Alfajor Guaymallén: ¿quién está detrás de este clásico argentino?
Lo llaman "caviar" pero está al alcance de todos en los kioscos a precio popular. El alfajor es una de las golosinas insignia de los argentinos y dentro de ese segmento el Guaymallén es la marca más vendida. Su historia comenzó hace más de 70 años con una intuición, creció con la venta ambulante y hoy se posiciona como un producto de exportación que busca crecer y producir varias millones de unidades más por año.
Ulpiano Fernández era corredor de ramos generales hasta que un día, aburrido de su trabajo, decidió renunciar. Dicen que caminando por Constitución, junto a su esposa, vio a un vendedor de alfajores artesanales y tuvo una epifanía emprendedora. Hasta ese momento, los alfajores eran un producto de confitería y estaba poco industrializado.
Fernández se unió a su cuñado, que era confitero, e iniciaron una modesta planta en 1945. ¿Por qué Guaymallén? El fundador de la empresa estaba enamorado de la provincia de Mendoza y solía visitarla, así que, en cierta manera, fue un homenaje a su fanatismo por la tierra del buen vino.
El negocio escaló y en 1972 inauguraron su planta en Mataderos, que aún hoy continúa como su principal usina de producción. Ahí elaboran cerca de 2 millones de unidades por día y trabajan más de 200 personas. Pero recién en los 80 ganó popularidad cuando se convirtió en un producto fetiche de los vendedores ambulantes.
Así fue como el Guaymallén se convirtió en el alfajor más consumido del país, según datos de Infokioscos, superando al Jorgito y Fantoche, otros dos históricos del segmento. La firma basó su estrategia, justamente, en su precio económico. "Mucho volumen, poca rentabilidad" se convirtió en la regla principal de la empresa.
Tras el alejamiento de Ulpiano Fernández, el mando del día a día lo tomó su hija, Cristina, junto a su marido Néstor Hugo Basilotta, quien se transformó en la cara visible de Guaymallén.
Así creció la marca
Basilotta se destacó por su histrionismo en las redes sociales (acumula 91.300 seguidores en Twitter y casi 34.000 en Instagram), donde sube videos con tono humorístico sobre la marca. Ahí se dio lugar a chicanear a Donald Trump, por entonces presidente de los Estados Unidos, y hasta bromeó sobre el dólar blue y el green haciendo una referencia al color de las etiquetas de sus alfajores.
El vínculo de la marca con el deporte atravesó décadas. En los 50 instaló un puesto de venta en la cancha de Racing, que iba rumbo al tricampeonato, y también formó parte de la camiseta de All Boys. Sin embargo, su aparición más recordada debe ser la de 2014 cuando Marcos "Chino" Maidana comió un Guaymallén ante 30 millones de espectadores después de haber peleado 12 rounds con Floyd Mayweather. Volviendo a la redonda, el año pasado Basilotta aseguró que tenía la intención de presentarse como candidato a presidente de Vélez, el club de sus amores.
Pasaron los años y la empresa no dejó de crecer. En febrero de 2021 realizó su primera exportación a los Estados Unidos y unos meses después anunció que se encontraba ultimando detalles para llegar a Italia. Cristina Fernández y Néstor Hugo Basilotta siguen al frente, aunque ahora acompañados de sus cuatro hijos: Florencia, Hugo (h), Julieta y Lorena.
No obstante, el gran proyecto para 2021 es inaugurar su nueva fábrica en Carlos Spegazzini con una inversión de u$s3 millones. Esta planta de 5000 metros cuadrados les permitirá elaborar 1 millón de alfajores más por día e incorporar 100 trabajadores.
Las golosinas más elegidas
Desde hace más de tres décadas, del 1° al 7 de julio se celebra en Argentina la Semana de la Dulzura, una iniciativa promovida por Asociación de Distribuidores de Galletitas, Golosinas y Afines (ADGYA) para impulsar la venta de golosinas.
Sin embargo, se espera que la tradición de regalar golosinas en la primera semana de julio no solo se mantenga sino que se extienda al llamado "Mes de la Dulzura", durante el cual habrá juegos y sorteos en las redes sociales: @semanadeladulzura en Instagram, Semanadeladulzuraok en Facebook y @SemanaDulce en Twitter.
