Cuánta plata cuesta por mes contratar una garita de seguridad para evitar robos
Pagar por seguridad es la respuesta de muchos vecinos para prevenir robos en las casas y demás delitos en los barrios, tanto de CABA como del conurbano. Las garitas ubicadas en las equinas han surgido como una manera de desalentar las entraderas y evitar que los ladrones ingresen en las viviendas, además de brindar una sensación de seguridad en las manzanas donde están instaladas.
Sin embargo, los altos costos vuelven difícil su mantenimiento, y los esfuerzos por pagar un personal apostatado las 24 horas hoy es impensable para muchos. En CABA, a partir del 1ro de enero, el costo de la hora de policía complementaria fijada por el Ministerio Público y de Seguridad de la Ciudad es de 944 pesos. En realidad, se contratan módulos de 4 horas, que ascienden a $3.776 cada uno. Es decir, que si se contrata el servicio las 24 horas los 7 días de la semana en un mes de 31 días hay que desembolsar un total de 702.336 pesos.
Sin embargo, un servicio de seguridad privada cuesta, en promedio, entre un 60% y un 70% más, ya que la hora de vigilancia oscila entre los $1.500 y los $1.600, lo que lleva a un costo total de $1.192.000 por un mes de 31 días si se contrata un servicio 24/7. En el caso de en una cuadra se pongan de acuerdo unos 25 vecinos, el costo por este servicio "full" será de casi $48.000, por lo cual, en muchos casos se deciden a contrarlo solo para turnos de la tarde y la noche.
Además de ser mucho más caro, los vigiladores privados, a diferencia del personal de la policía complementaria, no pueden portar armas ni tienen la facultad de detener a nadie, algo que es visto como una "desventaja" por los vecinos a la hora de contratar el servicio.
Entre quienes pagan una empresa de seguridad privada destacan que cumplen mejor en un rubro clave: la presencialidad. Sucede que en muchos casos el personal de policía complementaria no logra cubrir el turno y la garita queda vacía. En otros casos, se producen "baches" de una o dos horas entre los relevos. Y otras veces, deben abandonar la garita en caso de que surja un problema en los alrededores y se necesiten refuerzos. Estas situaciones no suelen pasar con el personal de una empresa privada.
Pago voluntario de la seguridad y conflictos
Sea la policía complementaria o la seguridad privada, la exorbitante suma a pagar por mes se divide entre los vecinos quienes abonan el servicio, y como el pago es voluntario, la mayoría de las veces genera cortocircuitos entre los que aportan para tener la garita de seguridad y los que no aportan nada pero igual se benefician de ella.
Además, el monto abonado no suele ser igual por familia: hay quienes ponen más dinero que otras y eso también suele ser foco de conflictos. En la mayoría de los casos, no hay un criterio a seguir, como en el caso de una garita que está en Belgrano R, una zona residencial, arbolada y de casas bajas de alto poder adquisitivo donde abundan los puestos de vigilancia en las esquinas. La mayoría están ocupados por personal policial.
"La garita está desde hace 13 años, por lo menos. Me mudé en 2010 y ya estaba. Somos varias familias que aportamos, creo que más de 30. Pero hay entre siete y diez que no ponen ni un peso", cuenta un vecino que se niega a dar su nombre. Y agrega que su aporte para mantener el servicio de seguridad 24/7 es de alrededor de 25.000 pesos.
"Cada uno pone a voluntad, unos ponen más y otros menos. Los que más aportan son los que buscan sostener el servicio o los que están en mejor posición. El tema es cubrir el costo mensual. Yo lo asumo como una expensa de un departamento chico. No es barata, pero tampoco es impagable, aunque este último mes hubo varias quejas porque el aumento que fue importante", sostiene.
"No sirve demasiado"
Alicia, una vecina que vive en la zona hace más de 20 años, asegura que en ese momento el costo de mantener la garita era "razonable". "No era una barbaridad, en ese momento lo podía pagar. Hoy se me hace muy cuesta arriba –reconoce, enojada por los últimos aumentos que fueron de más del 60%-. Es mucho dinero y además yo no creo que sirva demasiado porque hubo situaciones delictivas, algunas complicadas".
Alicia sostiene que las dos o tres veces que necesitó de la policía complementaria en los últimos tiempos no tuvo la respuesta esperada: "Llamé y no contestaron. Cuando paso la mayoría de las veces están adentro viendo el celular o durmiendo en lugar de estar afuera recorriendo las cuadras. Es más: muchas veces ni están", se queja y sostiene que sigue aportando "por solidaridad vecinal" pero no sabe hasta cuándo lo hará.
Garita: ¿un término problemático?
Desde el Ministerio Público y de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires prefieren ni oír la palabra ‘garita’. Es que en la normativa 1347 que regula los servicios de Policía Adicional de la Ciudad no figura ese término. "Nosotros no tenemos garitas, no las proveemos ni las administramos", sostienen en el organismo y agregan que las garitas sean de la policía complementaria o empresas de seguridad privada están fuera de la órbita ministerial.
En realidad, los puestos físicos de vigilancia son adquiridos por quienes piden contratar el servicio para brindar un lugar cómodo al personal de seguridad. Y por supuesto el costo también es asumido por los vecinos. El precio de una garita de PVC varía si es simple o doble (más espaciosa). En promedio, las nuevas van desde los $250.000 las más pequeñas (de 1,2 por 1,2 metros) hasta los $350.000 las más grandes. En otros casos, la garita es provista por la empresa de seguridad privada, con un costo adicional.
A eso hay que sumarle la instalación de un equipo de aire acondicionado frío o calor para hacer frente a los días más extremos del verano o invierno (no es obligatorio, pero sí deseable), la electricidad y un abono de celular para estar comunicados entre vecinos y vigiladores, gastos que no son significativos al ser divididos entre varios aportantes, pero suman.
Aunque desde el Ministerio Público y de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires aseguran que no tienen garitas propias y solo se limitan a asignar personal policial (habría un total de 380 beneficiarios que recurren al servicio entre vecinos, entidades bancarias, etcétera) como dato curioso hay que decir que muchas de las garitas en los barrios porteños están ploteadas con insignias de la policía de la ciudad.