Dueño de Café Martínez alerta: "La educación va a terminar siendo propiedad de empresas"
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Con unos 320 empleados y 2500 que responden a las franquicias ubicadas a lo largo de la Argentina, Marcelo Salas Martínez dice en esta charla con iProfesional que el Estado en Argentina está acostumbrado a trabar y regular, cuando su función debería ser facilitar las cosas para quienes tienen posibilidad de generar empleo. Además, asegura que los controles de precios no sirven para nada.
-¿Estamos viviendo el final de la pandemia? ¿Se siente eso en el sector?
-Creo que si los ciudadanos no la damos por finalizada, no va a terminar nunca. Lo ves en los hechos, en la gente. Hay una necesidad y un deseo de que esto haya terminado. Hoy, con las vacunas, en general se atraviesa mucho mejor que antes, hay más conocimiento de cómo tratar esto y también, aparentemente, estas nuevas cepas son menos agresivas, entonces hay cierto relax en ese sentido.
-¿Cómo está hoy el consumo?
-Hoy estamos a los niveles del 2019, en la gastronomía. Ese no fue un buen año para el sector. Y ahora estamos recién llegando a esa facturación. Hay una necesidad de la gente de salir a consumir. Aún falta un poquito para que sea el nivel de consumo que necesitamos, para estar del todo en pleno funcionamiento, falta recuperación. De todos modos, por supuesto que en líneas generales estamos muchísimo mejor que antes.
Algo que estoy notando y que me pone muy contento y para mí fue muy positivo, es que hoy el empresario se involucra más. Hoy el empresario trata de acercarse a la política para conseguir cosas para el sector, esto tanto en forma independiente como a través de movimientos o cámaras.
Este movimiento del empresario es necesario. Así como nuestros políticos tienen dificultad para comprender cómo funciona la empresa, los empresarios tenemos que aprender cómo funciona la política, tenemos que dialogar. Y sobre todo las pymes nos tenemos que acercar. Estoy convencido de que por ahí va a venir la salida de la Argentina. Si logramos un acuerdo, es decir, si las pymes y el gobierno logran un acuerdo estratégico, el país puede salir muy rápidamente, desde el punto de vista económico, puede haber una reincorporación muy rápida si ese acuerdo se diese. Nos pondría muy contentos que esto pase.

-¿Vos crees, de todos modos, que los empresarios no se involucraron en la mesa donde se toman las decisiones hasta ahora porque no quisieron? ¿No crees que hay puntos de vista ideológicamente opuestos con este Gobierno especialmente?
- Creo que pasasaron las dos cosas. Al empresario, en líneas generales, le cuesta participar. Por eso a veces pasa que en muchas cámaras vos no te encontrás con empresarios, sino con burócratas. Hay otras que funcionan muy bien, y eso es producto del acercamiento del empresario a las cámaras, que es el lugar natural donde el empresario debe actuar políticamente desde ese espacio público privado, ¿no? Creo que eso es muy necesario. Hubo como un nuevo acercamiento del empresario hacia las cámaras y eso hace que fluya mejor, hace que haya una nueva energía y que se consigan realmente los cambios que necesita cada sector.
-¿Vos no crees que en Argentina el empresario pocas veces levanta la voz porque teme represalias?
-Cuando se actúa en forma individual pasa eso. Actuar con las cámaras es justamente la manera que el empresario tiene para protegerse. Entonces, yo creo que la necesidad tan profunda, el haber cerrado empresas durante la cuarentena, fue realmente grave. Es un acto sobre la libertad del empresario, es algo que no nos tiene que volver a pasar y hay que defenderlo muy fuertemente. La crisis generó que frente a eso se responda con rebeldía y valentía.
-¿Entonces según tu mirada los empresarios se hicieron escuchar cuando sintieron que con el cierre total se avasallaban sus libertades individuales?
-Totalmente. Fue un caso extremo y eso hizo que el dialogo fuera forzado, pero creo que es necesario. Yo veo con ojos optimistas todo esto que está pasando, digamos, si querés el lado bueno de la pandemia/cuarentena tuvo que ver con esto, con este trabajo que se está dando.
Como dato positivo, creo que se instaló a raíz de esto la idea de que la salida es la generación de empleo genuino y que el Gobierno de a poco se va preocupando porque haya más empleo y no tanto por los planes.
Estoy viendo un despertar, si querés con una mirada optimista. Están entendiendo que este modelo está acabado: el modelo de los planes para sacar al país adelante no funciona.