En la actualidad los alfajores y los chocolates y chocolatines representan casi el 45 % de las ventas de este rubro que comercializa alrededor de 3 kilos de productos per cápita al año.
Cada época tiene sus golosinas favoritas, algunas se ponen de moda y desaparecen o las que llegan para quedarse, hitos kiosqueros marcados a fuego en la memoria emotiva de generaciones enteras.
Opciones hay para todos los gustos: nuevas o clásicas como la Rhodesia o los "polémicos" caramelos Media hora, con envase minimalista o con el anzuelo de la "sorpresita" para los más chicos, glotonas como la venerada Vauquita o "livianas" como las barritas de cereal con frutas.
Más allá de los packagings, las marcas y las estrategias de marketing y publicidad, hay algunos tipos de golosinas que los argentinos preferimos sobre otras. Nuestras elecciones configuran el ranking de antojos kiosqueros tal como lo refleja un informe de Consultores de Investigaciones Económicas Sectoriales (IES).
Cuáles son las golosinas más vendidas en Argentina
Los alfajores se llevan el primer puesto. Dos tapitas de masa, dulce de leche y un baño de chocolate: una fórmula sencilla reversionada en decenas de sabores y formatos. ¿La razón de tan diversificada oferta? Más de 1 de cada cuatro ventas de una golosina es de este producto. Según datos proporcionados por ADGYA, (Asociación de Distribuidores de Golosinas, Galletitas y Afines) se comercializan 6 millones de alfajores por día.
Otro dato: los más populares son los más accesibles. Así lo confirma un ranking del portal infokioscos.com.ar: el Guaymallén blanco es el más vendido. En el podio lo secundan el Jorgito de chocolate y el Fantoche triple de chocolate. A pesar de que se vende en kioscos, el Cachafaz, siempre presente en los listados por criterio de calidad junto al tradicional Havanna, no figura en el top ten de los más populares.
Chocolates y chocolatines figuran segundos entre las golosinas más vendidas. En este caso la oferta también es variada. Se comercializan desde los "vintage" nacionales como el Biznikke -esa galletita de cobertura nevada que está a punto de cumplir 60 años- hasta los productos de marcas que son hits globales como Cadbury o Milka.
Por su parte los chocolatines, esas delgadas tabletitas de entre 8 y 25 gramos que producen marcas como Arcor o Georgalos tienen un gran componente nostálgico para muchos adultos porque están invariablemente asociadas a la infancia. Un sobreviviente de culto para muchos mayores de 35 es el Jack de Felfort, pionero en el concepto del chocolatín con sorpresa.
Los caramelos figuran en el tercer puesto de las golosinas más vendidas.
El podio lo completan los caramelos y confites. En este rubro, imposible no mencionar a los Palitos de la selva. El masticable bifaz (frutilla y vainilla) con envoltorio de animales es un clásico desde la década del 50. Otro ícono: los coloridos Sugus que si bien no son una creación nacional, desembarcaron en nuestro mercado después de la Segunda Guerra Mundial. Con los años se alteró su packaging (por ejemplo, el tradicional doble envoltorio -el de color y el papelito semitransparente interior- ya no existe), se sumaron sabores y formatos pero sigue siendo un hit. La versión confitada también forma parte de esta categoría.
Más abajo en el top nine figuran las pastillas como las emblemáticas DRF, bautizadas en 1914 con las iniciales de su creador Don Darío Rodríguez de la Fuente, las obleas cubiertas en chocolate y productos similares como el histórico tándem de Tita y Rhodesia, los turrones y los chicles.
El ranking de las 9 golosinas más vendidas en Argentina
- Alfajores
- Chocolate y chocolatines
- Caramelos o confites
- Otras golosinas y confituras (pastillas en paquete y chupetines)
- Otros preparados y chocolates (obleas cubiertas con chocolate o con confituras y surtidos de chocolates y otros dulces)
- Turrones
- Chicles
- Barras de cereales
- Bombones y bocaditos de chocolate