Se fue a España y abrió una fábrica y bar de cervezas: "Acá es más fácil emprender"
Hace más de setenta años sus abuelos dejaban España para probar suerte en Argentina. En aquel entonces, uno de ellos – el paterno- dejaba su tierra como muchos tantos otros buscando un porvenir. Su primera escala fue Chile. Luego cruzó la cordillera, vivió un tiempo en Río Gallegos donde tuvo una tornería hasta que finalmente se radicó en Trelew, ciudad que fue testigo de muchos proyectos familiares. Por su parte, el materno llegó a Argentina con 18 años en 1948 y también se instaló en la ciudad chubutense en donde, entre otras cosas, tuvo la representación de una importante marca de lácteos y uno de los primeros supermercados.
Esta vez fue a Matías Cerra al que le tocó dejar su país para emprender en el viejo continente. Con algunos años más, siendo ingeniero, también se vio en la necesidad de encontrar su futuro en otro país.
Según cuenta a iProfesional el joven nacido en Trelew, sus abuelos - y luego el resto de las generaciones de la familia-, siempre se caracterizaron por hacer cosas por su cuenta, "tenemos la cultura de trabajar de manera independiente y no como empleados, tratar siempre de tener nuestro negocio, nuestra pequeña marca, y a donde vamos, lo hacemos con ese espíritu, a veces nos va mejor, otras no tanto, pero lo intentamos".
Con esto en mente, Matías se mudó a Palma de Mallorca en mayo de 2018, con el objetivo de hacer algo, "de emprender" y encontrar un lugar donde se viva un poco mejor. Su sensación en Argentina dice, es que se vive "eternamente esperando que pase la crisis, que cada día, cada año, está todo un poco peor".
Eso, sumado a otras razones, lo llevaron a elegir España. "Yo sabía que ese era mi destino, no solo por el idioma, si no por mi ascendencia", explica. "Un año antes de venir había hecho un viaje para conocer y recorrer. Lo que más me gustó fue Mallorca por el clima y su economía, pero me terminé de decidir porque tenía familiares acá".
Hacer los trámites para la residencia fueron sus primeros pasos. "Al ser nieto de españoles podés tramitar la ciudadanía al cumplir un año viviendo acá. Luego lo normal, vida social y buscar trabajo", narra.
En canto a esto último, Cerra cuenta que le costó conseguir trabajo porque, al ser Ingeniero Civil, para poder trabajar, "se necesita el título y el proceso de homologación es complicado y largo". Según dice, "hay cierta incompatibilidad entre los puestos que me podían ofrecer y mi experiencia y carrera, pero finalmente, después de unos meses conseguí algo muy bueno y relacionado a lo mío".
Eso le permitió al trelewense, ahorrar dinero para emprender, "algo imposible en argentina", remarca. "Acá desarrollar algo propio es más fácil, económico y seguro, no hay barreras".
En Argentina, Matías había intentado emprender en su ámbito de conocimiento, la obra civil, pero como hay poco, trabajó en obras relacionadas a la arquitectura. Además, se lamenta, "hay muchas trabas, desde la corrupción, impuestos o el sindicato que no te deja trabajar. Es muy complejo, te inclinás por lo privado porque incursionar en la obra pública todos sabemos lo que implica, pero es muy difícil. Para empezar, hablamos de sueldos en pesos y obras en dólares por lo que se necesita una financiación que no existe. Por otro lado, la carga impositiva y los problemas con sindicatos y la cultura de los juicios hace todo imposible".
Animarse a lo propio
En 2012 Matías había incursionado en el mundo de las cervecerías con Bruno, un joven también de Trelew. A los tres años compraron sus primeras máquinas y ollas para producir cerveza artesanal, hicieron cursos y empezaron a producir las primeras unidades en el quincho de su amigo. En aquel momento intentaron abrir una fábrica, pero no tuvieron éxito.
Ya instalado en Palma de Mallorca, Matías, junto a otros tres socios – su primo, José Serra, su cuñado, Christian Starkloff y un amigo, Christian Fernandez, que aún sigue en Argentina – abrió Borrego Guacho, un brewpub, la fábrica de cerveza que alguna vez soñaron en donde también funciona un bar de venta al público. La apertura fue en 2021 cuando ya estaba terminando la temporada alta. "Al principio les fue muy bien, ahora está costando un poco más, pero las proyecciones son muy buenas", cuenta. "Tenemos una producción bastante alta por lo que nuestra idea es seguir vendiendo cerveza acá en el bar y empezar a vender a otros bares. En una primera etapa en barriles, pero no descartamos vender growlers y embotellar y vender también en otro tipo de comercios".
No hay dudas de que el camino no ha sido fácil. A Matías, como en aquel momento para para sus abuelos, las ganas de emprender le permitieron cumplir ese anhelo de tener "algo propio".
"Estar solo en otro país no es fácil", expresa. "Se extraña la familia, los amigos". Aunque él está teniendo suerte y muchos de sus familiares también se están mudando al viejo continente. "Ya dos de mis hermanas están acá y un par de primos también".
Sí, extraña la buena gente de su ciudad, pero no así el "día a día, el hecho de quejarme de la inseguridad o de que no anda absolutamente nada. Por esas cosas no volvería a vivir en Argentina".