El verdadero motivo por el cual cae el consumo de vino a nivel mundial
Si bien no están disponibles aún las estadísticas completas para el año 2023, se estima que la producción de vino a nivel mundial habría caído estrepitosamente ese año.
La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), una autoridad a nivel mundial en la materia, espera informar para el año pasado la peor producción de vino de los últimos 60 años, según anunció en noviembre preliminarmente desde su sede en Dijon.
El jefe del Departamento de Estadística y Transformación Digital, Giorgio Delgrosso, dijo entonces que esto se debería a la combinación de volúmenes de cosecha extremadamente bajos en el hemisferio sur, así como en algunos de los principales países de la Unión Europea.
¿Por qué otros motivos está cayendo la producción y el consumo de vino en todo el mundo? ¿Cómo está impactando en este sector la baja en el consumo que se detecta a nivel global desde hace años?
Por qué cayó la producción de vino en 2023
La producción mundial de vino -excluidos zumos y mostos- en 2023 se estima entre 241,7 MHL y 246,6 MHL, con una estimación intermedia de 244,1 MHL. Esto representa un descenso del 7% respecto al volumen de 2022, ya por debajo de la media.
Según los resultados preliminares de la OIV, que releva los 29 mercados principales de producción de vino y el 94% de la manufactura global, en la Unión Europea, Italia y España registraron un descenso significativo respecto a 2022 debido a unas condiciones climáticas desfavorables que provocaron mildiu y sequías.
Francia, entonces, se convirtió en el mayor productor mundial en 2023, con un volumen ligeramente superior a su media quinquenal.
En tanto, los volúmenes de producción serían bajos también en Australia, Argentina, Chile, Sudáfrica y Brasil. "La única excepción es Nueva Zelanda, el único país con un nivel de producción para 2023 superior a su media quinquenal", destacó la OIV.
Según la OIV, este escenario negativo puede atribuirse a descensos significativos en los principales países productores de vino de ambos hemisferios. Mientras que en el Hemisferio Sur, Australia, Argentina, Chile, Sudáfrica y Brasil registraron variaciones interanuales de entre el -10% y el -30%; en el hemisferio norte, Italia, España y Grecia son los países que más sufrieron las malas condiciones climáticas durante la temporada de cultivo.
En Estados Unidos, por el contrario, la producción de vino no solo sería superior a la de 2022 sino también a la media de los últimos años.
A qué se atribuye la baja producción de vino del año pasado: "Una vez más, las condiciones climáticas extremas, como las heladas tempranas, las lluvias torrenciales y la sequía, han afectado considerablemente a la producción del viñedo mundial. Sin embargo, en un contexto en el que el consumo mundial está disminuyendo y las existencias son elevadas en muchas regiones del mundo, la baja producción prevista podría aportar equilibrio al mercado mundial", dijeron en el informe los expertos.
¿Qué pasó en Argentina con la producción? Según publicó Diario de Cuyo, desde 2021 en el país el 31% del vino que se elabora es blanco y el 66% es tinto. El vino rosado, por el contrario, muestra una trayectoria de crecimiento mucho más estable, oscilando entre el 2" y el 4% de la producción total desde el 2000 hasta se año.
Por qué cae el consumo de vinos
Datos históricos de las estadísticas de la OIV confirman que no solo la producción cae sino también el consumo de vino.
Es un fenómeno a nivel global que se extiende a través de casi todas las categorías, pero sobre todo la de los vinos tintos. Hasta el año 2021, se observa un marcado cambio en la preferencia hacia los vinos blancos y rosados, mientras que la producción de vinos tintos decreció un 25% desde su pico máximo en 2004. El consumo de vinos tintos decreció un 15% en los últimos 15 años.
En 2021, los vinos tintos pasaron a representan el 43% del consumo total, en comparación con el 48% que detentaban a principios del siglo XXI, según el medio especializado Guarda 14.
En tanto que la producción de vinos blancos creció 13% en 2021 en comparación con el nivel más bajo, registrado en 2002. En 2013, la producción de vinos blancos superó a la de los tintos, representando el 49% del consumo total. Este crecimiento se atribuye en gran medida a los vinos espumosos.
Los vinos rosados también han experimentado un crecimiento, pasando de representar un 6-7% hace veinte años a un 8% en la actualidad. Este aumento refleja una tendencia creciente hacia la diversificación en el consumo de vinos y un cambio en las preferencias del consumidor asociados al estilo de vida más saludable, así como la influencia de la globalización y el marketing.
Entonces, al hablar de las causas de la caída de consumo de vinos, debemos referirnos específicamente a los tintos. Lo que ocurre es una diversificación del consumo entre otras cepas y varietales, acompañada de una tendencia de ir hacia un estilo de vida más saludable, que se ajusta mejor al consumo de vinos blancos y rosados.
En Argentina, por el contrario, se daría el fenómeno opuesto. El consumo de vinos en Argentina muestra todavía una mayoritaria participación del tinto, y entre 2020 y 2021 habría descendido en participación el vino blanco.
Los productores de vinos tintos se enfrentan al desafío de adaptarse a estos cambios que proponen los consumidores, ya que en ese caso es tanto la demanda como la producción de vinos la que continúa en descenso. En tanto que para los productores de vinos blancos, espumosos y rosados, el mercado está lleno de oportunidades.