El email que Steve Jobs se mandó a sí mismo para recordarse quién era un año antes de morir
El cofundador de Apple falleció en octubre de 2011 después de meses de lucha contra un cáncer de páncreas. Sin embargo, a día de hoy Steve Jobs sigue siendo uno de los visionarios más conocidos del sector de la tecnología en todo el mundo.
Gran parte de esta fama, además de su trabajo en la compañía de la manzana, se debe a los discursos icónicos que pronunció en ocasiones señaladas, como el de apertura de curso de la Universidad de Stanford en 2005.
Ahora, se hizo público un correo electrónico que Jobs se envió a sí mismo a través de su iPad en septiembre de 2010, cuando aún era CEO de Apple y un año antes de morir.
En ese momento, su salud era delicada después de haberse sometido a un trasplante de hígado el año anterior. El iPad que utilizó era por aquel entonces un producto nuevo, ya que la tablet de la marca no se lanzó al mercado hasta abril de 2010. Este documento lo ha dado a conocer The Steve Jobs Archive, una iniciativa colaborativa en la que sus participantes buscan reflejar los valores de Jobs y conservar su forma de pensar de cara al futuro.
En el email publicado ahora, el desaparecido ejecutivo reflexiona sobre su dependencia hacia el resto de la humanidad en aspectos muy diferentes tanto de su vida cotidiana como de su trabajo en el sector de la tecnología.
Al final, Jobs expresa su amor y admiración al ser humano, por todas las contribuciones de la humanidad a su vida y a su bienestar personal, mostrando su humildad como inventor.
La carta de Steve Jobs a sí mismo
A continuación se incluye una transcripción literal del texto del email del visionario:
"Cultivo muy poca de la comida que como, y de la poca que cultivo yo no produje ni perfeccioné las semillas.
No tejo ninguna de las prendas que uso.
Hablo un idioma que no inventé ni refiné.
No descubrí las matemáticas que utilizo.
Estoy protegido por libertades y leyes que no concebí ni ayudé a legislar, y yo tampoco me aseguro de su cumplimiento ni de su adjudicación.
Me emociona la música que yo no compuse.
Cuando necesité atención médica, no pude ayudarme a mí mismo a sobrevivir.
Yo no inventé el transistor, el microprocesador, la programación orientada a objetos, ni la mayoría de las tecnologías con las que trabajo.
Amor y admito al ser humano, tanto a los vivos como a los muertos, y soy completamente dependiente de ellos para mi vida y mi bienestar".