En los 100 años de René Favaloro: innovar con el corazón en las personas
Difícilmente nos asombremos frente a las noticias que revelan nuevos avances tecnológicos en el campo de la ciencia médica. Por más futurista y extravagante que pueda parecer, hoy todo nos parece posible. Porque, en algún punto, ya casi lo es.
Poco a poco nos hemos familiarizado con la telemedicina y su impacto en la atención médica. Con el uso de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Con la implementación de terapias innovadoras y el desarrollo de tecnologías de altísima complejidad que nos permiten bucear cada vez más y más profundo en el insondable universo de la salud.
Detrás de todo esto, hay una incalculable inversión de tiempo y talento dedicados a mejorar la calidad de vida del ser humano.
En sintonía con ello, el paradigma de la atención médica ha virado en el último tiempo hacia una nueva visión: la medicina personalizada, enfocada en el paciente y sus características, en el individuo como un ser constituido y atravesado por múltiples factores. Esto abre las puertas a un prometedor abordaje preventivo y curativo de precisión, que busca anticiparse a las enfermedades antes de que se manifiesten o tratarlas de forma más efectiva y menos invasiva.
Prevención: la palabra clave para el futuro y también en el pasado
Porque fue precisamente esa visión preventiva la que impulsó al doctor René Favaloro a realizar su histórico aporte a la cardiología mundial: el bypass coronario. Una técnica quirúrgica que salvó millones de vidas y que fue fruto de su vocación por mejorar la salud de las personas, especialmente de las más vulnerables. Favaloro fue un innovador incansable, un maestro generoso y un ejemplo ético para las generaciones futuras.
Ahora se presenta un panorama para el que debemos estar preparados. En Argentina contamos con una Encuesta Nacional de Factores de Riesgo. En 2018 mostró un incremento en el sobrepeso y obesidad, así como también en el porcentaje de sedentarismo. Estos datos son de gran preocupación ya que la exposición a estos factores de riesgo es la causa, en la mayoría de los casos, de la aparición del infarto agudo de miocardio o el accidente cerebro vascular.
Todo esto explica la enorme relevancia que tendrá en los próximos años la prevención cardiovascular. En palabras del Dr. René Favaloro: "La prevención debería ser el aspecto más trascendente de nuestra especialidad. Estoy seguro de que, en el futuro, se harán menos angioplastias y menos cirugías de revascularización. La prevención, junto con los adelantos de la biología molecular relacionados con la genética, permitirán disminuir la incidencia de las enfermedades cardiovasculares." (De la Conferencia internacional sobre la salud del corazón en los países en desarrollo. Una agenda para la acción para el siglo XXI, Nueva Delhi, India, 1999).
La prevención, entonces, debe ejercerse en tres niveles. El primero, responsabilidad del Estado, encargado de generar y ejecutar políticas de salud. El segundo es responsabilidad de los médicos, ya que en el ámbito asistencial deben identificarse los factores de riesgo y predisposiciones para poder actuar tempranamente. Por último, está la responsabilidad del individuo en ejercer su propio cuidado siguiendo las políticas de salud pública y los consejos del profesional.
El legado Favaloro más vigente cada día
El 12 de julio de 2023 se cumplieron 100 años del nacimiento del Dr. René Favaloro, médico, científico argentino, comprometido socialmente con su Patria.
Si su destreza profesional asombra, más aún lo hace su calidad humana, lo que lo consolidó como una figura entrañable en la memoria colectiva.
Favaloro fue, entre tantas cosas, un acérrimo defensor de la ética médica y de la justicia social, conductas que plasmó en su propio ejercicio de la medicina y que encontraron una expresión concreta en la Fundación que lleva su nombre, una organización sin fines de lucro que se dedica a la investigación, la educación médica y la asistencia en Argentina.
Como en todo camino transitado por un hombre de bien, apasionado, dedicado y comprometido, las huellas son indelebles y el valor de su legado asoma en quienes decidieron continuar por esa senda.
Los tiempos han cambiado, sí. La tecnología corre cada día una carrera contra sí misma. El progreso científico alcanza todo cuanto toca la luz. Pero, en el fondo, sigue latiendo el mismo dilema: la salud es un bien público y un derecho universal, y el progreso -por deslumbrante que sea- sólo es tal si nos alcanza a todos por igual.
Es común escuchar que los argentinos debemos esforzarnos por unirnos en pos de objetivos comunes. La salud es sin duda uno de los objetivos de toda sociedad desarrollada. Entender que un Plan de Salud Integral permitirá aprovechar mejor los recursos y generar el bienestar social, es innovar. Seguramente con los objetivos que persiguió el Dr. Favaloro se podrán alcanzar.