Renunció al Ministerio de Seguridad para ganar en dólares, recorrer el mundo y vivir siempre en verano
"Estuve trabajando desde los 19 hasta los 34 en una oficina en el Ministerio de Seguridad de La Plata, era empleada administrativa", cuenta Florencia Mainet a iProfesional. "Además, estudiaba abogacía, había estudiado idiomas, sobre todo inglés, entrenaba, jugaba al hockey y siempre tuve una mentalidad un poco rebelde. Sentía que daba para algo más", relata. "En realidad, no me cerraba la idea de estudiar, porque eso me ataba a quedarme en Argentina y yo quería viajar", aclara.
"Había estudiado turismo cuando terminé el colegio y no había podido terminar porque mis padres se divorciaron, situación que me hizo tomar decisiones que cambiaron el rumbo de mi vida", indica.
Durante muchos años Florencia tuvo la idea de irse a vivir a Europa, "pero no por la situación del país sino porque había algo que en Argentina no me completaba", dice. "Yo quería explorar, viajar por el mundo. Siempre fui muy inquieta y como se fue poniendo cada vez más difícil viajar y salir del país, no voy a resignar el conocer el mundo por nada", asegura.
En 2018 estaba en pareja y se peleó, lo que hizo que también empiece a pensar otras alternativas. "El 11 de febrero de 2018, el día que cumplía 34 años, conocí a una pareja de amigos que me comentaron acerca de posibilidades de migrar. Ellos eran viajeros y habían ido por el mundo. Me contaron sobre una página donde podía mirar las visas que había para salir al exterior. A partir de eso, de a poco, empecé a cumplir mi sueño de viajar".
De Argentina al mundo
Sumado a sus ganas de recorrer el mundo, Florencia "sentía que en Argentina sobrevivía y no vivía, me tenía que privar de muchas cosas. Era todo el tiempo remar y no quería más eso".
Si bien no tiene un lugar fijo, la mayor parte del tiempo la pasa en Miami, pero el primer destino lo eligió en base a las posibilidades que tenía y fue Francia. "Eran las visas que podía obtener para mayores de 30 años. Entre las opciones estaban Irlanda, Nueva Zelanda y Francia. Obtuve una visa para trabajar durante un año ahí y me pareció el destino perfecto", recuerda.
Primero fue a Londres y de ahí a París. "Fue un sueño, lo recuerdo como si fuera ayer. Allí estuve en hostel, hice amigos que todavía conservo. Empecé la búsqueda laboral y de alojamiento. Conseguí las dos cosas en una semana. Trabajé en el restaurant de Armani Caffé, conocí a Giorgio Armani y viví dos meses en París. Luego me fui a los Alpes franceses a trabajar durante la temporada de invierno", narra.
Pero sabía que existía lo de los yates porque venía averiguando desde 2018. "Era el trabajo perfecto, pero necesitaba practicar el inglés, hacer un poco de experiencia laboral. Así que ahorré y pude hacer el curso que necesitaba", detalla la joven platense. "Luego me fui a Argentina a visitar a mis mascotas y familia. Hice una pausa en la visa y me fui a Palma de Mallorca para hacer el curso para trabajar en yates".
Hoy Florencia es azafata en yates de lujo y tiene la posibilidad de viajar por el mundo, hablar en inglés, ganar en dólares, conocer las mejores playas del mundo y vivir en verano. Todo lo que soñó. "El invierno mucho no me gusta", aclara.
Y si bien los inicios no fueron fáciles, "con el tiempo uno se va acomodando. El estilo de vida en Europa y Estados Unidos es mejor que en Argentina. Lamento las cosas que están sucediendo en mi país, hay un caos absoluto y un desorden en la economía", se lamenta y, según cuenta, trata de ayudar desde su lugar. "La gente que se va al exterior y trabaja en los yates, manda plata a su casa y ayuda a su familia. Eso me hace muy feliz porque es lo que quiero, que se levanten las familias de Argentina".
Los beneficios de vivir en el exterior
Y no siente que haya tenido barreras. "Todas las adversidades las tomo como un empujón. Todo lo que me pasa, tristezas, problemas o como quieras decirle, son impulsos para crecer", dice. "A veces uno se relaja cuando está bien y esas cosas sirven para crecer, para darse cuenta de que tiene que seguir un camino", añade.
¿Beneficios? "Todo es aprendizaje. Conocí muchas personas hermosas, hice amigos por todas partes del mundo. Obviamente que es una tristeza perderse todos los cumpleaños de la familia y no poder viajar cuando uno quiere, pero ya lo voy a lograr cuando me instale en un lugar", sostiene. Y agrega: "Todo lo que quería lo logré y lo estoy logrando, y voy a seguir porque no tengo un límite, quiero seguir creciendo hasta donde pueda. Los beneficios de vivir en el exterior es tener más estabilidad y tranquilidad en todo sentido. En mi departamento vivo con la puerta sin llave, nos vamos y dejamos la puerta así. Esas cosas son impagables".
Sobre lo que significa ser argentinos, Florencia asegura que "tenemos muchas cosas positivas y una es la resiliencia. Estamos muy bien considerados a nivel mundial, distinto a lo que se piensa".
"A nivel laboral lo damos todo", sigue. "Por los motivos que tenemos, porque nos cuesta y porque nos duele irnos de Argentina. Eso que nos duele hace que nos desarrollemos mejor en el exterior y que la rompamos. Todos los argentinos que conozco son grandes trabajadores y tenemos talentos por todos lados. Somos muy solidarios también, nos ayudamos entre todos", cuenta.
La joven sacrificó todo. "Me fui sin nada, vendí todo lo que tenía para irme, dejé todas mis amistades, afectos, mis mascotas", cuenta. ¿Qué implica emigrar? "Implica dejar para ganar, arriesgar, ser fuerte, extrañar, pero poder seguir adelante. Creo que emigrar no es para cualquiera, sobre todo en la situación en que lo hice yo, a los 34 años y sin la experiencia que necesitaba para un trabajo como este. Emigrar es un gran desafío, a veces te puede ir bien y a veces ir mal. No es fácil, pero no es imposible, vale la pena intentarlo".
Como contrapartida, agrega: "Gané todo. Me conocí a mí misma, llegué mucho más lejos de lo que pensaba llegar. Gané todo, pero tuve que dejar mucho de lado, como mis afectos y un país que amo. Tenemos todo en Argentina, pero nos cuesta verlo".
En este sentido, comenta que a través de lo que está haciendo en sus redes quiere contribuir porque muchas personas envían plata en dólares a sus familias para salir adelante. "Si las familias de Argentina salen adelante, salen para adelante todos", sostiene. "Ojalá pueda ayudar a los que más pueda. Esa es la clave del éxito y de la vida, multiplicar ayuda. Si las personas que están arriba ayudaran más a los que están abajo, si los que llegaron dijeran cómo lo hicieron, habría menos personas pobres en el mundo. Esa es la idea, que los que lograron algo puedan compartirlo para que otros puedan llegar", advierte.
De Argentina, esta azafata de yates de lujo extraña la cultura, las vivencias, las juntadas, las cosas que no tenes en otro lado, las cosas que te hacen reír, los momentos con sus amigos y su gente. Pero para nada extraña el malestar, el caos que se vive en la calle, las cosas malas que suceden.
"Ojalá que se termine pronto y todo mejore en Argentina. Sé que es difícil, pero soy una soñadora y espero estar aportando mi granito de arena", dice. Ante la preguntas de si volvería a Argentina, "claro que volvería, pero si las cosas mejoran", concluye.