Reveló en qué lugar de Buenos Aires venden el pancho más grande del mundo: se llama "Anaconda"
La salchicha es uno de los embutidos que más se consumen tanto en la Argentina como en otras partes del mundo, y si bien no es uno de los alimentos que se consideran "sanos", los panchos es una de las comidas más populares.
Esto sucede, en parte, por su practicidad para comerlo "de parado" en una esquina, apoyado en una barra en la calle o también ir degustándolo mientras caminamos unas cuadras durante el apuro cotidiano, hasta su versatilidad para combinarlo con diferentes condimientos para realzar su sabor.
Sus versiones son tan infinitas como ocurrencias existan. En nuestro país, el tradicional "pancho" se combina con otro clásico: la mostaza. Sin embargo, la expansión culinaria contemporánea hizo que otras opciones también entren en juego para disputarle a este dúo el privilegiado podio.
Hot dog, perro caliente o pancho, no importa el nombre, la realidad es que una influencer reveló en dónde se puede conseguir el pancho más grande del mundo, y es en Argentina.
Dónde conseguís el pancho más grande del mundo
"¿Sabías que en Argentina existe el pancho más grande del mundo?", preguntan Lean y Yani en su cuenta @apasionadosxviajar, y agregan: "Nosotros nos pedimos un Anaconda. Mide 1,20 metros".
En cuanto a otras propuestas que hay, cuentan: "También podés elegir el Godzilla, de 80 centímetros o el King Kong".
"Para veganos también hay opciones. Lo encontrás en Ituzaingó (Soler 66), a solo 600 pesos. ¿Lo conocías?", concluyen.
Cuál es el orígen del pancho
El origen de esta comida surgió en Estados Unidos, cuando este país comenzó en la reunificación posterior a la Guerra Civil de la década de 1860.
La casa emblemática del hot dog "Nathan's Famous" está en el paseo marítimo de Coney Island, en Nueva York y en su cartel anuncian las salchichas estilo Frankfurt conocidas desde 1916. Sin embargo, a solo dos cuadras de distancia se encuentra un local cuyo cartel dice: "Feltman's de Coney Island: el hot dog original de 1867".
En medio de este boom de principios del siglo XX, la familia Feltman contrató a un inmigrante polaco llamado Nathan Handwerker, cuyo trabajo era cortar los bollos.
Feltman llegó a Estados Unidos en 1856 y como muchos inmigrantes alemanes de la época trajo consigo una afición por las salchichas estilo Frankfurt comunes en su tierra natal.
Fue así como en 1867, Feltman pidió que le adaptaran un brasero a la medida para cocinar salchichas y una caja de metal para calentar el pan en su carrito. Ese verano, cuando gran parte de la nación se estaba recuperando de la Guerra Civil, Feltman vendió casi 4.000 salchichas "Coney Island red hots" montadas en su exclusivo bollo largo.
Con ese bollo, una modificación de la forma en que se servían las salchichas en Alemania (sin pan), lo que hizo que la carne fuera fácil de comer en la calle. Con el éxito llegó la expansión y, para el 1900 el humilde carrito de tartas de Feltman se había convertido en un imperio completo.