La historia de Daniel Ek: quiso erradicar la piratería y hoy es millonario con música de otros
Hoy todo el mundo está hablando de la plataforma Spotify.
El gigante tecnológico de la música en streaming está a punto de firmar un acuerdo de patrocinio con el FC Barcelona. Al mismo tiempo, tiene que cuidar otro frente: le están lloviendo críticas por el polémico podcast antivacunas conducido por el comediante Joe Rogan. Pero no solo los usuarios están yendo contra la plataforma, sino que han sido algunos cantantes de renombre de la industria musical quienes han empezado una guerra con la plataforma.
Cómo comienza esta historia
La historia empieza pcuando Neil Young, debido a que Rogan estaba difundiendo información falsa en relación al Covid-19 a través de su programa, anunció que si Spotify no retiraba el controvertido podcast, el compositor canadiense retiraría todo su repertorio de la plataforma. La empresa rechazó su petición -solo incluyó advertencias en los contenidos- y Young cumplió su palabra. Lo que la compañía no se imaginaba es que Joni Mitchell, Crosby, Stills y Nash se unirían al rockero pidiendo a sus respectivas discográficas que también eliminen sus grabaciones. Así fue como comenzó el boicot a Spotify.
Los motivos del escándalo: ¿qué tiene Joe Rogan que atrae tanto a Daniel Ek?
La polémica del podcast de Joe Rogan ha sido la chispa que ha estallar al sector. Ante la defensiva de Neil Rogan, Spotify decidió no eliminar el programa en cuestión de Rogan. Solo añadió una advertencia en el contenido. La pregunta que todos nos hacemos es, ¿qué tiene Joe Rogan que atrae tanto a Daniel Ek? La respuesta es exclusividad.
Joe Rogan es una persona muy peculiar, tanto puede entrevistar a científicos y escritores rigurosos como fumarse un porro en directo con Elon Musk. Es un tipo próximo, no tiene filtro, se cree con el derecho de decir barbaridades sobre las mujeres, los negros y las vacunas. Lo que en España diríamos un cuñado en toda regla. En el polémico programa, Rogan entrevistó a Robert Malone, un científico que cree que estamos "hipnotizados" por vacunarnos y que ha comparado las restricciones contra la pandemia con el Holocausto.
A parte de ser el podcast más escuchado del mundo, con 11 millones de oyentes, y tener el podcaster más buscado, es exclusivo de Spotify. Esta es la clave. ¿Por qué las plataformas de series y películas de streaming pueden subir sus tarifas? Porque tienen contenido exclusivo, que no se puede ver en ninguna otra plataforma. Netflix produce contenidos que no encontrarás ni en Amazon ni HBO Max ni Disney+. En cambio, todas las plataformas de música de streaming como Spotify, Apple Music, Amazon Music o YouTube Music ofrecen lo mismo, lo que hace casi imposible que puedan sacar más rendimiento a través de la suscripción. Si Spotify en lugar de cobrar 15 euros al mes, subiera el precio a 17, los usuarios se cambiarían a Apple o Amazon Music. Esto ha obligado a Netflix a diferenciarse del resto para, en un futuro, tener más margen para un posible cambio de tarifas. De ahí el interés en mantener la exclusividad que aporta Joe Rogan con su podcast.
Consecuencias financieras
Las primeras consecuencias de la negativa de Spotify de retirar el podcast de Joe Rogan ya se han notado en Wall Street. Las acciones de la compañía registraban el jueves su mayor caída diaria tras el recorte en el precio objetivo estimado por los analistas del banco británico Barclays. Spotify cayó un 16.76%, a 159.76 dólares por unidad en Bolsa, lo que representa su mayor caída desde que comenzó a cotizar en Nueva York el 4 de abril de 2018. Sin embargo, el CEO de la plataforma parece no estar muy preocupado.
En una entrevista a la CNBC, Daniel Ek afirmó que las proyecciones de crecimiento para el primer trimestre no deberían ser un gran problema para los inversores. Sobre la polémica, el multimillonario quitó hierro al asunto asegurando que la compañía ha gestionado "bien" la controversia en torno al podcaster Joe Rogan. "Queremos apoyar la expresión creativa y garantizar la seguridad del usuario al mismo tiempo", dijo. Una respuesta que a muchos profesionales de la industria musical no sorprende viniendo de Daniel Ek, un CEO poco comprometido con el sector de la música pero que se hizo multimillonario gracias a ella. ¿Quién es la cara visible de la empresa de la reproducción de música en streaming más popular del mundo? ¿Quién es Daniel Ek?
