Este emprendedor comenzó vendiendo anteojos en el garage de su casa y hoy su marca irrumpe en España
"Desde chico fui emprendedor y siempre busqué mi independencia económica", dice Nicolás Schirmer, CEO de Hardem, una marca de gafas de diseño argentino que se destaca por la calidad y su diseño de vanguardia.
"En el 2005, cuando todavía no existía el concepto de ‘showroom’, comencé mi propio espacio multimarca en el que vendía ropa y todo tipo de accesorios en el garage de mi casa. También tuve una academia de tenis social con un amigo con más de 350 alumnos y ya más avanzado en la carrera de Marketing empecé a brindar asesoramiento a pymes. Pero mi sueño siempre fue tener una marca propia", relata.
"Durante mucho tiempo – sigue -me llamó la atención las formas en las que el público consumía accesorios de lujo. No buscan únicamente satisfacer la necesidad de tener un accesorio, sino que lo ven como un reflejo de su identidad en la moda, un estilo propio y, por qué no, una demostración de su nivel socioeconómico también".
Con los anteojos comenzaba a pasar lo mismo. Nicolás veía que el lente dejaba de ser considerado como un objeto técnico de uso y que comenzaba a ser un accesorio coleccionable, algo que ocupaba un rol clave en la moda de las personas. Sumado a ello, los lentes con onda que se ofrecían en Argentina eran de baja calidad. Eso le permitió encontrar "un nicho muy marcado: un consumidor que busca anteojos de diseño vanguardista que cuiden su vista y que está dispuesto a pagarlo".
Hardem dio sus primeros pasos en 2015 y, a finales de 2016, presentó su primera colección. "Nuestro diferencial se basa en que elaboramos productos de excelencia, ofreciendo un resultado distinto al resto", destaca el fundador.
Emprendedor y pionero
A diferencia de otras marcas, todos los anteojos de sol son polarizados y contienen protección UV400. "Fuimos los pioneros en el uso de cristales de colores para nuestros lentes de sol algo que no solo añade un toque de estilo, sino que también ofrece beneficios funcionales que mejoran tu experiencia visual, especialmente durante los meses de invierno. Te permiten expresar tu individualidad con estilo, resaltando tu ‘fashion identity´", desarrolla.
Yendo a los inicios de la marca, Schirmer recuerda que, en el primer brainstorming, una de las opciones finalistas de posibles nombres para la marca era ENY+ que significaba "Energía Positiva". "Las abreviaturas en las marcas estaban de moda en ese entonces, pero, tras un par de encuestas en mi círculo íntimo, entendí que ese no era el camino para el nicho al que quería apuntar mi marca, no era un nombre aspiracional", narra.
Entonces, sigue, "bajo la premisa de inventar un nombre de marca que no hiciera alusión al producto o rubro específicamente (para evitar la miopía del marketing y no limitarme), comencé a probar diferentes combinaciones de palabras. Y así nació Hardem, de la fusión de "hard" (por la resistencia y calidad del producto) y "design" (por la innovación en formas y estilos), con una connotación única y distintiva que se convierte en una parte de la identidad de la marca".
¿Cómo evolucionó el negocio de este emprendedor?
En aquel momento, el propio Nicolás era quien hacía las entregas de pedidos, contestaba las dudas y consultas de redes sociales 24/7. Pero el negocio creció y comenzó a aparecer la idea de internacionalizar la operación.
Según cuenta, "el principal obstáculo ha sido financiero. El lead-time de producción son mínimo 4 meses ya que es un proceso artesanal en Argentina. La industria está acostumbrada a tener plazo de pago, por lo que los días en la calle son un desafío constante en un contexto inflacionario. Sumado a esto, todos los insumos son importados, volviéndose una variable incontrolable."
Por otro lado, plantea: "Nuestro peor enemigo es la desinformación. Frente al poco conocimiento que hay de la industria, la gente suele comparar por precio y no por calidad, siendo la vista un sentido tan importante. Sin embargo, algo que se destaca constantemente es que, una vez que probás Hardem, la recompra es asegurada".
