Este actor dejó Argentina y fue a probar suerte a Chile: hoy triunfa en televisión, cine y teatro
Nacido en Puerto Deseado, Santa Cruz, vivió con su numerosa familia en Trelew -tiene cinco hermanos-, luego en Madryn y finalmente, promediando los 20 años, decidió irse a vivir solo a Buenos Aires para convertirse en actor. Lo logró, pero su carrera artística dio un giro y hoy es uno de los actores más populares y reconocidos en Chile.
"Estoy convencido de que el destino, en el doble sentido de la palabra, me eligió a mí", dice a iProfesional en su paso por Buenos Aires, donde está protagonizando "Muchacho de Luna", unipersonal creado por Oscar Barney Finn sobre textos de Federico García Lorca.
"Este mes cumplo 14 años en Chile", cuenta el actor egresado del Conservatorio Nacional de Arte Dramático, quien tiene en su haber infinidad de obras, entre las que figuran La excelsa, Madame Mao, Lejana tierra mía, Las de Barranco, La gata sobre el tejado de zinc caliente (Chile), Las heridas del viento (Chile) y La duda (Chile).
Además, junto a otros directores protagonizó: Numancia, El perro del Hortelano, Par’Elisa y Ruta 14, El Diccionario y La final entre otras. En el año 2015 también debutó como director teatral con la obra REW de Carmen Arrieta; estrenó Poder Absoluto realizando dos temporadas en Buenos Aires, dos en Chile y una en New York, y fue reconocido con dos premios ACE latinos por su actuación y producción.
En el 2019 estrenó Muchacho de Luna en Chile y Buenos Aires, la pandemia obligó a suspender la obra, pero hoy ha vuelto para montarla nuevamente esta vez en los jardines del Palacio Noel, al aire libre.
Un actor con una carrera extensa
En televisión, fue parte de Verano del 98, Resistiré, Montecristo, Hombres de honor, y en Chile fue contratado por Canal 13 de Chile donde protagonizó exitosas teleseries como Soltera otra vez I y II, Mamá Mechona y Lola; por Chilevisión para Sin Anestesia, Mujeres de Lujo, Infiltradas y Martin Rodríguez, entre otras.
En Mega participó con las teleseries Casa de Muñecos e Isla Paraíso, en 100 días para enamorarse y Cautivos. Incluso fue parte de El presidente, la serie de Amazon Prime Video.
En cine protagonizó la primera película chilena en 3D, Gritos del Bosque y ha participado en producciones como NO, de Pablo Larrain, nominada a los premios Oscar como mejor película extranjera y ganadora de varios premios en distintos festivales del mundo. Además de La Visita, Que pena tu familia, Mis peores amigos, Sin filtro y Araña, de Andrés Wood, próxima a estrenarse. Sumado a ello, debutó como director en el cortometraje Nadar de Noche.
Por qué decidió irse de Argentina
Sobre los motivos que lo llevaron a irse, Paulo recuerda: "Aquí estábamos haciendo La gata sobre el tejado de zinc caliente con Barney. Nos iba muy bien, teníamos planeado otras obras y tuvimos un encuentro con un actor chileno y nos propuso hacerla allá. La invitación fue conversada con Barney, era una buena oportunidad para conocer otra cultura teatral, salir de Buenos Aires un poco. Si bien creía que la idea sería solo por unos 5 meses, ese tiempo ha extendido por 14 años".
La obra fue un éxito en Chile. En aquel momento al actor lo vieron de algunos canales de televisión chilena y recibió una oferta para trabajar. "Ya llevo 15 teleseries en 14 años, necesito descansar", bromea el patagónico.
Chile: un país que le abrió las puertas
Desde entonces, Paulo no dejó de trabajar, de hacer nuevos amigos, de ir forjando lazos con un país que le abrió las puertas del éxito. "Con uno de mis amigos hoy tenemos una productora y estamos dando los primeros pasos. Nos va muy bien, ampliando fronteras, quizás algunas co-producciones aquí en Argentina". Pero emigrar también implica otras cosas, los sabores amargos que implica la distancia, separarse de tus amigos y familia, por ejemplo. "La soledad muchas veces no es buena compañía", plantea el artista.
Ante la pregunta de cómo es ser artista en otro país, a Paulo le cuesta comparar porque en Chile es muy reconocido y eso no lo vivió en Argentina, pero "la gente es muy respetuosa, trato de devolverles el cariño, a diario. Estoy donde estoy, en gran parte, por ellos, estoy convencido de eso", destaca.
Supo sacar provecho de "ser argentino". "Tuve la suerte, creo, de ser el único, empecé haciendo ese rol ‘el argentino’, hoy ya soy un chileno más, tengo más tonada chilena que argentina. Me abrieron la puerta, me ofrecieron un lugar, lo tomé y estoy muy agradecido. Ahora hay que cuidarlo y respetarlo", sostiene.
Para él el balance es muy positivo. Pero siente que no se fue por completo. "Siempre vuelvo con espectáculos y de la mano del mejor, así considero a Barney. Emigrar para mí no es abandonar, es abrir otras puertas, ocupo ambos lugares y soy feliz de hacerlo, cuando ya no lo sea, cambiaré de rumbo. Estoy feliz, siento que no sacrifiqué nada. Distancia quizás, pero gané la posibilidad de que el trabajo nunca falte. Hoy siento que, además, lo genero para mis colegas. Por eso no creo que haya sacrificado".
Familia, amigos, al público teatral, las pizzas y milanesas, y unas buenas facturas con el mate, figuran en la lista de lo que Paulo más extraña de Argentina. Pero cada tanto viene a Buenos Aires, se sube al escenario, y eso, según él, "es inigualable, la energía que genera el público argentino es única. Es impagable".