La historia de Daniel Ek
Daniel Ek creció en el histórico suburbio de Ragsved, en Estocolmo, Suecia. Su abuela fue cantante de ópera y su abuelo trabajó como pianista de jazz. Sus pasiones siempre han sido la música y la tecnología. En sus ratos libres programaba ordenadores, cantaba y tocaba la guitarra. A los 18 años empezó la carrera de Ingeniería en el KTH Royal Institute of Technology, pero la abandonó al cabo de cuatro días. Lo que en realidad quería era emprender su propio negocio. Primero pasó por la agencia de publicidad online TradeDoubler, donde conoció a Martin Lorentzon. Tras dejar la empresa en la que trabajaba y abandonar la ciudad, Ek reprendió el contacto con Lorentzon para comenzar a desarrollar una idea para acabar con la piratería en el mundo de la música. Aquel proyecto terminó convirtiéndose en Spotify.
Según la BBC, quienes lo conocen lo describen como un "prodigio de la computación", amante de la música, el fútbol y los videojuegos. Hablan de un hombre con carácter pacífico, alguien al que, aparentemente, es muy difícil de alterar.
Ek y Martin Lorenzton fundaron la empresa en 2006 y lanzaron Spotify por primera vez en Europa en 2008. En 2011, llevaron la plataforma a Estados Unidos y fue entonces cuando empezó la auténtica revolución del sector musical. Spotify ha redefinido la manera en la que escuchamos música. Millones de canciones gratuitas y concentradas en una sola plataforma. Actualmente, según Forbes, la plataforma tiene más de 180 millones de usuarios, 87 millones de los cuales son suscriptores de pago. Sus ingresos provienen de la publicidad y de las suscripciones. El CEO de Spotify tiene un patrimonio de 2.9 millones de dólares.
Tiene más detractores que admiradores en la industria de la música
Daniel Ek no es músico ni compositor, una realidad que, según muchos cantantes, no le permite entender el esfuerzo que hay detrás de la letra de una canción. En una entrevista a Music Ally, Ek dijo que grabar un disco una vez cada tres o cuatro años "no es suficiente". El CEO recibió críticas de artistas que renombre que le reprocharon "no entender el sector de la música ni los esfuerzos que implica componer canciones". "No puedes grabar música una vez cada tres o cuatro años y pensar que eso será suficiente. Se trata de tener un compromiso continuo con sus fans. Se trata de trabajar, de contar historias alrededor del álbum y de mantener un diálogo continuo con los fans", afirmó.
Nadine Shah fue muy contundente ante las declaraciones de Ek: "Estoy cansado de tener que besarles el culo a estas empresas que me explotan a mí y a otros creadores de música". Jack Garrat agregó: "Muchas compañías de la industria de la música reivindican la salud mental de sus artistas y luego se ponen a la defensiva cuando intentamos pedir un pago digno por nuestro trabajo". "Sin contenido nuevo, no hay tráfico. Cuantos más artistas, mejor. Cuantas más canciones, mejor. Cuanto más contenido, más ganancias. Pero no podemos ignorar las consecuencias de un mercado saturado de música de mierda", escribió Zola Jesus.
La música "gratuita" tiene un coste, que normalmente suelen asumir los cantantes. O esto es lo que le echan en cara a Daniel Ek, que ha sido duramente criticado por músicos que en más de una ocasión han denunciado la explotación del modelo de negocio que plantea Spotify. Según Vice, la plataforma paga a los artistas aproximadamente 0,0038 euros por cada reproducción. Esto significa que los artistas necesitarían alrededor de casi 300.000 reproducciones cada mes para llegar al salario mínimo. Los artistas denuncian falta de transparencia para saber realmente dónde van a parar los ingresos. En la entrevista a Music Ally, Ek afirmó que la idea de que Spotify no paga lo suficiente para que los artistas vivan es una "falacia narrativa".