Nicolás destaca como un gran hito para la marca cuando, con la llegada de la pandemia, lanzaron su propio e-commerce para venta directa al consumidor final, "desafiando la dinámica convencional de la industria óptica que es tan reticente al cambio. Esta decisión fue un punto de inflexión, ya que logramos que dos mundos puedan coexistir sin poner en riesgo el negocio principal... y el tiempo nos terminó dando la razón: aunque el foco siempre sigue siendo las ópticas, las plataformas digitales son herramientas necesarias para mantener y evolucionar el posicionamiento de marca".
Un emprendimiento que arrancó con $317.000
Hardem comenzó con una inversión inicial fue de $347.000 en 2015. Y hoy, su fundador prefiere, en vez de hablar de facturación en un contexto tan inflacionario como el argentino y siendo un año de elecciones, en el crecimiento en unidades: "El más de 40% que tiene Hardem 2023 versus 2022, es el verdadero marcador del negocio hoy", enfatiza.
Hace algunos años la marca recibió propuestas de llevar la marca a otros países con contrato de distribución. Sin embargo, apostaron a la venta directa y poniendo el foco en el mercado español, "pudiendo capitalizar toda nuestra experiencia de mercado y de negocio que tenemos en Argentina", explica Nicolás.
"Gracias a la red de networking que fuimos generando a raíz de todos los viajes a las ferias internacionales de eyewear, hoy apostamos por España, siendo el país de entrada al mercado europeo", dice. "Actualmente el diseño argentino está en auge en países como éste, donde hay mucha exportación de talento creativo y de entretenimiento que revaloriza el origen del diseño de nuestro producto. Por eso, es que esperamos el momento y lugar indicado para el lanzamiento".
El mercado epañol, el mayor desafío para la marca
La expansión de Hardem a España es el mayor desafío al que se enfrentará la marca hasta ahora: "Un mercado donde el público tiene el poder adquisitivo para comprar lo que quiera", expresa su fundador. "Donde verdaderamente el consumidor es amo y señor de su comportamiento de compra, la cual suele ser premeditada y consciente frente al enorme abanico de posibilidades, nos desafía a nosotros a ser todavía mejores. Justamente, aquello que no está del todo explotado en Europa, es lo que nos identifica hoy en Hardem. En un mercado donde todo está creado, los cristales de colores polarizados serán nuestro gran diferencial".
La compañía buscar crecer sostenidamente dentro de España, con consistencia y yendo a paso firme, reflejando su filosofía de trabajo. "Hoy tenemos claridad de que nuestros diseños más arriesgados y detalles son los que nos abrieron camino en la industria, sobre todo, al destacar nuestros cristales polarizados de colores", expresa Schirmer. "Este es el diferencial que nos abrirá camino dentro de España y nos consolidará a futuro dentro del rubro, buscando ser aliados de las ópticas y siendo fieles al servicio posventa que es tan valorado por los clientes".
En Argentina, quieren seguir ampliando la cantidad de cuentas (ópticas) que tienen hoy en día sin perder la exclusividad y el foco, para seguir haciendo crecer el negocio siendo fieles al servicio posventa que es tan valorado por los clientes. "Ampliar nuestra red de vendedores para vender de forma directa a las ópticas a lo largo y ancho del país está dentro de nuestras prioridades para lo que resta del 2023 y 2024".
En el caso de España, agrega, "nuestros esfuerzos están puestos en consolidar un equipo de trabajo que lleve adelante los valores y el espíritu de la marca, fomentado por un frente consistente y unificado".
Luego, los planes son seguir expandiéndose a nuevos destinos, como Italia, Portugal, Alemania, Suecia y Canadá. "El objetivo es que nuestra experiencia en España sirva como portal para aterrizar en nuevos lugares. Nuestro foco está en seguir construyendo, para ser la marca más hablada, valorada y deseada del mercado", sostiene su creador. "Las posibilidades de expansión a otros países están a la vista, es cuestión de seguir creciendo sostenidamente".