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Sicarios, droga y traiciones: la historia de "Mi Sangre", el narco colombiano que no quería irse de Argentina

Su caso, y su final, fue diferente al al del extravagante jefe de cartel de Medellín, Pablo Escobar: no logró evitar su encierro en una prisión de Florida
12/02/2023 - 09:02hs
Sicarios, droga y traiciones: la historia de "Mi Sangre", el narco colombiano que no quería irse de Argentina

"Mejor una tumba en Colombia que una celda en Estados Unidos". La máxima, atribuida al capo narco Pablo Escobar Gaviria, fue asumida como propia por Henry de Jesús López Londoño, más conocido como "Mi Sangre".

Su caso, y en especial su final, fue diferente al del extravagante jefe de cartel de Medellín: aunque hizo lo imposible para evitar su extradición y quedarse en Argentina no logró evitar su encierro en una prisión del estado de Florida, donde hoy cumple una condena a 30 años de cárcel.

El prontuario de "Mi Sangre" varía según quien lo escriba. Para la Justicia de Estados Unidos, es un poderoso narco que traficó cocaína país a ese durante al menos seis años. Él se defiende diciendo que es un ex paramilitar que luchó contra las guerrillas en Colombia con la ayuda del Estado y que trabajó como "agente encubierto" para la DEA y otras agencias norteamericanas.

El único dato de su biografía delictiva que no admite discusión es que eligió a Argentina como refugio para él y su familia, mientras huía no sólo de la Justicia sino también de sus principales enemigos.

"Vine a Argentina porque era un país con una tradición respetuosa hacia los derechos humanos de los migrantes. No fui capaz de visualizar la fragilidad de sus instituciones frente a las presiones políticas internacionales", se lamentó durante una entrevista, en 2017, cuando ya estaba detenido en Estados Unidos.

Inicios de "Mi Sangre" como sicario y crecimiento en el mundo narco

Nacido en los años ’70 en Medellín, López Londoño integró de joven un grupo de sicarios y matones que prestaban servicio bajo las órdenes de un poderoso capo narco apodado "Don Berna".

"Mi Sangre" eligió a Argentina como refugio para él y su familia, mientras huía de la Justicia y de sus principales enemigos

A fines de los ’90, tras el asesinato de Pablo Escobar y el arresto de los jefes del Cartel de Cali, otros líderes narco se convirtieron en integrantes de las fuerzas paramilitares que combatían contra las guerrillas colombianas.

Según detalla la investigación realizada para el libro "Narcolandia", escrito por los periodistas Virginia Messi y Juan Manuel Bordón, "Mi Sangre" ganó poder dentro de la Oficina de Enviado, una organización criminal que daba apoyo operativo a narcotraficantes, y luego selló un acuerdo con "Los Urabeños", una banda que avanzó hasta convertirse en la más poderosa de Colombia en los inicios de este siglo.

Su situación comenzó a complicarse en 2007, cuando la Justicia de su país comenzó a seguirle los pasos. Según su versión, se trató de una persecución política del entonces presidente colombiano Álvaro Uribe para evitar que revelara supuestas alianzas entre el Gobierno y las fuerzas paramilitares.

"Yo en mi vida conocí a muchos comandantes de autodefensa presentados como narcos. Pero esa gente en todo caso tuvo el narcotráfico como medio y no como fin. Lo necesitaban para financiar la guerra contra las FARC, que a su vez se financiaban gracias al narcotráfico. Era esperable que se financiaran así y no vendiendo empanadas", afirmó López Londoño al negar sus vínculos con la venta de drogas.

También afirmó que hizo tareas de espionaje contra los principales narcos de su país. "Estuve al servicio del Estado colombiano, directamente de la Policía, de manera legal y oficial, sirviendo como informante y haciendo inteligencia en contra de los lugartenientes de Pablo Escobar", afirmó. Esas tareas nunca fueron confirmadas oficialmente.

La llegada de "Mi Sangre" a la Argentina

López Londoño ingresó por primera vez al país en 2007 acompañado por su esposa y su hijo de dos años. Presentaron identidades falsas ante las autoridades migratorias, aunque no tenían pedido de captura. El temor era que sus enemigos supieran dónde estaba.

"Mi Sangre" tenía pedido de captura internacional 

La familia se instaló en un country de Pilar e intentó mantener un perfil bajo. Un año más tarde, "Mi Sangre" decidió iniciar los trámites, con su nombre real, para recibir asilo político por su pasado dentro de las denominadas autodefensas colombianas.

