La pobreza en Argentina subió de 35% a 42% por el confinamiento estricto
En marzo de 2020, el Gobierno nacional confinó a la población por la pandemia del coronavirus y de acuerdo con un análisis privado, aumentó así la pobreza en Argentina. Se pararon todas las actividades económicas, con excepción del comercio minorista de alimentos, y hubo más de medio año de encierro.
Chile y Uruguay fueron las cuarentenas más administradas, focalizando el confinamiento estricto sólo en aquellas áreas más afectadas por la pandemia, y trataron mantener la actividad económica en aquellos lugares donde el coronavirus no se presentaba con intensidad.
Según el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), luego de esas medidas, la pobreza en Argentina subió de 35% a 42% de la población por el confinamiento. Es decir, subió 7 puntos porcentuales.
En Chile, la pobreza subió de 9% a 11%, es decir, sólo 2 puntos porcentuales y en Uruguay de 8% a 12%, o sea, 4 puntos porcentuales. La pobreza en Argentina que ya acumulaba un aumento por las políticas económicas de la administración del ex presidente Mauricio Macri, tuvo un empeoramiento en comparación con esos países vecinos.
Las dimensiones de la pobreza en Argentina
Una medición oficial asegura que por la pandemia del coronavirus la pobreza en la Argentina alcanzó a casi el 50% de la población.
El Consejo de Coordinación de Políticas Sociales es el organismo encargado de la medición en formato multidimensional para determinar quiénes sufren carencias no monetarias como vivienda, salud o empleo.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) señaló que un 42% de personas eran pobres al finalizar 2020. El otro indicador de la pobreza en Argentina que realiza el Gobierno nacional registró que, por la pandemia, casi la mitad de la población fue empujada a esa situación de vulnerabilidad económica.
Se trata del índice multidimensional, que mide otros aspectos como vivienda, empleo o salud, y que alcanzó el 49,6% de los habitantes, lo que equivale a unas 22,7 millones de personas.
Quién mide la pobreza
Esa medición de la pobreza en Argentina es realizada por el Consejo de Coordinación de Políticas Sociales, una oficina que depende de Presidencia de la Nación y que fue conducida por Victoria Tolosa Paz, quien dejó ese cargo para ser la primera candidata a diputada nacional del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires.
Según esta metodología oficial, un hogar puede ser considerado pobre de manera multidimensional si tiene carencias en dos de los aspectos anteriores.
Los porcentajes de doble dígito
El índice multidimensional de la pobreza en Argentina, que mide otros aspectos como vivienda, empleo o salud, alcanzó el 49,6% de los habitantes a fines de 2020, lo que equivale a unas 22,7 millones de personas.
Los criterios de consideración para establecer esa medición alternativa de la pobreza en Argentina toman en cuenta la "precariedad de los materiales de la vivienda, hacinamiento, tenencia insegura de la vivienda, condiciones sanitarias deficientes, ubicación de la vivienda en zona vulnerable", respecto al primer ítem incluido.
El indicador estudia el nivel de "inasistencia a un establecimiento educativo en las edades obligatorias, rezago escolar de los asistentes, logro educativo insuficiente" respecto a la educación.
También considera este indicador de la pobreza en Argentina las "dificultades para acceder al empleo remunerado, precariedad laboral de los trabajadores, déficit de cobertura previsional de los adultos mayores y ausencia de doble cobertura de salud (obra social o prepaga)", sobre el empleo y la salud.
La pandemia y la catástrofe económica
El Consejo de Políticas Sociales aclaró que no se trata de una medición de la pobreza en Argentina que reemplace al índice por criterio monetario que elabora el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Se trata de un indicador complementario, que busca establecer otras causas y alcances de la pobreza para que el Estado diseñe respuestas de política pública diferentes a las que solo tienen en cuenta la situación económica.
Tras el primer impacto de la pandemia en la economía argentina, el indicador multidimensional había pegado un salto de casi 20 puntos porcentuales: subió desde el 28,8% que había registrado en el primer semestre de 2019 hasta el 47 por ciento.
El golpe que significó a los ingresos y los empleos de las familias la cuarentena estricta de los primeros meses de crisis sanitaria se tradujeron en un fuerte deterioro de las condiciones sociales.
Ya en los últimos meses del año, con una reapertura progresiva de las actividades y la flexibilización de restricciones de movimiento, la actividad comenzó un camino de recuperación muy paulatina.
Indicador complementario
El indicador de pobreza en Argentina en su análisis multidimensional varió desde el 46,9% de la primera mitad del año hasta el 49,6% con el que cerró el año de la pandemia lo que representa al 39,8% de los hogares.
De esa manera, en un año y medio poco menos de 10 millones de personas pasaron a estar bajo la condición de pobreza multidimensional. El mismo organismo realizó una suerte de metodología "integrada" entre las dos mediciones.
Así, estableció que un 32,6% de la población es, al mismo tiempo, pobre medido de forma monetaria y multidimensional y solo un 41,5% de los habitantes no son pobres de ninguna de las dos maneras de medir la pobreza.
La medición de la pobreza comparada con otros países
Según el Consejo de Políticas Sociales, "en los últimos años distintos países comenzaron a desarrollar diversos procesos de modernización y actualización metodológica, a partir de los cuales lograron complementar el enfoque" de la pobreza "por ingresos con un enfoque de privación multidimensional".
