Un desequilibrio cada vez mayor: la atmósfera retiene el calor dos veces más rápido que hace 15 años
Se sabe que el Planeta se calienta un escalón más cada año. De hecho, en 2020 llegó a batir los récords de temperatura más altos jamás registrados. Claro que la responsabilidad de este problema la tiene el ser humano, debido a los años de maltrato y contaminación al ambiente. La principal consecuencia de este problema es la emergencia climática, que se presenta como uno de los desafíos más urgentes de este siglo. Pero no es el único problema: recientemente, un grupo de científicos descubrió que la Tierra retiene más del doble de calor al año que hace 15 años.
Un equipo de la NASA y la NOAA descubrió que el calificado como desequilibrio energético de la Tierra se duplicó entre 2005 y 2019. Este concepto aborda la diferencia entre la cantidad de energía absorbida por la Tierra y la cantidad de energía emitida por ella. Al aumentar, el sistema terrestre gana en energía y por lo tanto, se calienta.
Tal como explican desde Universe Today, se emplearon dos tipos de fuentes para la medición de este desequilibrio: por un lado datos de la NASA Space Place y el sistema de energía radiante de la Tierra (CERES), especializado en cuánta energía entra y sale de la Tierra, y un sistema administrado por la NOAA llamado Argo.
La radiación solar es la responsable de la mayor parte de energía que llega al espacio terrestre y es absorbida por su sistema. La que sale es más variada e incluye la parte de la radiación solar que rebota en las nubes blancas.
Además, según dato de Argo, los mares son los responsables máximos de absorber la energía: hasta el 90% va a parar a los océanos. Es por eso que el desequilibrio energético está intrínsecamente asociado a anomalías térmicas en los mares. A su vez, las aguas más cálidas están más acidificadas.
Ambas plataformas llegaron a la misma conclusión: la cantidad anual de energía almacenada ha aumentado drásticamente en el pasado reciente. Así, la Tierra está absorbiendo mucha más energía de la que emite, un fenómeno con muchas implicaciones para el futuro climático.
Los investigadores señalan que hay dos causas principales del creciente desequilibrio energético.
La primera es la reducción del hielo marino y las nubes, cuyas superficies blancas aumentan el albedo del planeta y, por lo tanto, la cantidad de energía que se refleja de regreso al espacio. Una parte de la reducción en la cobertura de nubes tiene su origen en la Oscilación Decadal del Pacífico, en concreto su fase cálida.
El segundo motivo se debe al aumento de las emisiones de efecto invernadero: los propios gases arrojados a la atmósfera hacen que sea más difícil que el calor escape de la Tierra. Esta primavera los niveles de dióxido de carbono llegaron a su punto álgido en 4 millones de años, incluso a pesar de la pandemia de coronavirus. El ser humano incorpora cada año 40.000 millones de toneladas métricas de contaminación de CO₂ a la atmósfera.
¿Qué consecuencias puede acarrear ese desequilibrio?
Si bien todavía no están muy claras las consecuencias que puede traer, los investigadores especulan con que el calor atrapado en el sistema terrestre puede contribuir a que el derretimiento de los polos se acelere todavía más. A su vez, los océanos se volverían también más ácidos, algo que impactaría en los ecosistemas cuyo frágil equilibrio depende de la química del océano.