Es cordobesa y deslumbra con sus creaciones en las mecas mundiales del diseño
Anabella migró a los 12 años con su familia a México, país que considera su segundo hogar, en donde vivió 10 años. Al regresar a Argentina, en 2012, la joven estudió Diseño de Indumentaria y Textil en la Universidad de Palermo y en 2014 se mudó a Copenhague por un año con un intercambio estudiantil. Al regresar, con marca en mano: Maison Nomade, Anabella se fue convirtiendo en una referente dentro del diseño emergente nacional.
Maison Nomade rápidamente tuvo una fuerte impronta en el diseño emergente. "Con mi marca gané certámenes de moda como el Fashion Edition Buenos Aires y PasarelaBA del Gobierno de Buenos Aires y me presenté en Mercedes-Benz Fashion Week México y Buenos Aires Fashion Week, entre otros", detalla a iProfesional.
Luego de la experiencia ganada en Argentina y México, de muchos reconocimientos, decidió embarcarse en una nueva aventura tras haber sido aceptada para un postgrado en la prestigiosa universidad de arte y diseño de Londres: Central Saint Martins.
Al terminar dicho postgrado se mudó a New York, en donde realizó un MFA Fashion Design (Maestría en Bellas Artes en Diseño de Modas) de la que se graduó a mediados del 2020.
"Siempre sentí un llamado a buscar nuevos horizontes de oportunidades académicas, profesionales y de desarrollo personal", expresa la diseñadora. "Habiendo tenido una crianza multicultural, entre México y Argentina, siempre me sentí un poco de todos lados, siendo también que mis ancestros en Argentina vinieron de Alemania e Italia. La noción de explorar nuevos mundos viaja en mi sangre. Cuando tuve la oportunidad de dar el salto, tomé el desafío", agrega.
Los primeros pasos en el exterior
Para la joven, las mudanzas requieren una integración entre lo que uno trae y el nuevo horizonte que se abre. "Uno piensa que se muda al exterior, cuando en realidad, el viaje también es interior", destaca.
En cada nuevo lugar, "lo primero que hago es formar comunidades. Ya soy una experta en llegar a lugares en donde no conozco a nadie y rápidamente tejo lazos colectivos de intercambio, colaboración, y nutrición. La comunidad es para mí una estructura social y afectiva esencial para desarrollarme en la vida", cuenta.
En línea con eso, cuando vivía en Londres, fundó y presidió un colectivo de artistas Latinoamericanos: la "Latinx Creative Society", parte de la Universidad de las Artes de Londres. "En ese espacio, generamos exhibiciones de arte, paneles de debate y eventos de networking e intercambio que, hasta el día de hoy, sigue en funcionamiento", comparte.
Luego, "en mi paso por Nueva York, trabajé en la industria de la moda, exhibí mi obra y participé a la par de colectivos de artistas Latinxs", sigue.
Allí Anabella fue seleccionada como parte del Future Graduates Showcase 2020 del CFDA (Council of Fashion Designers of America) y en de noviembre galardonada con el SUNNY PACC Prize de Artes Escénicas, creación y curaduría con su propuesta "Constructing Identities: culture and, femininity in contemporary Latin America".
Dicho proyecto es el primer hito de la diseñadora cordobesa en la capital de la moda estadounidense y es la culminación de un proceso de diseño y artístico realizado en los últimos 3 años entre Argentina, México y la comunidad Latinoamericana en New York. Fue exhibido en el Consulado Argentino en Nueva York, en la Galería de Arte y Diseño del Fashion Institute of Technology con réplicas en Miami en la galería de arte PEN PROJECTS y en la agencia creativa de moda skep360.
La vida en comunidad
Finalmente, la decisión de mudarse a Miami tuvo que ver con una invitación a colaborar en el lanzamiento de una startup de arte y tecnología, donde continuó haciendo lo que le apasiona: emprender y crear comunidad. "En retrospectiva, he sido una tejedora de comunidades en todos las ciudades en las que viví", manifiesta.
"A través de mi experiencia en este país, creció mi pasión por generar negocios y emprender, facilitando espacios de aprendizaje potenciando oportunidades de conexión a través del arte, la tecnología, el diseño y el desarrollo personal e institucional", continúa.
Y lo desarrolla a través de diferentes actividades laborales: es Coach y realiza su práctica de Coaching como un espacio co-creado con el Coachee en donde las personas pueden darse a luz a sí mismas, sus proyectos y negocios de una manera más eficiente, sustentable, y en resonancia con su potencial.
Es artista y diseñadora multimedia. "A través del arte renazco, exploro, reconfiguro y creo. Se puede ver mi trabajo en studionomade.online", dice. También es profesora en Istituto Marangoni, una universidad de diseño Italiana en Miami, en donde enseña sobre análisis de la moda contemporánea y estudios de la cultura visual.
Sumado a ello es miembro del "Diversity Collective" en el Fashion Institute of Technology donde la invitaron por su compromiso en incrementar la inclusión en espacios de diseño y arte.