-¿Creés que el Gobierno lo está viendo así?
- Creo que están empezando a verlo. Los empresarios somos buenos generando riquezas y empleo, entonces, lo bueno es que si el Estado no puede hacerlo, facilite las cosas para que nosotros lo hagamos.
-¿Y lo facilita?
-Creo que, lamentablemente, en la Argentina, en líneas generales, los gobiernos han creído que su función es trabar, regular. La mirada a los empresarios tiene que cambiar, debería ser "creo en vos, creo que podes hacerlo y te dejo esa parte a vos, hacelo". Generar riqueza, generar empleo para quienes pueden hacerlo y los gobiernos deberían destrabar las cosas en vez de regular tanto. Cada vez estamos peor, entonces es hora de empezar a tener una mirada distinta sobre la economía, confiar en el empresario, darle herramientas, darle créditos, facilitar gestiones, quitar de encima problemas.
-¿Vos ves que el Gobierno va camino a facilitarle el acceso al crédito a las empresas?
- Está empezando a nacer la idea de que eso es lo que hay que hacer. Hay un primer movimiento producto de la necesidad, producto de cierta gestión y cierto trabajo del empresario. Falta un montón aún porque al mismo tiempo estos días el Gobierno está yendo a fiscalizar la gastronomía, pero creo que hay una pequeña lucecita.
Una empresa fundada por inmigrantes
La empresa familiar fue fundada en 1933 por un inmigrante español. Tenía en su momento un local único. Desde 1995, los ñietos de Don Martinez armaron un nuevo formato: franquicias de cafetería gourmet. Hoy tienen aproximadamente 200 tiendas distribuídas en todo el país y lograron instalarse en Paraguay, Uruguay y Bolivia.

-¿Sirve congelar los precios para controlar la inflación?
-Ese camino sabemos que es totalmente equivocado. Los controles de precios nunca funcionaron y no van a funcionar. El querer controlar precios no es el camino adecuado.
-¿Los empresarios son generadores de precios?
-El café es un producto que viene de afuera, nosotros lo pagamos en dólares y cobramos pesos, y generalmente venimos atrasados. En todo ese proceso nunca estamos al día; entonces si me preguntás si somos generadores de precios, y… le ponemos el precio a las cosas que necesitamos para poder conseguir los márgenes necesarios para poder pagar sueldos y poder sostener las empresas en funcionamiento.
Entonces somos generadores de precios en ese sentido, pero no somos los que tomamos las decisiones para que pase lo que pasa con los precios. No sabes lo incómodo que es estar tocando los precios. Es tremendamente molesto, tedioso. Se va generando tanta distorsión que después no hay correlación entre una cosa y la otra, es una locura. No nos sentimos felices en ese mundo.
-¿Todas las franquicias manejan la misma carta y listado de precios?
-Nosotros tenemos varias listas de precios, más o menos unas diez listas, y como nuestra cafetería es muy democrática y está en distintos shoppings, en distintos barrios como Devoto y Moreno, los precios se acomodan de acuerdo a las regiones, mismo en el interior hay mucha variación. Los precios de los alquileres son distintos y lo demás se acomoda en función de eso.
-¿Ayudaron a los franquiciados a no cerrar durante la pandemia?
-Durante toda la pandemia hicimos una fuerte asistencia a los franquiciados, fuertísima.
Primero que nada, cuando empezó todo esto armamos medidas de seguimiento para cuestiones puntuales y para tener un lenguaje común en cuanto a cómo íbamos a pasar la pandemia y la cuarentena. Al principio se trabajó muchísimo en la contención a los franquiciados.

Después trabajamos sobre la normativa en cuanto al protocolo de atención, trabajamos en eso para poder abrir las sucursales. Se suspendió todo lo que es cobranzas de regalías y ese tipo de cosas. En zonas como el microcentro se desarrollaron productos específicos y especiales. Hicimos también convenios con otras marcas, por ejemplo en Café Martínez se vendían otros productos de otras firmas para poder facilitar el arreglo de plataformas como Pedidos Ya, Rappi, etc.
Armamos un grupo con varias marcas, nos juntamos, y armamos un movimiento que actuaba fuerte en la prensa y trataba de instalar temas que tenían que ver con la necesidad de abrir los locales para poder llegar al gobierno y que el gobierno nos escuche. Gracias a eso pudimos abrir.
Empezamos una movida muy interesante y muchos terminamos dentro de las cámaras trabajando con el gobierno. Atacamos el problema de distintos niveles. Acompañamos lo que fue la negociación de alquileres y nos encontramos con todo tipo de propietarios: gente que no entendió y gente que entendió rápidamente lo que fue la cuarentena. Trabajamos con los proveedores, con quienes íbamos acordando para poder salir adelante. Laburamos muchísimo durante la pandemia. Gracias a eso subsistimos, cerramos muy pocas sucursales. Las pymes son héroes nacionales, vos pensá que generamos el 45% del empleo que hay en Argentina.
La salida de la Argentina es la pyme. A la pyme le prestás dinero y a los meses te lo devuelve en apertura de tiendas y en generación de empleo.

