Renunció a un importante laboratorio, creó su marca de cosmética natural y fue un éxito
La dura enfermedad de su papá -que, al igual que sus abuelos, falleció de cáncer- y las irregularidades del sector farmacéutico, donde trabajaba en aquel momento, la llevaron a querer crear una alternativa mejor. "Decidí hacer cosmética natural cuando me di cuenta de que en el mercado no había nada que sea natural y que dé realmente resultados. Empecé haciendo los desarrollos en mi casa, probando muy a lo Breaking bad", narra la joven que -con 25 años- ya comenzaba a dar sus primeros pasos como emprendedora.
Laura Ghiglioni era jefa de producción en un importante laboratorio farmacéutico y estudiaba Farmacia. "Ahí adquirí las herramientas justas para cambiar las materias primas industriales por insumos naturales extraídos de nuestra madre tierra y crear cremas naturales", cuenta a iProfesional.
"Iba de 8 a 17 al laboratorio, salía y me iba a la facultad hasta las 22. Cuando llegaba a casa me ponía a hacer cremas", recuerda. "Estuve así unos 6 meses hasta que mi producción no dio más a basto y un laboratorio me atendió el teléfono", relata.
Según cuenta, los Rishis fueron personas que recibieron los conocimientos de la ciencia sobre la medicina originaria y tradicional, ayurveda. Las propias facultades perceptivas de estos sabios les abrió un camino de contacto y comunicación con la naturaleza, extrayendo diferentes aprendizajes, entendiendo que la existencia que se manifiesta se divide en voluntad y conciencia, y que la unión de ambos da lugar a la inteligencia, la cual posteriormente se transforma en el ahamkara.
Ahamkara es una imagen mental creada por nosotros mismos y, desde esa realidad construida, el ego observa, conoce el mundo e interactúa con él. Cuando aquella conciencia de nosotros mismos no está en armonía y produce pensamientos turbios, el cuerpo se enferma. Ahamkara encuentra su punto de unión entre el cuerpo, mente y espíritu del individuo; y al alcanzar el equilibrio de las tres dimensiones, se tiene una existencia completa como ser vivo.
La medicina ayurveda busca un equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu. "Yo con mis productos busco eso, el equilibrio de la piel que es cuando está saludable; basada en materia prima natural, alimento verdadero para la piel formando parte del cuerpo, aromaterapia para el espíritu y los resultados en la mente, donde uno se ve y nota cambios reales", remarca.
Las Rishis se caracteriza también por usar envases reciclables e ingredientes veganos, y garantizar que los productos se fabricaron bajo las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y que cuentan con los análisis y regulaciones necesarios para salir a la calle y venderse.
El emprendimiento surgió con una inversión inicial de $40.000 y si bien el canal online fue el primero y representa 90% de la facturación, la marca también inauguró a fin de año su primer showroom ubicado en el barrio porteño de Recoleta.
Su fuerte es el boca en boca. "Las Rishis es sinónimo de calidad", destaca. "Cuando el cliente nos elige, sabe que está prefiriendo eso. Hacemos productos con tan buena calidad, que los cambios son reales, y eso es lo que nos llevó a donde estamos".
La fortaleza del negocio
Hoy los productos "Las Rishis" llegan a toda la Argentina, pero Laura quiere expandir el canal mayorista. "Si bien tenemos revendedores en todo el país, queremos armar una red completa", dice.
Además, a futuro, analiza la posibilidad de expandirse al resto de Sudamérica. "Vinieron de muchos países ya queriendo llevar la marca afuera, hasta de Corea que es la capital mundial del Skincare. La verdad es que soy de las que dan pasos firmes y sólidos. Todo a su tiempo", concluye.