La ciudad libre de impuestos que prometió Nayib Bukele y que no cumplió: cómo es Bitcoin CIty
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Bitcoin City es la ciudad libre de impuestos y minada con cripto que Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, prometió crear pero aún no cumplió. La adopción de la criptomoneda como de curso legal es el concepto fundamental del proyecto.
La construcción de Bitcoin City estaba programada para iniciarse a lo largo del año 2022, pero aún no está en marcha. El plan era que se financie mediante la emisión de unos mil millones de dólares en bonos bitcoin, operación que el gobierno salvadoreño pretende llevar a cabo en el primer semestre de 2024, según indicó.
A pesar de los planes, hay mucha incertidumbre sobre el proyecto de la Bitcoin City, que recibió varios cuestionamientos y aún no empezó a construirse.
Cómo es la Bitcoin City que prometió construir Nayib Bukele
Bitcoin City está proyectada para construirse en El Salvador en Conchagua, dentro del municipio de La Unión. Su plan urbanístico abarca:
- áreas residenciales, comerciales y de servicios
- espacios de entretenimiento
- un puerto y un aeropuerto
El proyecto también apunta a ser amigable con el medio ambiente: el volcán de Conchagua, que se encuentra activo, sería la fuente primaria de energía geotérmica para la ciudad. Esto significa que abrazaría prácticas ecológicas al utilizar una fuente renovable, contribuyendo a la tendencia mundial de reducir la huella de carbono.
Este plan se ajustaría a la promesa de una ciudad casi libre de impuestos, lo que convierte al centro urbano en un lugar ideal para quienes quieren invertir sin la carga fiscal convencional. No se pagarían impuestos sobre la propiedad, la renta ni las ganancias de capital. El modelo tributario de Bitcoin City busca implementar un único impuesto al valor agregado. De esta manera, pretende simplificar el sistema tributario, y así alentar la actividad económica y atraer inversiones internacionales.
La infraestructura digital de Bitcoin City
Asimismo, Nayib Bukele busca que Bitcoin City se posicione como referente internacional con conectividad ultrarrápida a través de redes 5G y sistemas de internet de alta velocidad. Con esta infraestructura digital, la idea es transformar la forma en que las personas interactúan con su entorno, acelerando los pagos electrónicos y las transacciones basadas en criptomonedas.
De esta manera, la infraestructura financiera se integraría completamente con la tecnología blockchain. En esta línea, Bitcoin City aspira a contar con sistemas avanzados de seguridad digital que incluyen desde cámaras de vigilancia inteligentes hasta algoritmos de análisis de datos.
El costo de Bitcoin City y los bonos volcán
La infraestructura pública de Bitcoin City costaría alrededor de 300.000 bitcoins, más de 15.000 millones de euros. La fe ciega del presidente Bukele en la criptomoneda, que compara la creación de su 'Bitcoin City' con las ciudades circulares de Alejandro Magno, ha generado cierto escepticismo entre los salvadoreños. "Si queremos que el bitcoin se extienda por el mundo, deberíamos construir algunas Alejandrías", agregó el presidente.
El Salvador pretendía emitir 1.000 millones de dólares, casi 900 millones de euros, en bonos a 10 años 'tokenizados', con unos intereses del 6,5% y abonados a través de la tecnología Blockchain. Samson Mow, director de la estrategia de Blockstream, proveedor de Blockchain, comunicó que su nombre sería 'bonos volcánicos'.
Quién es el único habitante de la Bitcoin City
El único habitante de Bitcoin City es el estadounidense Corbin Keegan, quien decidió cambiar radicalmente su vida en Chicago e ir a El Salvador. Sin empleo fijo, se embarcó en la aventura cuando escuchó la noticia de que el país centroamericano adoptaría al bitcóin como moneda de curso legal en septiembre de 2021.
Ahora "El Gringo", como es conocido por los lugareños, vive en una casa de pescadores en Playa Blanca, y sigue esperando que la BItcoin City se construya.
Cuál es la postura de Javier Milei respecto a las criptomonedas
Pese a que inicialmente, Milei expresó una opinión escéptica hacia el Bitcoin en una conferencia de 2022, tras declarar que las criptomonedas en general no tenían curso forzoso y, por lo tanto, eran poco fiables, es decir que como muchos Estados carecen de leyes que establezcan a las criptodivisas como medio de pago legal en sus territorios, su uso es cuestionable, esta postura habría cambiado.
Una decisión que marcó un punto de inflexión en septiembre de 2022 cuando El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en aceptar la criptomoneda como medio de intercambio legal.
Si hace un año Milei apuntó a la legislación ambigua o inexistente hacia las criptomonedas como un obstáculo, el ahora presidente argentino busca construir ese marco legal. Una de las señales más recientes se dio en el primer Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), presentado el pasado 21 de diciembre. Una de las medidas permite que los contratos entre las empresas y sus trabajadores puedan pactarse en cualquier moneda designada. La iniciativa es tan osada que incluye el pago en kilos de carne, litros de leche y, por supuesto, criptomonedas.
A la semana siguiente, el pasado 27 de diciembre, la administración Milei envió al Congreso argentino un proyecto de ley que establece el blanqueo de tenencias en Bitcoin y criptomonedas nunca declaradas. Es así que estas divisas podrán ser usadas para cualquier negociación y adquisición de bienes, siempre y cuando sean blanqueadas o regularizadas como cualquier moneda extranjera.
La adopción de la criptomoneda que impulsó Nayib Bukele en El Salvador
En septiembre de 2022, El Salvador, que no contaba con moneda propia y utilizaba el dólar estadounidense, anunció la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal, justamente uno de los cuestionamientos en torno a la Bitcoin City. Por la volatilidad que ha tenido esta criptomoneda, hubo un debate global sobre la viabilidad y la estabilidad de incorporarla como moneda de curso lega, ya que las fluctuaciones en su valor pueden afectar de forma negativa la economía y la confianza de los ciudadanos en la moneda.
Por otra parte, generó polémica el hecho de que la producción de esta criptomoneda a nivel mundial conlleva un alto consumo de energía y emisiones de carbono. Asimismo, la falta de un plan preciso, plazos definidos y regulaciones específicas generó cuestionamientos sobre la viabilidad de la Bitcoin City a largo plazo, y la ciudad libre de impuestos que prometió Bukele se convirtió en una promesa que no cumplió.