El contexto no lo ayudó. El asesinato de dos colombianos en el estacionamiento del Shopping Unicenter puso en el centro de la escena la presencia en Argentina de hombres vinculados al narcotráfico de ese país.

En 2008, el Gobierno le negó la condición de refugiado a López Londoño, quien decidió regresar a Colombia.

Allí el presidente Uribe lo presentó como un peligroso jefe narco y su nombre pasó a integrar la lista de los prófugos más buscados. Huyó a Venezuela, donde fue secuestrado junto a su familia y liberado tras el pago de cuantioso rescate.

Acorralado, volvió a probar suerte en Argentina. Ingresó nuevamente con un nombre falso y se instaló en una casa de Nordelta, donde tuvo otro hijo. Sus intenciones de mantenerse en el anonimato duraron poco: el 30 de octubre de 2012 fue detenido a la salida de un lujoso restorán de Pilar.

"Mi Sangre" tenía pedido de captura internacional y la Policía Federal había seguido sus pasos gracias a la información aportada por una empleada que, sin saberlo, inició una relación con un agente encubierto. Sabían que estaba en Pilar porque identificaron a su chofer, un joven que había comprado un auto sin registrar ingresos en blanco.

En marzo de 2018, "Mi Sangre" fue condenado a 30 años de cárcel por un tribunal de Florida, Estados Unidos

El impresionante operativo de seguridad para trasladarlo a la cárcel de Ezeiza fue transmitido en vivo por todos los canales. "Hemos capturado al narco criminal más importante del mundo", anunció el por entonces secretario de Seguridad, Sergio Berni.

La lucha de "Mi Sangre" por permanecer en el país

Tras su arresto, López Londoño inició una larga batalla judicial para intentar evitar ser extraditado a Estados Unidos. A diferencia de los jefes de los cárteles colombianos que en los ‘80 y ‘90 lanzaron una sangrienta guerra para obligar al Gobierno de su país a cancelar los convenidos de extradición, "Mi Sangre" recurrió a un camino legal que llegó hasta la Corte Suprema.

Sus abogados lograron suspender tres veces los intentos de traslado motorizados por la Justicia de Estados Unidos.

En 2016, mientras el trámite de extradición seguía frenado en los tribunales de Comodoro Py, agentes del Servicio Penitenciario Federal hallaron dentro de su celda del penal de Ezeiza un teléfono celular. Además, le secuestraron a su abogada un mapa de las inmediaciones del penal, donde figuraba una pista de aterrizaje abandonada. Todo indicaba que planeaba fugarse.

Operativo secreto, traslado a Estados Unidos y condena

Los datos sobre un supuesto plan para escapar de prisión alertaron a las autoridades argentinas y estadounidenses. Dos meses después, la madrugada del 17 de noviembre de 2016, se realizó un operativo sorpresa para trasladar a "Mi Sangre" hasta el aeropuerto de Ezeiza. Fue un despliegue cinematográfico, con participación de la Superintendencia de Drogas Peligrosas, el GEOF, el Escuadrón Aéreo y la PSA. No faltaba nadie.

López Londoño, esposado de pies y manos, con un jean y unas botas de cuero, posó para una foto abordó un avión privado en el que viajó a Estados Unidos, custodiado por la DEA. Fue su última imagen en suelo argentino.

"Mi Sangre" asa sus días en una cárcel de máxima seguridad en una celda individual

En marzo de 2018 fue condenado a 30 años de cárcel por un tribunal de Florida, Estados Unidos. Hoy pasa sus días

Su esposa, Doris Yaneth Valencia González, se quedó en Argentina para dar respuestas a la Justicia, acusada de integrar una organización liderada por su marido para, a través de una red de testaferros, lavar dinero obtenido de manera ilícita.

Entre los bienes decomisados a López Londoño había varios autos de alta gama y un terreno en Nordelta valuado en u$s250.000. Consultado sobre el origen de la plata utilizada para esas compras, "Mi Sangre" aseguró que se trataban de "regalos familiares".

Hoy pasa sus días en una cárcel de máxima seguridad de Estados Unidos, en una celda individual y con un periodo de tiempo diario para hacer ejercicio. Aunque asegura que vive mejor que en la cárcel de Ezeiza, extraña un poco el país que eligió como refugio. "Dios está en todas partes, pero vive en Argentina", aseguró durante su última entrevista, en 2017, con Infobae.