-¿Cómo se hace para desarrollar un presupuesto de inversión cuando tenés un contexto como el de la Argentina, siempre tan cambiante y en este caso además, en la post pandemia?
-Bueno, las pymes tenemos mucha cancha en esto, hemos sido tan golpeados, que es una pena que no se nos de tanta bola desde los gobiernos porque aprendimos un montón en el día a día de cómo salir de estas cuestiones. Nosotros lo que hacemos es una planificación a largo plazo. Además nuestra generación está atravesada por la transformación digital y como profesional te vas adaptando a los cambios y esto es un interesantísimo y hermoso desafío que tenemos por delante los empresarios.
Hay que tener mucha agilidad, una visión de largo plazo y en el día a día tener una visión de animarse a cambiar.
-El que no se adapta, no resiste. Te adaptás o te adaptás…
-No resiste. Hay que ser muy ágiles y creo que uno de los grandes desafíos que tenemos las empresas, es sacarle brillo al teletrabajo. Una cosa fue la cuarentena, y al encuarentenarse mucha gente confundió la cuarentena con el teletrabajo. No es lo mismo. El teletrabajo requiere de herramientas, capacitación y formas de trabajo específicas que no son de una cuarentena. Todo eso hay que organizarlo y aprovecharlo al máximo.
Las personas realmente libres son las que pueden responder adecuadamente siempre y los jóvenes hoy se toman ese tiempo de pensar qué es lo que quieren hacer y tienen una mayor claridad de decisión, por eso cambian de trabajo de una manera más rápida. Todo esto hay que gestionarlo dentro de las compañías.
-¿Y en ese contexto, la educación en Argentina que rol juega en la adaptación?
-Yo estoy convencido de que la educación va a terminar siendo propiedad de las empresas.

-Es tremendo eso que decís…
-Sí. Creo que la educación universitaria va a seguir existiendo de todos modos pero además las empresas van a ir analizando a quiénes educar dentro de las compañías. Los cambios van a ser tan veloces que nosotros tendremos que capacitar a nuestra gente y cada vez tendrá que ser mejor y más rápido, con mejores técnicas.
Es tan veloz el cambio, que no te da tiempo a que la gente se te forme afuera. Yo tengo un amigo que tiene una empresa de seguridad y toma gente que termina el secundario y los capacita él, y esto es algo que está sucediendo. La verdad que celebro que la educación pase a manos privadas y a manos de las empresas porque es mucho más dirigida.
-¿Con esto querés decir que el Estado argentino no tiene la capacidad de hacerse cargo de la educación en el país o a la velocidad que la realidad requiere?
-Me parece que esto es un fenómeno mundial. Lo que se ha transformado la educación en este último tiempo es fabuloso. Y en ese aspecto la tele capacitación es increíble. Todo este enorme cambio tenemos que gestionarlo.
La educación en Argentina hoy está ideologizada. Hay un fuerte pensamiento de izquierda en toda la formación integral, tanto en la educación pública como privada y eso ha traído grandes problemas. Cuando hay una visión tan cegada desde un solo punto de vista, no es bueno ni productivo. Por eso de alguna forma celebro también que las empresas formemos parte de la capacitación, porque le damos un pensamiento más pragmático a la educación, con una finalidad mucho más constructiva en algunos casos.
-¿Se necesita una reforma laboral en la Argentina?
-Totalmente. Hay cosas muy simples que se podrían modificar, que traerían grandes beneficios.
Uno de los grandes problemas de la reforma laboral es el tema de las multas. Cuando vos lees cómo está formada la indemnización de una persona, de un trabajador, cuando ves cómo está armado eso, es claramente un plan para clavarle los colmillos al empresario y ver cómo se le saca la mayor cantidad de dinero, no hay una cabeza puesta en defender correctamente al colaborador en pos de la generación de empleo.
-¿Por qué los pibes se quieren ir del país?
-Bueno, hoy los chicos quieren viajar. Creo que cambió el concepto de arraigo, cambió totalmente. Hoy los pibes son totalmente nómades, nómades digitales sobre todo, es decir, trabajan donde quieren ese es un fenómeno que se hace cada vez más fuerte.