Los cigarrillos tradicionales deberían estar en museos
Philip Morris International tiene un objetivo ambicioso hacia adelante y para el cual está invirtiendo tiempo, recursos, esfuerzo, innovación e investigación: Los cigarrillos ya quedaron en el pasado y el futuro debe ser libre de humo.
Los riesgos de fumar son conocidos por las sociedades. Históricamente se han desplegado cientos de estrategias para evitar que las personas incurran en el hábito o lo abandonen: regulaciones restrictivas, altos impuestos, prohibiciones de comercialización y envases diseñados para desalentar las compras. Estos enfoques no han logrado los resultados buscados: de acuerdo con datos de salud pública, 1000 millones de personas fuman en todo el mundo y es poco probable que esta cifra disminuya.
"Hemos invertido más de $10.5 mil millones para crear mejores alternativas y reemplazar los cigarrillos para aquellos adultos que de otro modo continuarían consumiendo productos de tabaco", sostiene el CEO de PMI, Jacek Olczak.
En este marco, es una señal de alerta la decisión que ha tomado recientemente el Ministerio de Salud de nuestro país, al prohibir la importación, comercialización y distribución de los productos de tabaco calentado. La medida ha frenado una inversión de 300 millones de dólares e implica un duro golpe a una actividad milenaria y típica del NOA y NEA, fuente de trabajo local.
Los objetivos de la compañía
La compañía tiene como objetivo hacer que los productos libres de humo se conviertan en la mayor fuente de sus ingresos para 2025 (hoy constituyen casi el 35%). Los esfuerzos para crear nuevas alternativas ya están obteniendo resultados: más de 18.5 millones de adultos en todo el mundo han dejado de fumar y han optado por productos libres de humo.
Es clave, por ende, que la innovación que la industria está poniendo en marcha no se vea obstaculizada por políticas equivocadas y / o la inacción de los gobiernos.
La industria, los gobiernos y las sociedades tienen la oportunidad de avanzar hacia un futuro donde los cigarrillos sean parte de una antigua página en la historia. No tomar decisiones, desestimar la evidencia basada en la ciencia a favor de los nuevos avances en alternativas libres de humo solo retrasa la posibilidad de que miles de consumidores en todo el mundo cuenten con opciones que superen al cigarrillo tradicional.
"Muchos formuladores de políticas perciben que es más seguro abstenerse del debate antes de ser vistos como de nuestro lado", subrayó Olczak y advirtió: "Ya no se trata de si estas alternativas libres de humo pueden acabar con el tabaquismo, ya lo están haciendo".
Un ejemplo del avance de las nuevas alternativas libres de humo es Japón. Después de cinco años de que se introdujeran allí los productos de tabaco calentado, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de ese país mostró una disminución sin precedentes en el número de adultos fumadores. En contraste, Singapur ha prohibido los productos libres de humo, pero las ventas de cigarrillos han aumentado y las tasas de tabaquismo no han bajado.
En este marco, es una señal de alerta la decisión que ha tomado recientemente el Ministerio de Salud de nuestro país, al prohibir la importación, comercialización y distribución de los productos de tabaco calentado. La medida ha frenado una inversión de 300 millones de dólares e implica un duro golpe a una actividad milenaria y típica del NOA y NEA, fuente de trabajo local.
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