Remarcó que Colombia, Ecuador, Costa Rica, Chile, El Salvador y Brasil toman a los hogares como unidad de análisis, mientras que México toma a las personas. Uruguay presenta dos ejercicios, en uno toma a las personas y en el otro a los hogares.
Otras mediciones
El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires difundió en febrero un indicador multidimensional de la pobreza, pero que solo tiene como alcance el 2019.
Como resultado de ese sondeo, la conclusión fue que hacia finales de ese año el 15,3% de los hogares porteños era pobres multidimensionales mientras que en los hogares con presencia de menores de 18 años lo eran el 25,7 por ciento.
Se considera para este indicador las variables de la alimentación, salud y cuidados, equipamiento del hogar y privación social y educación, y vivienda y servicios, en lugar de hacerlo exclusivamente a través del nivel de ingresos.
En el ámbito privado, el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica (UCA) diseñó una medición de la pobreza en Argentina multidimensional que solo abarca hasta finales de 2019, meses antes del inicio de la pandemia.
A fines de ese año había un 46,7% de la población en esa situación de vulnerabilidad y midió que el 21,4% es pobre en ambos aspectos: multidimensional y monetario.
El último dato monetario de la pobreza en Argentina que publicó el Indec es del segundo semestre de 2020, cuando ese indicador alcanzó el 42 por ciento.
La próxima actualización de este indicador tendrá lugar en septiembre, cuando se agreguen los datos de la primera mitad de 2021.
Los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec indican que la tasa de pobreza entre el cuarto trimestre del 2020 y el primero de 2021 habría sido de 42,4%, es decir levemente superior al 42% con el que cerró el año pasado.
De acuerdo con datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censo, el porcentaje de personas en la pobreza e indigencia en la provincia de Buenos Aires aumentó 9,7% y 3,6 puntos porcentuales respectivamente, entre el segundo semestre de 2019 y el mismo periodo de 2020 (último dato disponible).
La medición de la pobreza en Argentina se realiza a través de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) en 31 aglomerados urbanos del país.
Cuatro de ellos están en el territorio bonaerense, los 24 partidos del Gran Buenos Aires, Gran La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca-Cerri. Otros dos con de la provincia de Buenos Aires y provincias vecinas: San Nicolás-Villa Constitución (Santa Fe) y Carmen de Patagones-Viedma (Río Negro).
La pobreza en Argentina: una evolución histórica
A nivel nacional, en el segundo semestre de 2020 la pobreza en Argentina alcanzó al 42% de las personas, mientras que la indigencia llegó al 10,5%.
Los valores a finales de 2020 son los mayores desde 2006, si se analiza la serie recalculada por el Centro de Estudios Distributivos Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad de La Plata, luego de la intervención del Indec desde 2007 y de que el instituto oficial directamente dejara de publicar datos de pobreza a partir de 2013.
La pobreza en la Argentina se mide de dos formas: la más conocida, que el Indec informa cada 6 meses, es la que se calcula a partir de los ingresos, es decir se estima cuántas personas no pueden comprar los elementos básicos con sus ingresos.
La segunda, que se difunde oficialmente con los censos -es decir, cada 10 años-, se trata de la pobreza multidimensional, que además de las cuestiones monetarias analiza el acceso a la educación, la salud y la vivienda, entre otros.
Si bien la pobreza multidimensional se redujo lentamente en las últimas décadas, desde el regreso de la democracia en 1983 la pobreza medida por ingresos sólo disminuyó después de dos crisis macroeconómicas -es decir, luego de que había crecido- y en el período de excepcionales circunstancias externas durante parte de los 2000.
Así lo informa un estudio del Centro de Estudios Distributivos Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad de La Plata, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En las últimas cuatro décadas hubo diferentes sistemas para medir la pobreza por ingresos. Esto dificulta su comparación con el dato actual, pero sí se puede analizar con los mejores datos disponibles cómo varió esta pobreza en cada presidencia.
¿Cómo evolucionó con Alberto Fernández?
Los primeros datos de la gestión de Alberto Fernández (Frente de Todos) en el Poder Ejecutivo Nacional muestran que en el primer semestre de 2020 la pobreza aumentó hasta el 40,9% y la indigencia subió al 10,5%.
Estos datos, marcados por la pandemia del coronavirus y el aislamiento que decretó el Gobierno desde el 20 de marzo de 2020, son los peores desde el 2006, si se analiza la serie reestimada por el Cedlas.
La magnitud del impacto de la pandemia se observa en la evolución trimestral: el alza de la pobreza en Argentina se dio especialmente por las semanas de cuarentena estricta donde se sintió fuerte la caída en el empleo.
Si bien en la primera mitad del año la pobreza promedió un 40,9%, en el primer trimestre del año fue cercana al 35% y en el segundo, ya con el impacto de la pandemia, aumentó al 47%. Los últimos datos de la segunda mitad de 2020 marcaron que la pobreza subió al 42% y la indigencia se mantuvo en los mismos niveles que el primer semestre (10,5%).
Estos porcentajes representan una fuerte suba versus el segundo semestre de 2019, últimos valores de la administración Macri y previos a la pandemia, cuando estas cifras eran del 35,5% y 8%, respectivamente.