Recientemente, terminé el Techstars x JP Morgan Female Founders Catalyst Program en Miami en donde ideó en sociedad con una artista NFT y animadora cordobesa, Victoria Lopez, una startup de arte digital, moda y tecnología generando un puente entre web2 con web3: New North.
Emigrar, un salto a lo desconocido
Para Anabella, "el hecho de emigrar es en sí un acto emprendedor, es un salto a lo desconocido con fe y una constante reformulación de estructuras con una mente modo problemsolving en ámbitos sociales y relacionales, financieros, profesionales. Hay que entender las nuevas reglas de juego y adaptarse a nuevas culturas".
Como positivo, dice, "trabajar en otro país y en otro idioma es una oportunidad de crecimiento impresionante. En lo personal, ha sido un desafío y una invitación constante a transformar mis propios marcos de referencia para expandir mi entendimiento de lo que soy capaz de hacer y construir. El estar lejos de entornos familiares y del apoyo de los vínculos afectivos cercanos es difícil, de igual manera como seres humanos nuestra capacidad de crear vínculos afectivos amorosos es ilimitada, y he aprendido a generar redes colectivas de amor y familiaridad en donde sea que he vivido".
Como artista, agrega que "cada nueva ciudad me ofrece un nuevo marco de referencia para observar el mundo que me rodea, los cambios son enriquecimiento a nuestra cosmovisión. Mi arte refleja ese cruce de fronteras disciplinares, estéticas y de medios de producción".
Al respecto, cuenta que su práctica con características multidisciplinarias entre moda, arte y tecnología ha consistido en investigar narrativas de creación identitaria. "Me encanta pensar que para verte a vos mismo y ampliar el entendimiento de uno y el mundo, tenés que salirte por fuera de esa construcción", sostiene.
"Y hacerlo sin perderse a uno mismo es un desafío y un juego. Es performance, arte, moda, y vitalidad. Somos seres en constante creación", advierte. Como Joseph Beuys decía: "Todo ser humano es un artista, un ser libre, llamado a participar en la transformación y la reorganización de las condiciones, el pensamiento y las estructuras que dan forma e informan nuestras vidas".
La experiencia de Argentina en el mundo del diseño
Según ella misma describe, la experiencia Argentina en el mundo del diseño fue fantástica. "La comunidad de moda en Argentina es muy emprendedora y resiliente. Tuve la suerte de caminar mis primeros años profesionales allí aprendiendo sobre negocios, incubando mi marca en el Centro Metropolitano de Diseño, participando de aceleradoras del Gobierno de Buenos Aires como POTENCIATE, y habiendo tenido el honor de ser seleccionada Diseñadora Emergente del año en 2016 por Harper’s Bazaar Argentina. Mis mentores más queridos están hoy allí y gracias a su apoyo continué mi crecimiento profesional en los países en los que me mudé", destaca. "La tarea que comencé en Argentina es la que sigo continuando hasta el día de hoy".
La joven se crió en un barrio a las afueras de la Ciudad de Córdoba, cerca del río, con mucho campo alrededor. Se levantaba con el canto del gallo de la casa de su tío que vivía a unas cuadras. Vivió rodeada de primos y aventuras en la naturaleza. Esa conexión vital y tan lúdica con su entorno desde muy chica fomentaron en ella cualidades que hasta el día de hoy perduran: la creatividad, la simpleza del amor y la amistad, el ojo de investigadora, el juego, la vitalidad de las travesuras, el valor de la familia, la solidaridad y la cooperación de la vida en comunidad.
"Esas vivencias han sido esenciales para mi desarrollo, me han brindado muchas ventajas y una fuente interna de energía vital", asegura. "A veces, mirando el camino de esta última década, siento emoción y vértigo. De pronto, me doy cuenta de que en 10 años viví en 5 países diferentes. Emigrar para mí implicó adentrarme a un camino que Joseph Campbell lo define como ‘El camino del héroe’. Recibís un llamado a la aventura para adentrarte en un mundo de lo extraordinario y a través de la superación constante de desafíos se adquieren nuevos conocimientos y entendimientos sobre uno y el mundo".
Fue justamente ese marco de referencia el que la ha ayudado a articular las diferentes instancias de sus procesos migratorios y las múltiples llamadas de aventura que ha recibido. "Al irte te jugás por lo desconocido", sigue la diseñadora. "Para irme sacrifiqué mis juicios y prejuicios. Para verdaderamente salir de mi zona de confort, tuve que dejar de concebir el mundo solo por mi propio marco de referencia y abrirme a un nuevo mundo de perspectivas y visiones".
Y ganó, ganó mucho. "Gané un proceso de individuación bellísimo que me adentró a espacios internos en los que cultivé un tipo de amor y compasión que me trajo mucho beneficio y ganancia. Al final del día esta década y este proceso me enseñaron que el paraíso siempre estuvo adentro".