Edenor "limpia" su endeudamiento
Teniendo en cuenta la incertidumbre política, el contexto macroeconómico del país y la falta de señales de parte del Gobierno para ayudar a mejorar los ingresos de las principales distribuidoras de electricidad del país, Edenor tomó la decisión de adoptar medidas que le permitan blindarse del alto grado de incertidumbre respecto a su capacidad financiera para afrontar el pago de parte de su deuda de corto plazo.
Edenor reestructura su deuda para financiar inversiones
A partir de esta determinación, el directorio de la compañía propiedad de los empresarios Daniel Vila y José Luis Manzano definió un plan para diferir el cumplimiento de este tipo de obligaciones. Lo hizo a partir del canje de la serie de Obligaciones Negociables (ON) Clase 9, con la emisión de dos títulos similares que dividirá su vencimiento en dos etapas que deberá cancelar en noviembre del 2024 y en mayo del 2025. La razón de esta determinación se basa en las restricciones del Banco Central de la República Argentina (BCRA), que obliga a financiar el 60% de la deuda corporativa.
La estrategia tiene como objetivo ganar algo de tiempo para normalizar su escenario financiero, comprometido por las políticas oficiales de congelamiento y de subas limitadas de las facturas que vino aplicando el oficialismo durante los últimos años y que se espera que se mantengan más allá del mecanismo de segmentación tarifario que impulsa la Secretaría de Energía y el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE).
Así fue como salió a ofrecer en suscripción ONs Clase 2 denominadas en dólares a tasa fija a licitar con vencimiento a los 26 meses a contar desde la fecha de emisión y liquidación que fue el pasado 22 de septiembre.
La compañía, que brinda servicios a 3,2 millones de usuarios y que representan el 20% de la demanda total de electricidad en el país, completó la cancelación y canje voluntario de esa deuda financiera por u$s98 millones de las ON Clase 9 con un interés del 9,75%, logrando el apoyo del 77,35% de los tenedores de esos títulos.
Es decir, algo más de u$s75,8 millones ofreciendo la cancelación de este monto en dos etapas, una que concluyó el 12 de mayo pasado y la segunda que finalizó el 24 de octubre. Entre ambas etapas se alcanzó el 77% de aceptación de parte de los tenedores de esa deuda para que Edenor estire los plazos de pago por hasta dos años.
En el caso del tramo por especie se emitieron nuevas ON Clase 1 por u$s55,2 millones, con vencimiento en mayo del 2025 y listadas en el panel SVS de BYMA como bono social. También se emitió la Serie 2 por u$s30 millones, hard dollar bajo Ley argentina, operación que fue realizada el 22 de septiembre pasado y que tendrá fecha de pago en noviembre del 2024.
"Gracias al exitoso cierre de este proceso la compañía no presenta ningún vencimiento financiero por los proximos dos años", aseguró Edenor a través de un comunicado.
De hecho, el mes pasado la compañía había anticipado que iba a salir al mercado de capitales en busca de fondos frescos que le permitan seguir cumpliendo con sus inversiones que, durante el primer semestre de este año, alcanzaron los $8.655 millones destinados a incrementar los niveles de calidad de su servicio y a la atención de la demanda de sus actuales y de los nuevos clientes que atiende en Capital Federal y el AMBA, en un área de concesión de 4.637 kilómetros cuadrados, que incluye 21 municipios en los que habitan más de 11 millones de personas.
En este sentido, desde la empresa aseguraron además que la importancia de este canje se ha visto reflejada por Moody´s, afirmando la calificación de la familia Corporativa "Caa3" cambiando la tendencia negativa a estable.
Edenor, en inestabilidad permanente
Pero más allá de esta modificación en su calificación, el canje de deuda asumido por Edenor llega con un marco de complicaciones y con una situación financiera no tan positiva si se tiene en cuenta que entre enero y junio pasados evidenció pérdidas por $9.859 millones, un patrimonio de $90.608 y un resultado operativo negativo de $10.681 millones.
Los datos reflejan una caída del 6% de los ingresos y del 16% del margen bruto en términos reales consecuencia del retraso tarifario y del aumento de los costos operativos.
En tanto, el margen bruto, denominado Valor Agregado de Distribución (VAD), cayó un 16% respecto del mismo período del año anterior en términos reales como consecuencia del atraso tarifario ya que los aumentos otorgados respondieron a incrementos en los precios estacionales de la energía y no en ingresos para la distribuidora.
Es decir, las pérdidas informadas por Edenor durante lo que va del año fueron causadas principalmente por el deterioro del margen bruto y del resultado operativo y por una mayor carga financiera originada por el diferimiento del pago de las obligaciones con el Mercado Eléctrico Mayorista, situación necesaria para continuar operando.
Dicho de otra forma, la compañía está impactada por la falta de actualización de sus ingresos como consecuencia del congelamiento o de incrementos insuficientes de tarifas, por los efectos generados por la pandemia y también por la inestabilidad económica.
Es más, los ejecutivos de la distribuidora saben que, a pesar de haber sostenido las mejoras en sus niveles de calidad de servicio al reducir la duración y frecuencia de los cortes, no logró revertir el capital de trabajo negativo lo que refleja el deterioro que aún presenta su ecuación económico-financiera, principalmente por el incremento constante de los costos operativos.
De todos modos, avisa que continuará sus operaciones como una empresa en marcha "toda vez que esta distribuidora, históricamente ha recibido soluciones de transición, las cuales permitieron recomponer parcialmente la ecuación económico-financiera y garantizar la operación de las redes de distribución".