¿A qué edad conviene darles el primer celular a los chicos?: el promedio en Argentina y qué deben evaluar los padres
Se acerca el día de las infancias y dentro de las opciones de regalo comienzan a aparecer los celulares en primera plana. La presión social, la necesidad de estar al tanto de las redes sociales, el peligro de la adicción y la seguridad son algunos de los conceptos que se ponen en juego a la hora de tomar una decisión que se vuelve irreversible: dar el primer teléfono celular.
Hace unos años, la jornada escolar trascendía sin dispositivos que se involucraran durante las clases. Tiempo después comenzaron a figurar en los recreos y luego, con el boom de las redes, la digitalización de actividades y la proliferación de dispositivos en manos de los más chicos, se volvió imposible medir o limitar su uso.
Hace poco se viralizó un tuit que mencionaba una nueva medida que iba a tomar un colegio secundario con el objetivo de favorecer la vinculación, el encuentro cara a cara y mejorar la atención durante clases: alumnos sin celulares en las aulas.
A diferencia de lo que suele suceder en Twitter, la cuna del debate, la respuesta unánime fue a favor de la iniciativa y debajo, padres, madres y hasta docentes, comenzaron a contar las diferentes alternativas de cada colegio: solo en recreos, solo para secundaria, prohibido por completo y hasta fundas o cajas para dejarlos guardados durante hora de clase.
El primer celular: cuál es la edad promedio
Los datos de una encuesta realizada en 2020 por Google y UNICEF revelan que Argentina es uno de los países donde se le da a los infantes el celular a una edad muy temprana: 9 años en promedio.
Esto quiere decir que, chicos y chicas que están entre tercer y cuarto grado de primaria ya cuentan con un celular. El informe también detalla que en el 46% de los casos los niños empiezan a pedir el dispositivo a los 7 años o menos.
Antes ante la pregunta sobre cuándo darle un celular a niños y niñas, muchos padres solían responder que al estar en la secundaria o al empezar a tener actividades sociales y manejarse de manera independiente en la calle.
Lo cierto es que después de la pandemia y con las nuevas metodologías de enseñanza que hubo que adoptar por la emergencia sanitaria, en muchos casos derivó en un uso más temprano del dispositivo que, a esta altura, se volvió herramienta para el desarrollo escolar.
En esa línea por por ejemplo, Silvia Rostanzo, docente de 7mo grado de Ciencias Sociales y Prácticas del Lenguaje de un colegio privado del barrio de Caballito, explica: "Los chicos no usan libro de texto, por lo que el uso del dispositivo es importante como una herramienta de información y lo bueno de esto es que se pueden trabajar distintos formatos y fuentes".
El cambio de paradigma en la educación atravesado por lo digital y nuevas tecnologías también pone en relieve el uso del celular como un punto positivo. "En nuestro caso estamos apuntando a lo procedimental más que al mero hecho de incorporar información de memoria, por eso pensamos que es importante que los chicos puedan desarrollar habilidades que les permitan enlazar, elaborar hipótesis, argumentar, a partir de información sacada del celular", concluye.
Qué tener en cuenta para dar el primer celular
Hay ciertas preguntas clave que pueden permitir llegar a la respuesta acerca de si darles o no un dispositivo móvil a los niños:
- ¿Necesitás estar en contacto con tu hijo/hija por motivos de seguridad?
- ¿Cómo manejás el uso de redes sociales? ¿Tiene? ¿Cuánto tiempo las utiliza?
- ¿Qué usos le dará al celular?
- ¿Soy consciente de los riesgos que puede involucrar el celular?
- ¿Qué me implica a mí como padre/madre?
- ¿Qué pasa con el entorno? ¿Mi hijo/hija se está quedando afuera de conversaciones virtuales?
Es muy importante que según la edad se establezcan límites no sólo al tiempo de consumo sino al tipo de contenidos y, además, tomar la tecnología como una herramienta y no como un premio o un regalo, según analiza Common Sense, una organización sin fines de lucro de Estados Unidos que trabaja y comparte información para acompañar la educación por parte de las familias para niños y niñas. En esa línea, psicólogos consultados reflexionan sobre lo pertinente de tener una conversación donde se explique el por qué del celular y sus posibles usos.
En caso de dar el celular es clave determinar qué aplicaciones estarán disponibles en el dispositivo y cuáles serán los límites de uso durante los distintos momentos del día.
Celulares: ¿con qué desafíos se enfrentan los padres?
Los límites parecen una regla impenetrable a la hora de hablar con padres sobre el tema. Sin embargo, el reclamo "todos tienen celular y yo no", parece quebrar esa firmeza en las autoridades. En ese momento, una psicóloga detalla que se deben explicar las razones de por qué sí o por qué no y acompañar con una educación acerca del tema.
Especialistas como psicólogos consultados hablan de un gran punto de partida: la charla con pares. El diálogo con otros padres, madres y colegas para poder entender las diferentes aristas del desafío. "Hay un punto en donde está bueno establecer un punto de comunicación entre los padres y alinearnos y no quedarnos con el "todos tienen y mi hijo se va a quedar afuera, entonces se lo doy", analiza una de las psicólogas.
¿Cómo afecta el uso de pantallas a temprana edad?
El uso del celular tiene puntos positivos y negativos. Al momento de tomar una decisión vale la pena pensar en ambos lados de la moneda, sin dejar de lado que se trata de un entramado complejo el que parecería no tener conclusión.
Si bien no debemos demonizar la tecnología, son sus múltiples posibilidades las que aumentan los riesgos y beneficios. Si pensamos a nivel cognitivo, las reiteradas notificaciones pueden afectar y potenciar la distracción. En el mismo sentido que, por ejemplo, se pueden volver dispositivos que fomentan el aislamiento y terminan por volver más complejos los momentos de encuentro, tanto con familiares, como con pares.
La sobreexposición a dispositivos es un tema esencial para pensar. Una especialista en psicología para niños consultada analiza: "¿Qué límites nos ponemos nosotros como adultos?", ahí donde la vida real confluye y se pone en juego con la virtual, ese tema que nos atraviesa como sociedad, también se traslada a los infantes. En ese sentido, vale preguntarse si es necesario participar o qué otros espacios hay para fomentar ese intercambio con compañeros, a la vez que hay que alertar sobre un gran fenómeno que solo el celular habilita: la exposición ante la mirada del otro. Desde divulgación de imágenes, hasta problemas como grooming o ciberbullying.
Además, con la proliferación de herramientas de inteligencia artificial hay quienes tienen sus puntos de vista encontrados y analizan como peligrosa su incidencia en la autonomía a la hora de llevar adelante determinadas tareas o como gran recurso potenciador de la enseñanza.
No hay una respuesta correcta acerca de la edad, pero el celular llegará y siempre será necesario recordar lo esencial del encuentro, el estar presente y conectado con lo que sucede alrededor sin que apabulle el monstruo de la hiperconectividad con el mundo digital.