Es multiemprendedor y creó una bebida para competir con aperitivos y cervezas
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En 2004, con apenas 18 años, Gastón Abramoff, egresado de la escuela técnica ORT y por comenzar la carrera de Sistemas en la UBA, lanzó la primer plataforma 2.0 para conectar a consumidores con las marcas, antes de que las redes sociales y los influencers irrumpieran en el mundo de los negocios.
Años más tarde se mudó a Asunción del Paraguay, donde fundó un bar disruptivo, "The Brooklyn Hotel", al estilo de los bares de los años 20 en los Estados Unidos, cuando reinaba la Ley seca.
Luego volvió al país contratado por una firma cervecera multinacional AB Inbev. "En cierto punto, mi carrera fue al revés que la de la mayoría", dice, y agrega: "Empecé como emprendedor y con más de 30 ingresé al mundo corporativo".
Pero no por mucho tiempo. Al cabo de un año dejó la compañía (dueña de las marcas Quilmes y Brahma), y volvió a emprender en marketing digital. Así desarrolló Waip, una plataforma para que las personas puedan convertirse en "microinfluencers" recomendando productos y servicios y obteniendo descuentos e ingresos por ello.
En 2019, abrió otro bar "en algún lugar de Palermo". Se trata de "El Purgatorio": un bar a puertas cerradas donde se ingresa por lista de suscripción y en lugar de un menú, hay una tarotista que "tira las cartas" para que el destino elija el mejor trago para cada cliente. Sin publicidad ni cartelería a la vista, pero con más de 130 mil seguidores en Instagram, comenzó a ofrecer tragos por delivery en pandemia y hoy tiene "más de 50 mil personas en lista de espera para ingresar", asegura su fundador.
Un nuevo mercado de bebidas
No conforme con estos emprendimientos, Abramoff lanzó este año Savage, una marca de tragos naturales, bajos en alcohol y azúcar, que ya es furor en Estados Unidos y Europa.
"Esta tendencia va a cambiar el consumo de alcohol, muy asociado a la noche y las bebidas más fuertes. Son tragos que se pueden tomar en cualquier momento, porque tienen poca graduación alcohólica y menos azúcar que el vino", explica el emprendedor.
Savage "está hecha a base de alcohol de cereales, es cuatro veces destilado e infusionado por torre de vapor con frutas y verduras naturales", detalla. "Apostamos a un consumo diurno y social, mezclado con tónica, podría competir con los aperitivos, el fernet o las cervezas".
La inversión en este emprendimiento fue de alrededor de u$s100 mil, con fondos propios, de familiares y amigos, cuenta Abramoff. Hoy, la compañía Awesome Beverages produce bebidas en una planta tercerizada en Mendoza. "La idea es lanzar nuevas líneas de bebidas innovadoras, y en algún momento tener planta propia de elaboración y envasado", comenta.
El primer lote fue de 10 mil botellas de 750 ml. Luego se produjeron otras 100 mil y la idea es ir aumentando la producción. Cada botella tiene un precio aproximado al público de $1.600.
Con tres variedades: Limón y Jengibre, Pomelo y Romero, y Pepino y Menta, las bebidas se comercializan actualmente en hipermercados, supermercados, vinotecas y licorerías de la Ciudad de Buenos Aires, Mar del Plata, La Plata, Rosario, Misiones, Córdoba, Mendoza y vía online desde su web.
"La propuesta tuvo una gran aceptación. Hoy el principal escollo para aumentar la producción y las ventas, es la falta de algunos insumos clave como el vidrio, un problema que afecta a la industria de bebidas a nivel global", comenta el emprendedor.
Ante este inconveniente, y para fomentar la economía circular y el reciclado, la marca lanzó una promoción para quienes devuelvan dos botellas puedan llevarse una tercera de regalo.
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"Queremos abastecer primero el mercado interno y afianzarnos en esta nueva tendencia, para luego salir a exportar", destaca el emprendedor serial.