El VPH causa aproximadamente el 80% de los casos de cáncer de cuello de útero
El virus papiloma humano (VPH) es un virus muy frecuente que afecta a hombres y mujeres a lo largo de toda la vida. Se estima que 1 de cada 25-30 cánceres diagnosticados en el mundo se vinculan a este virus, es decir que 1 persona por minuto es diagnosticada con un cáncer vinculado al VPH. Si agregamos a esta cifra las lesiones premalignas o de bajo grado (verrugas genitales y lesiones papilomatosas respiratorias) esta cifra asciende considerablemente.
Es importante mencionar que, si bien el 80% de las personas tendrán, a lo largo de su vida contacto con este virus, se estima que solo el 10% tendrá una infección persistente que llevará con el tiempo al desarrollo de lesiones premalignas y cáncer. Históricamente se vinculó al VPH con el cáncer cervicouterino en la mujer debido a su estrecho vínculo y el gran problema de salud pública que representa con aproximadamente 600.000 nuevos casos cada año. Sin embargo, no es la única patología vinculada a este virus.
Los hombres también pueden adquirir el virus, presentar complicaciones como verrugas genitales y ciertos tipos de cáncer como el de ano, pene y orofaringe (parte posterior de la garganta, lengua y amígdalas). Sumado a esto, el hombre es parte importante de la cadena de transmisión, no presenta síntomas y no existen estudios estandarizados para realizar el diagnóstico precoz (estudios de tamizaje) como es el caso de las mujeres a través de la prueba de VPH y del Papanicolau.
¿Qué es el VPH?
El papiloma virus es una familia de virus muy común en todo el mundo que se transmite a través del contacto estrecho con piel y mucosas. Se conocen más de 100 diferentes tipos de VPH y la infección persistente por al menos 14 de ellos puede causar ciertos tipos de cáncer, cómo el de cuello de útero, el de vulva, el de vagina, el de ano y el orofaríngeo. Otros tipos de VPH son responsables de las verrugas genitales.
El uso adecuado del preservativo no asegura una protección absoluta dado que el virus puede encontrarse en zonas que no quedan cubiertas por el látex y por este motivo no brindar 100% de protección. Los especialistas aconsejan su utilización como una medida preventiva para reducir el riesgo de contraer VPH y otras infecciones de transmisión sexual. De igual manera, es fundamental realizar controles ginecológicos de rutina como el Papanicolau (PAP) que permiten la detección precoz de lesiones que suelen ser asintomáticas y el test de VPH que detecta la presencia del virus en el cuello uterino. Importante aclarar que tener una lesión no es sinónimo de tener cáncer. Si el PAP es anormal es posible que se indiquen otros estudios como la colposcopía y la biopsia.
El test de VPH es una prueba que detecta la presencia de los tipos de Virus Papiloma Humano (VPH) que pueden producir cáncer de cuello de útero. Su toma es similar al PAP y está recomendado realizarlo a partir de los 30 años.
VPH y cáncer de útero
El cáncer de cuello uterino es un problema de salud pública global. Es el cuarto cáncer más común en el mundo y representó el 6,5% de todos los nuevos cánceres diagnosticados en mujeres en el 2020. Según los últimos datos de GLOBOCAN (Datos de Incidencia Global, Mortalidad y Prevalencia del Cáncer) desde 2020, 604.127 mujeres fueron diagnosticadas con cáncer de cuello uterino en todo el mundo y 342.000 mujeres murieron a causa de la enfermedad. La mayor prevalencia y mortalidad se observa en el sur de África, América del Sur y el Sudeste asiático.
En Argentina, se estima que cada año 4.500 mujeres reciben un diagnóstico de cáncer cervical y más de 2.100 fallecen a causa de esta enfermedad. A pesar de que podría prevenirse casi por completo con las tecnologías actualmente disponibles, el cáncer de cuello de útero es el tercer tipo de tumor más diagnosticado en nuestro país.
Los otros cinco tipos de cáncer relacionados con el VPH (vulva, vagina, ano, pene y orofaringe) representan cerca de 80.000 nuevos casos de cáncer globalmente.
Recomendación de la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó la Estrategia Mundial para Acelerar la Eliminación del Cáncer del Cuello Uterino como Problema de Salud Pública, en la que se invita a los países a comprometerse con el cumplimiento de tres metas que deberán alcanzarse para el 2030. Con estos objetivos se estima alcanzar a fines del siglo XXI una incidencia menor de 4 casos cada 100.000 personas al año.
(resolución WHA73.2):
- el 90% de las niñas adecuadamente vacunadas contra el VPH antes de los 15 años;
- el 70% de las mujeres examinadas mediante una prueba de alta precisión antes de los 35 años y de nuevo antes de los 45 años; y
- el 90% de las mujeres diagnosticadas con cáncer de cuello uterino adecuadamente tratadas.
Medidas preventivas
La prevención de la infección por VPH se basa en la educación sexual integral, los estudios ginecológicos periódicos y la vacunación. La vacuna cuadrivalente está incluida en el Calendario Nacional de Vacunación para niños y niñas de 11 años de edad, con un esquema de dos dosis. Es gratuita en todos los hospitales públicos y centros de salud del país. Asimismo, el programa nacional de inmunizaciones contempla la vacuna cuadrivalente para personas que viven con VIH, trasplantados hasta los 26 años, y personas con las siguientes condiciones de inmunocompromiso: Lupus Eritematoso Sistémico (LES), Artritis Idiopática Juvenil (AIJ), Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII).
Dermatomiositis (DM) y otras enfermedades autoinmunes en plan de recibir drogas inmunosupresoras.
Virginia Verdaguer, Directora Asociada de Asuntos Médicos de MSD mencionó que "el impacto temprano de la vacunación en adolescentes vacunadas en la Argentina a 7 años de la introducción de la vacunación contra el VPH al Calendario Nacional de Vacunación ha sido muy positivo, porque ese observó una reducción del 93% de prevalencia de VPH16 y VPH18, principales virus asociados al cáncer cervicouterino, y la reducción de los VPH 31 y 45. Estos datos de Argentina fueron los primeros obtenidos y publicados en un país de Latinoamérica".