfermedades cardiovasculares y reducir la esperanza de vida. En muchas ciudades, la polución del aire está vinculada con un aumento en las tasas de asma, infecciones pulmonares y otras enfermedades respiratorias, afectando especialmente a los niños y adultos mayores.
Además, el tráfico vehicular está asociado con una mayor cantidad de accidentes de tránsito. Según datos de la Asociación Civil Luchemos por la Vida, en 2023 se registraron alrededor de 6250 muertes por accidentes viales en Argentina, lo que equivale a un promedio de 17 por día, muchas de las cuales ocurrieron en zonas urbanas densamente transitadas.
Alternativas para movilizarse sin auto
Para sumarse al Día Mundial sin Auto, existen diversas formas de moverse de manera más sustentable:
- Caminar: Para trayectos cortos, caminar es una opción simple, saludable y que no genera emisiones. Además, es una excelente forma de conocer mejor tu ciudad y descubrir espacios que normalmente pasarían desapercibidos desde el auto.
- Usar la bicicleta: Las bicicletas son uno de los medios de transporte más eficientes y ecológicos. Muchas ciudades como Buenos Aires (300 km), Rosario (196 km) y Mendoza (350 Km entre Mendoza y Gran Mendoza) van ampliando sus redes de ciclovías, lo que facilita y hace más seguro el desplazamiento en bicicleta. Además, algunas ofrecen sistemas préstamos de bicicletas para facilitar el acceso. Cabe destacar el uso de bicicletas masivo, no solo reduce los índices de contaminación, sino que también promueven una vida más activa y saludable entre sus ciudadanos. El ciclismo y caminar, al ser actividades físicas regulares, contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad y las enfermedades cardíacas.
- Transporte público: Aunque con aumentos de tarifas significativos, colectivos, trenes y subtes son opciones viables y más sostenibles que los autos particulares. Si más personas optaran por el transporte público, la congestión vehicular disminuiría notablemente.
- Compartir el auto: Si no es posible evitar el uso del automóvil, compartirlo con colegas o amigos es una buena forma de reducir la huella de carbono y minimizar el número de autos en las calles.
- Considerar el uso de autos eléctricos: Argentina está en una etapa incipiente. Según la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA), en 2023 se patentaron 9.601 vehículos híbridos y eléctricos, lo que representa un 2% del total de las ventas de automóviles en el país. Esto indica que, aunque el interés está creciendo, aún estamos lejos de una adopción masiva. Parte del problema radica en los costos de estos vehículos. Si bien los vehículos eléctricos son más eficientes y baratos de mantener a largo plazo, su precio de compra inicial sigue siendo significativamente más alto que el de los autos a combustión: Según el Estudio Global del Consumidor Automotriz 2024 realizado por Deloitte, en Argentina la mayoría de los consumidores encuestados espera pagar menos de 12 millones de pesos por su próximo vehículo y más de un tercio de ellos dice que el costo es el mayor obstáculo de los vehículos eléctricos. El precio del auto eléctrico Coradir Tito, por dar un ejemplo de los más vendidos, arranca de los $17.000.0000 y el Ford Mustang Mach- E no baja de los $100 millones. Otro de los mayores retos para la expansión del transporte eléctrico en Argentina es la infraestructura de carga. A nivel nacional, existen aproximadamente 250 estaciones de carga, la mayoría de las cuales se concentran en Buenos Aires, Córdoba y Rosario, dejando amplias áreas del país sin acceso. Esta falta de cargadores públicos dificulta los viajes de larga distancia y desalienta a potenciales compradores que temen quedarse sin batería en zonas con poca cobertura.
Ciudades como Copenhague y Ámsterdam demostraron que es posible transformar el transporte urbano y reducir drásticamente la dependencia del automóvil. Al invertir en infraestructura ciclista, transporte público eficiente y zonas peatonales, estas ciudades no solo mejoraron la calidad de vida de sus habitantes y, sino que también lograron reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. En América Latina, Bogotá es también un ejemplo de cómo un sistema de transporte público de alta calidad puede cambiar la movilidad de una ciudad entera.
Aunque el Día Mundial sin Auto es una fecha simbólica, cada uno de los ciudadanos tiene el poder de reducir la contaminación ambiental a través de elecciones diarias más conscientes y sostenibles. Cambiar la forma en que nos movemos no solo beneficia al planeta, sino que también reduce la congestión urbana, mejorando nuestra calidad de vida y la de las generaciones futuras.