Compró alimentos en el mercado central y quedó maravillado con los precios: "Todo queda más barato"
Pese a que el rubro de los alimentos dejó de ser uno de los que más inflación registra en los últimos meses, lo cierto es que la compra de carnes, lácteos y otros productos se llevan gran parte del salario de los argentinos cada mes.
En este contexto, se vuelve crucial la elección sobre dónde se harán las compras y en qué cantidades.
¿Cuánto valen los alimentos en el mercado central?
"¿Vale la pena venir al mercado central?", se pregunta el joven encargado de la cuenta @colo.cocinero en TikTok, y agrega: "Encontré muchas opciones y a muy buenos precios".
En un breve reel, el especialista en recetas y humor gastronómico, explicó: "Esto es lo que me llevé: una bolsa de mix de frutos secos por $5.000 el kilo, una bandeja de champignones a $1.800, ocho botellas de tomate triturado por 8.500 pesos, un bidón de aceite de girasol a $3.500, estas hierbas aromáticas por 600 pesos cada una, papines 1200 pesos el kilo, la sal marina 1.700 pesos cada una".
Y cerró: "La verdad es que por estos precios vale la pena venir. Y si tenés una familia amiga, pueden comprar por cantidad y todo te queda mucho más barato".
El misterio de los lácteos: se desploma el consumo, pero suben los precios
El sector lácteo rompe con todos los esquemas. No cumple la regla de que, ante la caída del consumo, entonces los precios se disciplinan y retroceden. Nada de eso. Las ventas de todos los productos -desde leche fluida hasta yogures y quesos- marcan una caída histórica; pocas veces vista. Y, sin embargo, los precios en las góndolas suben sin parar, bien por encima del promedio.
Pruebas a la vista: en total, el consumo de lácteos derrapó un 17,2% durante el primer cuatrimestre del año, en relación a enero-abril de 2023, de acuerdo a OCLA, el observatorio de la cadena láctea.
Las ventas de leche en sachet bajaron un 14%; nada menos. Se trata de un alimento básico, y el más económico de todos. Es una muestra de la profundidad de la crisis actual, que da cuenta de una baja histórica del consumo masivo.
El consumo de leches "larga vida" retrocedieron 18,3%. En el caso de los quesos, la baja llega al 18,3%.
Llama la atención la caída del consumo de la leche en polvo -del 35% interanual-. Según Luciano Di Tella, productor e industrial, eso se debe a las menores compras del Estado nacional y de las provincias de leche en polvo para distribuir en escuelas y también en comedores populares.