En 2020 las coberturas de vacunación registraron un descenso promedio de 10 puntos respecto de 2019
Según el último reporte de la Dirección de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina, durante el año 2020, las cifras de coberturas nacionales de vacunación cayeron en todas las vacunas 10 puntos respecto de 2019. Incluso ya 2019 era el año en el que se habían alcanzado las coberturas más bajas de la última década, antes de la llegada de la pandemia.
Los especialistas de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) expresaron nuevamente su preocupación por esta situación, que -si bien se presentó en todas las edades- afectó fundamentalmente a los niños en edad escolar y a los adolescentes. La afirmación fue realizada en el marco de la "Semana de la Inmunización de las Américas 2022", una iniciativa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a la que adhiere la Organización Mundial de la Salud (OPS) y que establece del 23 al 30 de abril una oportunidad de reflexión para destacar la importancia de la vacunación.
El impacto de la pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2 sobre las coberturas de vacunación en todos los grupos etarios fue muy significativo. "Sin lugar a dudas, la pandemia precipitó la caída en los índices de vacunación. Contribuyeron cuestiones vinculadas al temor de la gente a salir de sus casas, a las dificultades económicas para acceder al centro de salud, escasez de recurso humano, horarios acotados y disminución de las consultas y de los controles de salud que posibiliten la indicación de las vacunas correspondientes. También influyó, entre otros factores, una baja percepción del riesgo de no inmunizarse por parte de la población", afirmó la Dra. Florencia Lución, Presidenta de la Subcomisión de Epidemiología de la SAP.
"En indispensable que la población conozca la importancia que tienen las vacunas en la prevención y erradicación de enfermedades. Constituyen una estrategia fundamental en la prevención de enfermedades de alto impacto en la salud de la población, tales como el sarampión, la poliomielitis, el tétanos, la difteria, coqueluche, la neumonía, la poliomielitis, la meningitis y las diarreas por rotavirus", agregó la Dra. Gabriela Tapponnier, infectóloga pediatra, Secretaría del Comité de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Vacunas: números del reporte del Ministerio de Salud
Según ese mismo reporte del Ministerio de Salud, "si bien las coberturas de vacunación superiores al 95% se consideran óptimas, en el año 2020, ninguna vacuna del calendario nacional ha superado un valor del 80% de cobertura a nivel nacional".
Para la Dra. Andrea Uboldi, infectóloga miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría, "el desafío más importante es sostener un programa de vacunación amplio y mantener coberturas adecuadas en el tiempo para lograr un control efectivo de las enfermedades prevenibles por vacunas. Es necesario trabajar esta situación que debe revertirse dándole alta prioridad, con un fuerte compromiso de parte de todos los actores implicados".
"Se deben realizar los máximos esfuerzos para mejorar y mantener coberturas de vacunación adecuadas y homogéneas en todo el territorio nacional, para evitar la reemergencia de viejas enfermedades eliminadas en la región (poliomielitis, tétanos neonatal, sarampión, rubéola y síndrome de rubéola congénita) y el aumento de casos de las enfermedades controladas como resultado de la vacunación masiva (hepatitis A, enfermedades invasivas por Hib, coqueluche, difteria y tétanos)", destacó por su parte la Dra. Miriam Calvari, Prosecretaria del Comité de Infectología de la SAP.
Los especialistas de la SAP coinciden en que el fin último de la vacunación es la erradicación de una enfermedad y, aunque no todas las enfermedades pueden ser erradicadas solo por vacunas -dado que son múltiples los factores que intervienen- sí se debe considerar que constituyen una de las herramientas principales para el control de las enfermedades inmunoprevenibles.
Estrategias de la Sociedad Argentina de Pediatría para promover la vacunación
- Evitar las oportunidades perdidas de vacunación, promoviendo la capacitación continua para profesionales y vacunadores y educación a las familias acerca de creencias erróneas sobre supuestas contraindicaciones.
- Aconsejar adecuadamente a las familias sobre la importancia de la vacunación a los intervalos recomendados.
- Para aquellas dosis donde los intervalos de tiempo son mayores a lo establecido en el calendario, se debe administrar la dosis faltante. En ningún caso deben reiniciarse esquemas de vacunación.
- Administrar simultáneamente todas las vacunas posibles que correspondan por edad en sitios anatómicos diferentes.
- Sólo las vacunas a virus vivos y atenuados de administración parenteral (varicela, triple viral y fiebre amarilla) requieren respetar un intervalo de 4 semanas cuando éstas no fueron administradas en forma simultánea. Los pacientes que han padecido COVID-19 pueden recibir la vacuna una vez que hayan resuelto el cuadro clínico de COVID-19, con alta clínica y epidemiológica.
- Las vacunas contra COVID-19 pueden administrarse simultáneamente con otras vacunas, el mismo día o en días diferentes sin requerir intervalos entre dosis.